El pasado 9 de febrero nacía para el público ‘La víspera de casi todo’, la novela con la que Víctor del Árbol ganó el Premio Nadal y que le consagra como uno de los grandes autores del momento.

En la Semana Negra de Gijón, a donde Víctor del Árbol acude una y otra vez, lo definieron como “gran escritor y mejor persona”. Una mente sensible y abierta que por experiencia vital ha pasado por muchos territorios (colaborador de prensa, policía…, muchos mundos visitados que dejan marca) y que sinsetizó parte de su visión en ‘La víspera de casi todo’ (Destino, 416 páginas), flamante Premio Nadal 2016. Desde que Destino la publicara oficialmente el 9 de febrero ha empezado con esa labor de peregrinar de una presentación a otra. La consagración de un autor que baila entre varios géneros y que tiene una divisa muy particular: “Admiro a la gente que lucha por sus sueños”. Él lo hizo y el premio es una recompensa al esfuerzo. Escribía hace muy poco en su cuenta de Facebook el autor que ya sonaban “los tambores, y empiezo a sentir ese cosquilleo en las manos, el latido del corazón que se hace un poco más fuerte, las ganas de volver otra vez al camino, las mismas ilusiones, las mismas energías. Los mismos anhelos”.

“A través de la cortina de listones de su despacho, Ibarra observa la calle desierta con sus pasos de peatones, que brillan reflejando los cambios de color de los semáforos sin nadie que los cruce. Hay algo fantasmagórico en esta quietud lunar y fría, en esta soledad. Cada franja horaria tiene su carácter y sus habitantes; es como si las horas avanzaran hacia un horizonte que nadie puede ver, ajenas a la voluntad de quienes las habitan. Antes le gustaba la noche porque no hay sombras en ella. Todo estaba claro en la oscuridad. Él y los otros, el resto del mundo, separados por una membrana invisible pero impenetrable. Ahora no. Ahora le asusta pensar tanto, tener que cubrir el silencio del ambiente con los ruidos de su cabeza”. Así son los primeros compases de ‘La víspera de todo’.

La víspera de casi todo (Víctor del Árbol 2016) mixta

La obra gira alrededor de un policía hastiado y desencantado con reminiscencias de novelas de Zola: a Germinal Ibarra le persiguen los rumores y su propia conciencia. Hace varios años que decidió arrastrar su melancolía hasta una comisaría de La Coruña, donde pidió el traslado después de que la resolución del sonado caso del asesinato de la pequeña Amanda lo convirtiera en el héroe que él nunca quiso ni sintió ser. Pero el refugio y anonimato que Germinal creía haber conseguido queda truncado cuando una noche lo reclama una mujer ingresada en el hospital con contusiones que muestran una gran violencia. Una misteriosa mujer llamada Paola que intenta huir de sus propios fantasmas ha aparecido hace tres meses en el lugar más recóndito de la costa gallega. Allí se instala como huésped en casa de Dolores, de alma sensible y torturada, que acaba acogiéndola sin demasiadas preguntas y la introduce en el círculo que alivia su soledad. El cruce de estas dos historias en el tiempo se convierte en un mar con dos barcos en rumbo de colisión que irán avanzando sin escapatoria posible.

Si tiramos de calendario y viajamos al pasado podríamos decir que son meses geniales para Víctor del Árbol, una larga campaña en la que ha encadenado varios premios, honores y ediciones de su obra. La última buena noticia fue el Nadal, que ahora cobrará vida para los lectores. Como él mismo apuntó la noche del galardón, soñaba con ser escritor desde niño. Del Árbol construye esta novela alrededor de un pequeño pueblo gallego y de dos personajes que convergen en este particular fin del mundo humano donde las personas luchan por no resignarse y que “son como árboles que tienen las raíces en el agua, no tienen a que aferrarse excepto el pasado”. Para él la novela tiene un espíritu parecido al que inmortalizó una frase de Beethoven luego pronunciada con fuerza por Gary Oldman cuando le interpretó: “Esta es la calma antes de la tormenta”. Según Del Árbol la novela recoge ese momento anterior a la fuerza devastadora de la tormenta, cuando todo es páramo y “uno ve amanecer y ve el sol y piensa que todo es posible”.

Una de las presentaciones más importantes será en Barcelona, en la Casa del Libro

Víctor del Árbol lleva en realidad bastante tiempo dando “tumbos” y aciertos en su vida: funcionario de los Mossos de la Generalitat hasta hace bien poco (porque un escritor, en España, tiene que tener siempre otro trabajo o se morirá de hambre y llevar placa forja y abre muchos mundos), acunado en la Universidad de Barcelona, donde estudió Historia, trabajador de la radio catalana… hasta que abrazó su verdadera pasión. Y ahí sí que llegaron las dianas: Premio Tiflos de Novela en 2006 con ‘El peso de los muertos’ (Editorial Castalia), su primera novela publicada, y posteriormente Premio Fernando Lara en 2008 con ‘El abismo de los sueños’ (no publicada).

