El destructor de mundos, como lo llamaron los primeros astrónomos que calcularon los efectos que podría tener el impacto, se acerca a la Tierra, una pasada más de la órbita de este asteroide gigante y vagabundo que es una verdadera espada de Damocles sobre nuestro planeta. 

A día de hoy todavía no hay forma segura de proteger el planeta Tierra de un impacto de un meteorito gigante. Apophis, en realidad ‘99942 Apophis’, es uno de los principales candidatos, un cuerpo gigante de 300 metros de diámetro que fue localizado hace tiempo; una vez que se calculó su órbita saltaron todas las alarmas: la casualidad ha querido que sea cortante con la de la Tierra, con lo que se va a convertir en un incomodísimo vecino que volverá cada poco a vernos y de paso poner de los nervios a toda la Humanidad.

En la mitología egipcia, ‘Apophis’ era un dios que encarnaba las fuerzas del mal, con forma de serpiente traicionera. Y lo es: los científicos estudian con gran interés porque, según sus cálculos, existe el riesgo, aunque remoto, de que choque contra la Tierra en las próximas décadas. No obstante, no entrará en la zona de alarma general, y como mucho promete ser un buen verdugo para los satélites más potentes que orbitan la Tierra a más lejanía, sobre los 36.000 km.

En las últimas horas, el asteroide se está acercando a la Tierra a una distancia que está permitiendo a los astrónomos recabar nuevos datos para estudiarlo mejor y calcular su trayectoria con el objetivo de averiguar hasta qué punto representa una amenaza para nuestro planeta. Apophis estará realmente cerca de la Tierra, y por cerca en astronomía se entiende unos 15 millones de kilómetros. Pero la próxima visita, en 2029, sí será muy peligrosa porque nos rozará cuando pase a tan solo 30.000 km de distancia y sea un problema mucho mayor para todos. Pero todavía peor será en 2036, una pasada para la que no hay cálculos todavía pero siguiendo la tendencia podría llegar a pasar tan cerca que sea necesario activar algún tipo de mecanismo de destrucción.