Hasta el 29 de septiembre próximo FICOMIC y el Museu Nacional de Catalunya (MNAC) organizan la exposición ‘El Víbora. Comix contracultural’, un homenaje a la desaparecida revista, testimonio de los inicios de la democracia y de la eclosión del movimiento underground.
Con cerca de 100 portadas, 38 obras originales (como los dibujos de Max e Isa Feu para el histórico número especial sobre el golpe de Estado de 1981 o el original de Nazario para la cubierta del número 1 de la revista), fotografías y documentación anexa la muestra celebra los 40 años de la aparición del primer número de la revista, en 1979, y que supuso un terremoto para el cómic español, constreñido a la línea de la industria editorial que lograba superar la censura y muy centrada en los niños. Fue una liberación, un salto hacia delante, vanguardista, libre, ácrata y con el erotismo y la libertad total como señas de identidad. Una aventura que duraría hasta 2004, cuando ya no pudieron luchar más.
‘El Víbora. Comix contracultural’ permite descubrir el valor artístico de los autores que publicaron en ella sus trabajos, como Nazario, Roger, Isa Feu, Marta Guerrero, Laura Pérez Vernetti, Mariscal, Gallardo, Pons, Martí, Carratalá, Montesol, Ceseepe, Max, Calonge, Jaime Martín y Pamies, entre muchos otros. La revista ‘El Víbora’ (1979-2004) encarnó a la perfección el sincretismo cultural que se vivió en Barcelona al inicio de la democracia. Sus páginas acogieron a una parte de los autores que habían iniciado la cultura underground en los años setenta, un fenómeno cultural y artístico especialmente vinculado a la ciudad.
El primer número de la revista apareció en los quioscos en diciembre de 1979. El subtítulo, “comix para supervivientes”, dejaba claro su contenido. El comix era la historieta contracultural y alternativa, generada en los Estados Unidos en la década de los años sesenta. Fue un fenómeno social y cultural que rompía moldes con el cómic comercial, historias libres de censura que hablaban de temas cotidianos de la vida urbana o metafísicos, con la sátira como bandera, con grafismos muy personalizados y de distribución restringida.
Entre 1973 y 1978 fueron muchos los jóvenes creadores que quisieron sumergirse en esa historieta liberadora, concentrándose en la parodia subversiva y en la sátira costumbrista. La contracultura había forjado una nueva forma de hacer cultura. ‘El Víbora’ fue una redención que culminó el movimiento underground y, a la vez, lo cerró convirtiéndolo en un fenómeno de masas. Fue también la evidencia de que España estaba cambiando y quería abrir de par en par las puertas a una sociedad libre. El mercado de las revistas de cómics acababa de iniciar su andadura y ésta llenó un hueco.
Fue una revista de autores inquietos que hablaban de lo que veían en la calle. Y la calle les respondió positivamente. ‘El Víbora’ fue posible gracias a la financiación y al apoyo logístico que el editor catalán Josep Toutain le ofreció a Josep Maria Berenguer, que se convertiría en el editor de la nueva cabecera, fundando Ediciones La Cúpula. En esta revista colaboraron creadores de lenguajes muy personales y diversos, como Calonge, Carratalá, Carulla, Ceesepe, Das Pastoras, Mauro Entrialgo, Isa Feu, Gallardo, Laura, Mariscal, Marta, Martí, Jaime Martín, Miguel Ángel Martín, Max, Mediavilla, Montesol, Nazario, Pamies, Pons o Roger, entre muchos otros.
Pero nada es inalterable. En los años 90 la sociedad había cambiado y la revista aparcó progresivamente su vertiente más underground para asumir contenidos más próximos a la nueva historieta alternativa. Con todo, se mantuvieron algunos de sus habituales colaboradores y aparecieron nuevas figuras, como las de Álvarez Rabo, Boldú, María Colino, Diego, Galiano, Ana Juan, Pilar, Javi Rodríguez, Tomeu Seguí o Sequeiros. Por otro lado, también publicó una selección del mejor cómic internacional, con firmas como las de Robert Crumb, los hermanos Hernández, Peter Bagge, Daniel Clowes, Pétillon, Tardi, Swarte, Muñoz y Sampayo, Jamie Hewlett, Yoshiriho Tatsumi o Jiro Taniguchi. ‘El Víbora’ sobrevivió 300 números hasta diciembre de 2004.