‘Fear of the dawn’ es el cuarto álbum de estudio en solitario de Jack White, ex miembro de The White Stripes y otras bandas que han acompañado su talento. Aparece con su sello, Third Man Records y es el anticipo para el que será su segundo álbum de 2022, porque en julio tiene intención de publicar ‘Entering Heaven alive’. Todo esto después de cuatro años sin material nuevo. Estará además en el Mad Cool Festival.
IMÁGENES: Third Man Records / Wikimedia Commons
‘Fear of the dawn’ aparecerá el 8 de abril y es material nuevo de un músico escurridizo que va por libre para todo, desde su particular estilo mezclado hasta sus tempos a la hora de exhibir material. Tiene programado para el 22 de julio un segundo álbum, ‘Entering heaven alive’, pero eso lo dejamos para más adelante. De momento en la web de la discográfica Third Man Records ya está en petición de reserva. Todo esto después de que en octubre pasado publicara el primer single en cuatro años, ‘Taking me back’, que grabó para la banda sonora del videojuego bélico ‘Call of Duty: Vanguard’. El nuevo álbum se compone de doce temas, con Q-Tip como músico invitado en una de ellas. Se venderá en CD, vinilo y descarga digital. El primer videoclip ya está también en YouTube, que suena tan árido y fuerte como es habitual en casi todo lo que ha compuesto White, que suele definirse a sí mismo como un músico de blues.
White (que se llama realmente John Anthony Gillis) alcanzó fama junto a su ex mujer Meg White en la banda The White Stripes, separados artísticamente de manera oficial en febrero de 2011, si bien llevaban ya bastante tiempo inactivos. A pesar del éxito de discos como ‘White blood cells’ (2001) y ‘Elephant’ (2003), la actividad del grupo empezó a paralizarse a medida que crecían los proyectos paralelos de Jack White como músico (especialmente sus grupos The Raconteurs y The Dead Weather) y productor. No sólo es uno de los mejores guitarristas vivos, sino que también ha sabido tirar de creatividad y colaboraciones para construir una carrera en solitario tan buena como la que hizo con The White Stripes.
Antes de este 2022 saturado en el que recupera también el formato de gira (muy extensa por EEUU y que luego recalará en Europa entre el 27 de junio y el 20 de julio) White sólo había ofrecido al público ‘Boarding House Reach’, definido por los críticos como irregular. De eso hace ya casi cuatro años. ‘Fear of the dawn’ y ‘Entering Heaven alive’ ya están listos, y desde la discográfica de White incluso se ha ofrecido la lista de temas y su inclusión en la propia gira internacional. Aparte de eso se desconoce si el doble trabajo tiene algún tipo de nexo (uno podría ser más experimental, el otro algo más tradicional como el blues) y qué tipo de sonido tendrá. Pero basta un vistazo al primer vídeo para darse cuenta de que White ha decidido experimentar un poco más.
Sobre los ataques de creatividad de White bastaría recordar lo que ocurrió en 2014 con su disco ‘Lazaretto’, que fue su segundo álbum después del cierre de The White Stripes: consiguió el récord Guinness a la edición musical más rápida registrada, ya que se grabó, imprimió, prensó, montó y puso a la venta en 3 horas y 55 minutos el primer lote exclusivo de siete vinilos. Una de las razones por las que White creó Third Man Records fue precisamente para poder hacer lo que le diera la gana, ya fuera con el estilo musical (blues, rock, guitarras, electrónica, trucos de sonido…) como con la forma de distribuir sus creaciones. Quizás estuviera hinchado el ego después del éxito fulgurante de su primer álbum en solitario, ‘Blunderbuss’ (2012), que disparó la ventas y tuvo cinco nominaciones a los Grammy.
Sea como fuere, White mantiene su peculiar ritmo y visión artística de su trabajo, huyendo de lo convencional y convencido, como manifestó en una entrevista al diario El País hace algunos años, que “no necesitas buscar a la gente […], basta con crear tu propio mundo y ellos vendrán a ti”. Con ese espíritu ha construido su carrera musical, donde rock, blues y todo tipo de variaciones son posibles. A fin de cuentas creó bandas paralelas durante su etapa en The White Stripes: el pop con The Racounters y rock duro con The Dead Weather, donde él se limitaba a tocar la batería, casi escondido. Lo que no ha cambiado es su particular obsesión con el color azul, que vale tanto como escudo estético, marca de la casa y simbología musical por sus orígenes y gustos. En abril llegará el resto.
The White Stripes, de la nada al todo
Es imposible hablar de Jack White y no de White Stripes, porque es su gran creación y también la razón de su nombre artístico. Vayamos por partes. En 1997 nacía el dúo que formó con Meg White, una camarera de Detroit a la que conoció a mediados de los 90 y con la que se casó, aunque durante años mintieron a todo el mundo asegurando que eran hermanos. La realidad es que al conocerla John Anthony Gillis decidió adoptar su apellido y crear un alter ego artístico, Jack White. Eran cualquier cosa menos convencionales: vestían de rojo y blanco; él cantaba y tocaba la guitarra, no usaban bajista (clásico en el blues) y ella “aporreaba” la batería de una manera tan primitiva y simplona que provocaba risas entre los críticos desde que debutaron en 1999. Hasta que dejaron de reírse allá por 2001, cuando eclosionaron casi en paralelo a The Strokes.
En menos de una década se convirtieron en la gran esperanza del sonido alternativo alejado de lo convencional. De hecho eran pura carne de underground, con más repercusión incluso en Gran Bretaña (con el oído más agudo para determinados movimientos musicales) que en EEUU, pero lograron abrirse camino y conseguir incluso que los hinchas de la selección italiana de fútbol pusieran de moda la melodía de ‘Seven Nations Army’ al corearla para apoyar a sus jugadores. Ahora ya lo hacen todos. Fue quizás la anécdota, pero su música dejó huella. También en ellos, y especialmente en Meg White, cuyos problemas para lidiar con la ansiedad y la atención de los medios la empujó a desaparecer. Aunque el dúo hizo oficial la separación en 2011 llevaban ya desde 2007 separados al suspender la gira mundial por los ataques de ansiedad de ella. Literalmente no pudo, así que se esfumó para vivir una vida más sencilla y equilibrada, dejando a Jack White terreno libre para seguir haciendo lo que más le gusta: música.