El Museo Thyssen-Bornemisza inauguró el pasado sábado 12 de diciembre su ciclo temático paralelo a la exposición ‘La ilusión del Lejano Oeste’ con todo un clásico de los 70 de Sydney Pollack con Robert Redford, y que se mantendrá hasta finales de enero.

El complemento perfecto e imprescindible de la exposición ‘La ilusión del Lejano Oeste’ (comisariada por el artista Miguel Ángel Blanco) tenía que ser un ciclo de cine. Este ciclo incluye siete títulos (seis largometrajes de ficción y un documental) de conocidos directores como Sydney Pollack, Robert Aldrich o Ron Howard y actores como Burt Lancaster, Robert Redford o Tommy Lee Jones, que abarcan casi 40 años en la evolución del género. ‘La venganza de un hombre llamado Caballo’ (1976),Corazón trueno’ (1992) y ‘A Good Day to Die’ (2010) son algunas de estas películas, que ofrecen una visión amplia, a veces heterodoxa y siempre interesante del Western.

Olvídense de matanzas, mentiras, trampas, guerras… eso fue el Oeste histórico y real, porque el que quedó fijado en consciente colectivo americano se construyó primero con pinturas y relatos, luego, ya en el siglo XX, con cine y televisión. Pero la primera fase de la reconstrucción idealizada de la conquista del Oeste se hizo a través de los famosos relatos a veces escandalosamente falsas de pistoleros, cowboys y villanos. Sin embargo la imagen estética la crearon los pintores norteamericanos, todos reunidos en la exposición ‘La ilusión del Lejano Oeste’ (hasta el 7 de febrero próximo). Algunos de los lienzos pertenecen a la propia colección permanente del Museo, la única en España con obra de estos pintores, reflejo de la pasión del barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza por las narraciones literarias, cinematográficas y artísticas sobre el Oeste.

Esta exposición propone, por primera vez en España, seguir los pasos de los artistas que en el siglo XIX abrieron el camino al Oeste estadounidense para representar sus paisajes y las formas de vida de sus pobladores, las tribus indias. Hicieron visible el mito de un territorio salvaje, paradisíaco y peligroso, de una grandiosidad natural asombrosa. Con un prólogo dedicado a los exploradores españoles que establecieron los primeros contactos con las tierras y las tribus al oeste del Mississippi, la exposición ilustrará las apasionantes aventuras artísticas de Karl Bodmer, George Catlin y William S. Curtis, que documentaron, entre la precisión y la licencia etnográficas, costumbres, rituales y fisionomías; o las de los paisajistas que, como Albert Bierstadt, Thomas Moran o Thomas Hill, pintaron con ambición escénica la tierra prometida.