Posteriormente apretó el acelerador: en 2011 publicó ‘La tristeza del samurái’ (Editorial Alrevés), primera demostración de que Víctor tiene toque para la calidad y la cantidad, un gran libro de éxito traducido al holandés, polaco, rumano, hebreo, italiano, francés (donde se ha convertido en autor de éxito y best-seller), portugués, chino e inglés. El círculo virtuoso. Francia se rindió ante él: con esta novela ganó el Le Prix du polar Européen en 2012, el Prix QuercyNoir y el Premio Tormo Negro en 2013. Ese mismo año publicó con la misma editorial ‘Respirar por la Herida’, finalista en varios premios literarios en España y Francia. En 2014 llegaba otra campanada (quinta edición incluida), ‘Un millón de gotas’ (Destino), elegida Mejor Novela por la asociación de ‘bloggers’ de España Creatio Club Literario; III Premio Pata Negra Ciudad de Salamanca 2015 y Le Gran Prix de Littèrature Policière 2015 en Francia. Y finalmente, el Nadal. La corona ¿final?

Un millón de gotas (2014, Destino). Gonzalo es un buen hombre. Quiere a su familia, es un abogado laborioso, una persona sin nada que ocultar. Pero nadie puede ser tan transparente en un mundo donde la inocencia no existe. Tras recibir la noticia del suicidio de su hermana Laura, con la que la unía una profunda relación en la niñez que se truncó al hacerse mayores, hasta el punto de perder por completo el contacto, Gonzalo deberá volver a su pasado, al de su padre Elías, que siempre ha mantenido bien guardado. Ese viaje del abogado nos llevará de la mano desde los tiempos de las grandes utopías en La Unión Soviética en los años 30 a la guerra civil, los campos de concentración de Francia, la II Guerra Mundial y la resistencia interna contra Franco. Pero Gonzalo nos llevará mucho más lejos: nos llevará a trazar un mapa exhaustivo de la condición humana, a conocer una historia de amor increíble, la traición, la culpa, y en fin a un mundo donde la memoria es una invención que nunca es del todo cierta.

Mixta novelas Victor del Arbol 2

Respirar por la herida (Editorial Al revés, 2013). Quizás Dios juega a los dados con nuestro destino, desperdigando las piezas de un rompecabezas que siempre vuelve a unirse de un modo u otro. Acaso sea el azar el que nos arrebata aquello que más amamos, pero puede que todo lo que nos ocurre sea simplemente el resultado de nuestros propios actos. Estas son las preguntas que atormentan a Eduardo, un pintor para quien nada tiene sentido tras la muerte de su mujer y su hija, hasta que una famosa violoncelista, Gloria Tagger, le encarga el mayor reto de su vida: pintar el retrato de Arthur, un empresario de pasado incierto. Aceptar ese encargo desencadena una espiral de emociones y acontecimientos trágicos que succiona inevitablemente a cuantas personas le rodean. Con cada pincelada, Eduardo va abriendo puertas que habría sido mejor mantener cerradas, pero que, una vez abiertas, nada ni nadie podrá volver a cerrar.

La tristeza del samurái (Editorial Al revés, 2011). Dos tramas se desarrollan de forma paralela; una en Extremadura en el año 1941; la otra en Barcelona en 1981. Un crimen cometido durante la posguerra española produce consecuencias en tres generaciones de la familia Alcalá y en aquellos que se han cruzado en sus vidas durante cuarenta años. Complots, secuestros, asesinatos, torturas, violencia machista, son algunos ingredientes de esta fantástica novela. Con un estilo descriptivo pero no por ello lento, el autor narra los acontecimientos ocurridos y poco a poco va entrelazando los personajes de ambas tramas, entrando en la psicología de cada uno de ellos…

El peso de los muertos (Editorial Castalia, 2006). Esta es una historia sobre la memoria y sobre el modo en que construimos el pasado según nos conviene. Noviembre 1945: Nahum Márquez va a morir en el patíbulo. Noviembre 1975: Lucía regresa a Barcelona desde el exilio con las cenizas de su padre y con los fantasmas que la esclavizan. Franco agoniza, y con él una España que encarna el comisario Ulises, dispuesto a una última batalla con su propia decrepitud, a manos de una España emergente, la de Gilda y sus amigos que nada le deben al pasado excepto, quizá, una pátina de romanticismo. El encuentro entre Lucía y el comisario, temido pero inevitable, enfrentará dos mundos, el de los vivos y el de los muertos que viven a lomos de estos. Durante treinta años cada personaje que tuvo que ver en la muerte de Nahum Márquez ha inventado sus propios recuerdos de cómo fue aquella historia de amor y tormento. Pero Lucía está cansada de huir y de mentirse. Quiere la verdad, pero la verdad es como un espejo lanzado contra el suelo: rompe la realidad en mil pedazos. Y los demás no están dispuestos a permitirlo.