Fermín Muguruza ha mezclado mundos en ‘Black is Beltza’, que además de novela gráfica es también exposición y banda sonora relacionada con una historia muy particular, un viaje por el siglo XX que nos ha conformado como sociedad.

Imágenes: Blackisbeltza.com

Todo se une en ‘Black is Beltza’, una novela gráfica con expansión en forma de exposición y también de banda sonora asociada, todo firmado por Fermín Muguruza (idea), Harkaitz Cano (guión) y Dr. Alderete (dibujo), forjadores de esta historia que tiene este año de 2015 un aniversario peculiar, la de aquel 1965 miserable en el que ser negro era un pecado ominoso a los ojos de Occidente. Un tiempo en el que el racismo, incrustado en la sociedad, no tenía la mala conciencia que hoy tiene (porque el racismo persiste, pero ahora se esconde, en parte por lo que ocurrió en aquel 1965).

A un lector español le podrá sonar a chino, pero aquella lucha de los años 60 fue una gran gota más del vaso rebosante de los cambios políticos de posguerra que posibilitaron, por ejemplo, que con el tiempo España dejara atrás el franquismo. Todo está conectado, y lo ocurrido en aquella marcha entre las poblaciones de Selma y Montgomery, en la tétrica Alabama de 1965, es algo universal, que debería tocar las fibras de cualquier persona con mínimo sentido de la democracia y la igualdad de los seres humanos. Y apenas ha cambiado mucho: el reciente informe del gobierno federal de EEUU reconociendo que la policía (blanca) discrimina y persigue a los negros todavía en 2015 es una demostración de que no hay mucha distancia entre aquel puente del 7 de marzo de 1965 y las calles de hoy.

Muguruza y Cano recogen ese testigo y lo amplían en ‘Black is Beltza’, donde se unen ficción, realidad, amor, revolución y espionaje. Es más que una novela gráfica trazada por Dr. Alderete, es una fábula que arranca de un punto de partida real. Hay que volver a ese 1965, año en el que la comparsa de gigantes de Pamplona es invitada a desfilar en la Quinta Avenida neoyorquina, pero con una condición: que los dos gigantes negros no participen del desfile.
De esa estación sale Muguruza para un viaje en el que bucea en aquellos años 60 de revolución y cambio, de aquella comparación con la España franquista del desarrollismo, el espionaje de la Guerra Fría y sobre todo el racismo, esa peste que lo envenena todo.

El narrador es el personaje de Manex Unanue, uno de los que debía portar a uno de los gigantes negros que, decepcionado con la decisión del resto de compañeros de acatar la orden, decide no volver a casa. La narración cuenta desde este personaje aquellos años de mediados de los 60: los disturbios raciales derivados de la muerte de Malcolm X, las excentricidades de los personajes de The Factory, las alianzas entre los servicios secretos cubanos y los Black Panthers estadounidenses, la psicodelia, la Guerra Fría…

El proyecto se abrió originalmente incluso a una exposición en la Alhóndiga de Bilbao a caballo entre 2014 y este inicio de 2015 y ha tenido continuación en forma de conciertos y encuentros. Uno de los próximos lo organiza La Fábrica en una nueva ‘Sesión Notodo’ este próximo 26 de marzo en Madrid. Tendrá además prolongación el 28 de marzo en el Teatro del Barrio de la capital, donde se hará una lectura proyectada de la novela gráfica junto con su banda sonora.

Black is Beltza mixta