La ciudad que supuso la puesta en marcha cultural del Egeo y de Occidente como civilización sigue dando sorpresas: nuevas excavaciones han demostrado que era el triple de grande lo que se creía hasta ahora.

Creta fue el principio de todo. El punto de partida de nuestra civilización, el primer eslabón de la larga cadena cultural que nos ha traído hasta aquí. La civilización minoica fue el motor del Egeo y que arrastró consigo conocimientos de muchas otras civilizaciones (hititas, fenicios, egipcios), que expandió las rutas comerciales por Grecia y Asia Menor. Fue una sociedad basada en el comercio, el mar y las ciudades, como en el caso de Knossos, principal urbe de este mundo durante la Edad del Hierro previa a la Antigüedad Clásica, durante el segundo y el primer milenios antes de la era cristiana. Siempre ha sido un objetivo claro de todos los arqueólogos, que nunca se han ido con las manos vacías cuando han excavado.

Por eso cada campaña arqueológica es importante para desvelar un poco más de los minoicos y su epicentro, Knossos. Uno de los centros que han participado en las últimas es la Universidad de Cincinnati a través de Antonis Kotsonas, que dirigió el Proyecto Paisaje Urbano Knossos (que investiga todo el valle del mismo nombre desde el siglo VIII a. C. hasta el siglo XX), luego presentado en EEUU. La urbe surgió durante la Edad del Bronce (3500 – 1100 a. C) y sufrió un brutal colapso en torno al 1200 a. C., igual que muchas otras civilizaciones del Mediterráneo oriental, incluyendo Egipto. Tuvo una nueva vida posterior a la que los libros suelen citar como fase clásica.

Al mundo caído en desgracia le sucedió una etapa de parálisis que poco a poco dio lugar a una segunda era de esplendor como centro comercial y urbano. A fin de cuentas Creta estaba en el centro de todas las rutas marítimas comerciales conocidas. Según Kotsonas, consultor del proyecto, el nuevo núcleo urbano ocupaba la mayor parte del valle de Knossos, desde la Acrópolis antigua hasta el río Kairatos en dirección este-oeste, mientras que por el sur alcanzaba el curso de agua de Vlychia y por el lado inverso la colina Kefala. Eso implica un tamaño considerable, mucho más grande de lo imaginado y que implica un crecimiento económico y demográfico hasta ahora fuera de los cálculos.

El proyecto de Kotsonas se centró precisamente en las fases posteriores, a esa segunda era de desarrollo y en los campos que estarían sobre esas nuevas zonas urbanas. Durante las excavaciones han recuperado cerámica, herramientas y material doméstico que define bastante bien cómo funcionaba aquella sociedad. Todas repartidas por zonas que hasta ahora no habían sido excavadas sistemáticamente. Según Kotsonas son pruebas de que la ciudad se expandió mucho más allá de lo que se creía, y que esa nueva era resultó ser quizás más ambiciosa que la primera, sobre todo porque se han encontrado numerosas piezas extranjeras, es decir, artefactos y reliquias enterradas con sus dueños (principal fuente de información material para los arqueólogos) fabricadas en Fenicia, Chipre, Egipto, el sur de Italia o incluso más allá. Knossos habría pues tenido una vida aún más rica que la primera, aunque conectada con ella.

 

Reconstrucción del Palacio de Knossos, la mayor construcción de la isla en época antigua

Dos de los legendarios murales de Knossos, el de las damas y los delfines, ejemplos del grado de sofisticación de los minoicos