Marvel prepara su nuevo salto mortal: una heroína adolescente y musulmana, Kamala Khan.

Hasta ahora, o al menos hasta hace poco, la factoría de superhéroes de cómic de Marvel solían tener siempre dos parámetros que no cambiaban: eran hombres y eran blancos. A su alrededor sí que aparecieron personajes femeninos desde los inicios, pero nunca tuvieron tanto poder de convocatoria ni tanta ambición como los masculinos. En la memoria de esta particular vía del cómic (los superhéroes) hay que recordar a Wonder Woman, Batwoman, Electra, la fallida Supergirl… y también eran blancos. Excepción hecha de Spawn, de los primeros superhéroes negros, el cómic trasladaba al papel tintado los mismos tics de la sociedad americana.

Marvel planea ahora un salto adelante para llegar a más público, concretamente a un público femenino y no cristiano: el musulmán, creciente en EEUU, no tanto en número como en visibilidad. Además, este tipo de aventuras editoriales suelen congraciar a la empresa con la sociedad, y eso siempre es bueno cuando uno aspira a ser la editorial de cómics más grande del mundo. Sin duda que Disney sea la nueva dueña (resignación…) de Marvel ha impuesto este tipo de vías. Así, Kamala Khan, alias Ms Marvel, 16 años, mujer, musulmana paquistaní y de Nueva Jersey, será la nueva heroína a partir del 6 de febrero.

El nuevo personaje descubre que tiene superpoderes, que puede cambiar de forma, y vive incrustada en una familia conservadora con una madre religiosa y paranoica y un padre que sólo quiere verla estudiar. Como peso añadido, el opresivo mundo islámico cuando vive en un país que no es suyo y que les hace tender hacia el guetto autoimpuesto. El perfil de edad hace que conecte con un público concreto: el adolescente, la nueva Piedra Filosofal de la industria del ocio en EEUU y que es la responsable indirecta de que Hollywood haya dejado atrás a los adultos para concentrarse en este sector que gasta dinero, va al cine y no duda en comprar toda la parafernalia de marketing que rodea las películas.

Kamala va a encajar bien en un público que entiende que América es cada vez más cosmopolita. Cuando cruce el charco hacia Europa (si es que deciden publicarlo aquí) podría funcionar bien en esas megalópolis estilo París o Londres donde hay cada vez más musulmanes. Otra cosa es cómo reaccionarán las familias al ver a sus hijos consumir historias de Kamala. Su símbolo será un rayo en el pecho, y tendrá también su propio traje. A la industria del cómic todavía le falta el salto de madurez de dejarse de trajes y símbolos, pero esa es otra historia.

Los creadores de Kamala son G. Willow Wilson, Sana Amanat y Steve Wacker, y en las historias predominará el choque cultural de alguien en su condición de doble población de riesgo: mujer y musulmana. Por ejemplo: a la paranoia religiosa de su madre se une un hermano extremista. La religión va a ser muy importante en la historia, porque a fin de cuentas la realidad social es la de un choque continuo entre el cerrado mundo tradicional y un país como EEUU donde la libertad siempre toma caminos diferentes a lo tradicional.