Sentinel-1A ya está listo: la Agencia Espacial Europea (ESA) pondrá el próximo 3 de abril en órbita un gran ojo artificial que controlará el clima del continente y del resto del planeta. 

El nuevo satélite pertenece al programa Copérnico y su misión será monitorizar la superficie terrestre de día, de noche y bajo cualquier tipo de condición meteorológica. Su gran arma es un radar capaz de superar esas barreras climáticas y recoger datos fundamentales para poder comprender mejor la climatología del planeta, los cambios y lo que se nos avecina en las próximas décadas.

Los Sentinel son la nueva generación de satélites de observación que se encarga de recabar información para el programa Copérnico de la Unión Europea encargado a la ESA. Al igual que el resto se alimenta de paneles solares capaces de recargar las baterías del sistema. Una vez depositado en la Guyana fue revisado, presurizado y se le llenó del combustible necesario para ser lanzado y colocarse en órbita.

El Sentinel-1A ayudará a crear mapas para los esquivos de respuesta a los cambios climáticos y los principales fenómenos que azotarán al continente en los próximos años. El radar está preparado para monitorizar de forma rutinaria las vías marítimas, la distribución del hielo marino ártico y enviar datos sobre los vientos y las olas en alta mar. Sus sistema también permitirá a la ESA anticiparse a la deforestación, los cambios en las zonas de cultivo e incluso los cambios en el terreno.

Imagen del montaje final del Sentinel-1A