Ahora que el Camino de Santiago ha sido considerado por la Unesco como Patrimonio Inmaterial es una buena ocasión para volver a hablar de esta ruta cultural, histórica, vital, religiosa, deportiva y turística como hay pocas, que da todas las facilidades para sentirse mejor humano por la vía del sudor, la sangre de las ampollas y las lágrimas mañaneras de pensar en que hay que patearse km de tierra ibérica cada día.