Hoy sale a la venta una nueva aventura de esa aldea gala que se resiste a la conquista romana, embate a embate, y con la que todos nos sentimos identificados de alguna manera. Astérix y Obélix revivirán en un álbum, el número 37, que llevará la firma de Jean-Yves Ferri como guionista y Didier Conrad como dibujante. 

En abril, uno de los creadores de los célebres personajes, Albert Uderzo, cumplió 90 años y, en noviembre hará 40 de que René Goscinny, el otro padre, falleció. Son por tanto fechas importantes para una saga que ha vendido más de 370 millones de álbumes en 110 lenguas y dialectos, cifras que la convierten en la más exitosa jamás editada en francés. El 19 de octubre Ferri y Conrad seguirán la tarea que ya iniciaron con ‘Astérix y los Pictos’ (2013) y ‘El papiro de César’ (2015). Ambos con la editorial Albert-René, encargada en Francia de gestionar las nuevas creaciones (y propietaria de los derechos). Coincidirá además con dos aniversarios: los 40 años de la muerte de Goscinny y los 90 años de vida de Uderzo, ya retirado.

El nuevo viaje los llevará a Italia, donde ya han estado más de una vez. Pero en esta ocasión en uno de los mundos secundarios más célebres del Imperio Romano, las carreras de cuadrigas. Este 19 de octubre hará honor a la más célebre secuencia de ‘Ben-Hur’, pero a su manera. ‘Astérix en Italia’ se publicará de forma simultánea en 25 países (y en España además en cinco ediciones, en castellano, catalán, euskera, gallego y asturiano). Apenas se sabe nada de la trama, guardada en secreto por la editorial para maximizar el atractivo del estreno. Sólo se conoce que viajarán a Italia porque Julio César ha organizado una gran carrera de cuadrigas abierta a todos los pueblos bajo dominio romano, pero amañada para que gane el corredor romano, Coronavirus, el gran campeón.

La saga de Astérix es una de las grandes bazas culturales francófonas, tremendamente francés pero al mismo tiempo europeo, con más de 370 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo y traducido a más de 110 idiomas, lo que da cierta idea de la escala mundial de un fenómeno que empezó como cómic solitario en 1959 en una editorial francesa. España ha sido siempre uno de sus puntos fuertes: en nuestro país ha tenido ediciones en castellano, catalán, gallego y euskera (donde incluso hubo bromas donde Euskadi presumía de ser como esa aldea irreductible rodeada de imperialistas).

Los nuevos autores

Uderzo, que roza ya los 90 años, tuvo muchas dudas al respecto de la continuación de la saga a pesar de que ahora lo aplauda. Quería que con su retiro se repitiera la historia de Hergé con Tintín, que nunca más ha vuelto a emerger tras su muerta, dejando incluso un volumen incompleto (‘Tintín y el Arte Alfa’). Sin embargo el negocio editorial y de marketing es tan inmenso y grande que finalmente pasó por el aro, principalmente gracias a la hija de Goscinny, Anne Goscinny, que entiende que si Uderzo siguió adelante tras la muerte de su amigo René Goscinny no tenía por qué no parar ahora.

Cada nuevo autor ha tenido que sufrir su propio proceso de reconversión: Ferri, conocido en Francia por su personaje Aimé Lacapelle, ha asumido los continuos giros argumentales y juegos de palabras tan típicos del humor sesentero de Goscinny y Uderzo, y Conrad no ha tenido más remedio que reconvertir su estilo temporalmente en el de Uderzo, imitar sus trazos y su forma de escenificación de las viñetas. Un duro trago, pero muy beneficioso económicamente para ambos y para la franquicia: los nuevos volúmenes salieron con tiradas de salida que superaban los 5 millones de copias.