Igual que ha habido siempre malditos en la literatura, bohemios perdidos en la pobreza y la miseria humana o directamente perseguidos, en el mundo del cine han existido también rincones de la creatividad perdidos y que han marcado a fuego carreras y películas. Algunos directores han sido perseguidos, defenestrados, criticados, arrinconados o directamente olvidados, todos por mostrar un perfil creativo muy marginal y raro, pero que también tiene ese latiguillo de “cine de culto” que tanto se repite cuando se quiere restaurar en su posición de gloria a uno de ellos. Augusto M. Torres compila para Cátedra un volumen enciclopédico de 300 directores malditos (432 páginas, 18 euros) en el que, que ficha a ficha, conocemos una pequeña biografía de directores y una relación filmográfica. De Gregg Araki a Sergei Bordov, Marcel Camus, Jean-Claude Brisseau, Jean Cocteau o Vincent Gallo (en la imagen), entre otros.

www.catedra.com