La obsesión humana con la Luna sólo es comparable a la que tiene con Marte. Y en ambos casos se postulan los túneles volcánicos ya inservibles como refugio perfecto para la colonización futura.
Según un equipo de astrónomos y geólogos planetarios de la Universidad de Purdue la Luna podría esconder bajo la superficie tubos y túneles volcánicos tan grandes como para albergar ciudades. Eso sobre el papel. Es teoría. Implicaría que la Luna tuvo actividad volcánica (como Marte) y que esos tubos existen y están huecos (como se presupone también en Marte). La idea no es nueva: también se especula con la opción de usar los viejos túneles del super volcán Olympus de Marte (el más grande del Sistema Solar) como lugar perfecto para la colonización.
Los tubos volcánicos se forman cuando la lava fluye a través de la corteza durante una erupción, empujada por la presión subterránea del magma; son como gusanos de fuego que se abren camino hacia la superficie. Muchas veces más de una vez por el mismo sitio. Cuando la erupción cesa y la lava deja de fluir, deja tras de sí un hueco vacío. La Tierra esta horadada por completo por túneles de este tipo, que pueden llegar a tener cientos de km de largo y hundirse otros tantos en la corteza.
Tubo volcánico en Canarias, mucho más estrecho de lo que se cree podría haber en la Luna
Esos agujeros serían perfectos para los humanos por tres razones básicas: primera, protegerían a los humanos de la radiación cósmica ya que la Luna no tiene atmósfera digna siquiera de llamarse así, ni tampoco campo magnético como la Tierra que frene las oleadas de radiación. Segunda, protegería a los colonos y sus instalaciones de los brutales cambios de temperatura de la superficie lunar (que pueden oscilar entre los 153 bajo cero y los 123 sobre cero), creando un espacio controlable. Y tercera, y no menos importante: protege de los eventuales bombardeos de meteoritos, mucho más frecuentes de lo que imaginamos. La atmósfera terrestre evita la inmensa mayoría de objetos en caída, pero en la Luna, sin ese escudo protector, hasta una piedra del tamaño de un mechero es una bala.
Ahora bien: ¿hay de verdad tubos de este tipo en la Luna? ¿Tuvo actividad volcánica realmente reseñable la Luna como para crear esos agujeros? Determinadas muescas geológicas en la superficie lunar, como fisuras semejantes a las que dejaría la actividad volcánica en la Tierra, permiten inducir que existen esos túneles. Se trata de grietas “sinuosas” según el vocabulario utilizado por los investigadores, que demostrarían que bajo la superficie se han formado tubos anchos por donde circuló lava. Algunos pueden tener hasta varios km de ancho en función de las fisuras. Pero el verdadero problema es el de siempre en la Luna: la baja gravedad.
Seguro que han visto esas imágenes de los astronautas de la NASA dando pequeños botes que en la Tierra no serían nada pero que allí les hacían avanzar varios metros de golpe. Esa baja gravedad lunar permitiría incluso que los tubos volcánicos fueran incluso más grandes y sólidos que en la Tierra, ya que no estarían sometidos a tanta presión del material circundante ni su estructura estaría sometida a ese “tirón” hacia abajo. La forma de arco de los tubos equivaldría a una estructura de cúpula o arco extendido de la arquitectura, lo que combinado con la baja presión física permitiría que la forma se mantuviera. No habría además erosión ni de agua ni de viento, ni de otros factores que son comunes aquí abajo. Es decir: sí, puede haberlos e incluso serían más anchos y estables que los que hay aquí.
Mapa topográfico de la Luna realizado por el LRO