Jay Kay, de nuevo con su extensión colectiva, Jamiroquai, publica este fin de mes ‘Automaton’, primera ocasión de tener material nuevo desde ‘Rock dust light star’ de 2010, si bien ya está de gira con él desde hace varias semanas.

Entre medias de ambos álbumes ha habido varios discos de remixes o recopilatorios, DVD y conciertos, pero nada de sangre nueva del hombre que relanzó el funk electrónico durante los años 90. Junto con el disco, compuesto de doce canciones y con un primer single liberado en Youtube y descargable como aperitivo, habrá una larga gira internacional con parada única en España el 7-9 de julio en el Festival Cruïlla de Barcelona. En aquel teaser de enero aparecía la frase “Llegando a un planeta cercano a ti… Automaton”. Será el octavo álbum de estudio del grupo, enteramente compuesto por Jay Kay y coproducido con Matt Johnson, su profesor de piano. Una marca de la casa: Kay hace de autor, showman, productor y motor principal. Un todo en uno que le ha valido vender millones de copias en todo el mundo.

La gira, que hará parada este fin de semana en Londres, varis etapas: 25 de mayo, Tokyo, 28 de mayo en Seúl, 17 de junio en Atenas, 7-9 de julio en Barcelona, 9 de julio en Rotterdam (Países Bajos), 11 de julio en Florencia (Italia), 14 de julio en Pori (Finlandia), 16 de julio en Aix-Les-Bains (Francia), 18 de julio en Locarno (Suiza), 22 de julio en Ostrava (República Checa) y el 5 de agosto en el festival del Sudoeste (Portugal). Ese mismo mes regresará a Reino Unido para un concierto el 12 de julio. En España estará dos veces: la primera en el Festival Cruïlla de Barcelona en julio, y la segunda, la nueva, será el 25 de noviembre en el WiZink Center de Madrid.

Portada de Automaton

Las doce pistas del álbum son ‘Shake it on’, ‘Automaton’, ‘Cloud 9’, ‘Superfresh’, ‘Hot property’, ‘Something about you’, ‘Summer girl’, ‘Nights out in the jungle’, ‘Dr. Buzz’, ‘We can do it’, ‘Vitamin’, ‘Carla’. El disco tiene un marcado estilo electrónico mezclado con funk que recuerda a sus primeros tiempos, como si hubieran vuelto a la esencia que les marcó en los años 90. Jay Kay / Jamiroquai es un producto urbano y mestizo, como suele ser habitual en las grandes urbes británicas. De una sociedad repleta de aportaciones externas (mal que le pese al propio nacionalismo inglés) suelen surgir personas que acumulan influencias múltiples para mezclarlas. El grupo forjado por Kay a principios de los 90 es también un síntoma de ese tipo de sociedad diversa, ya que abrazó el acid jazz y el funk pasado por la electrónica que hizo grande a Jamiroquai ante el público.

Durante su formación adolescente es cuando crea el logo (el inicial Hombre Búfalo que en ‘Automaton’ se reconstruye como Hombre Luz), la banda e incluso el estilo, basado en mezclas y en un tipo de sonido muy concreto que arrancaba en el acid jazz de finales de los 80 para derivar hacia el estilo que marca ‘Emergency on Plante Earth’, en el que cabía desde la samba hasta el pop o el funk. Lo que fuera por hacer bailar a la gente, con un tono alegre y vitalista. Curiosamente Kay fue rechazado como solista de Brand New Heavies, una banda de acid jazz en la que se inspiró parcialmente para luego dar él su zarpazo. Fue ese rechazo lo que le liberó como autor. Fue el primer pulso a un mercado en el que emergían con fuerza el brit pop y en el que Jamiroquai parecía una alternativa al modelo dominante. La coctelera no ha cambiado tampoco en ‘Automaton’: acid jazz, funk, música electrónica, influencia de la música disco y un producto pensado para bailar.

Jamiroquai Automaton 2

El eje vertebrador siempre ha sido el mismo, Kay, ya que todos los músicos que le acompañaban en 1993 permanece en la banda, lo que da a entender el grado de control. Su sello indiscutible es el funky pasado por múltiples sonidos y variables, un tipo de música que Kay supo reactivar haciéndolo algo más “bastardo” con la ayuda de la electrónica que otros también usaban para otros estilos. La cuestión es que Jamiroquai fue un soplo nuevo para un género que andaba ya anquilosado. Además supo introducir referencias continuas de la vida urbana y de temáticas social que no pasaron desapercibidas, y que le valieron más de una censura en Gran Bretaña.

Igual que el punk se fusionó con el rock para reverdecer en los 90, el funk pasó por las manos de Jay Kay con el mismo objetivo. A fin de cuentas tiene el mérito de haber realizado el disco de funk más vendido de la historia, ‘Travelling without moving’ (1996, con 12 millones de copias vendidas). El modelo sólo cambiaría con ‘Synkronized’ (1998), cuando la música disco y la electrónica ocuparon un espacio todavía más grande, en paralelo con su éxito comercial. Y ahora con ‘Automaton’ regresa a su sonido más característico.