Puede resultar paradójico, pero el núcleo de nuestro planeta tiene 2,5 años más joven que la corteza: si la formación del planeta fue por acumulación de materiales alrededor de un núcleo activo (como es común en el universo, aunque no único), ¿cómo puede ser más joven ese núcleo que lo que arrastró consigo?

Investigadores de la Universidad de Aarhus (U. Uggerhoj R Mikkelsen) y de la Universidad de Copenhague (J. Faye) han publicado su conclusión en el European Journal of Physics, sacada a partir de cálculos matemáticos y por una vieja disposición que ya anunciara Richard Feynman en los años 60: si el tiempo se dilata, al contrario de lo que la lógica nos indica, el interior de la Tierra sería más joven. Su afirmación provenía de la aplicación de la Teoría de la Relatividad. Digámoslo de una manera sencilla: cuanto más grande es un elemento (y su masa y “peso” fueran acordes con el tamaño) mayor es su capacidad de deformación del continuo espacio-temporal.

La relatividad general indica que los objetos de gran masa y tamaño (como nuestro planeta) deforman el tejido del espacio-tiempo por su gravedad, como si dejáramos caer una bola de acero sobre una red tensa: su peso deformaría las inmediaciones del lugar donde colocáramos esa bola. Así, cualquier objeto más cerca del centro terrestre, que es el que ejerce esa fuerza gravitatoria habría sufrido el paso del tiempo más lentamente. De poder poner un reloj junto al núcleo podríamos comprobar que iría más lento que uno en la superficie. Así que, si bien no de manera “lógica” a nuestros ojos, pero sí para la Física, el núcleo es más joven que la corteza porque el tiempo se ha dilatado más para su zona que para nosotros. Feynman había calculado que apenas eran dos días de diferencia.

Pero los daneses han afirmado que en realidad son más de dos años. Su cálculo se basa en la edad de la Tierra, 4.500 millones de años, un tiempo lo suficientemente largo como para que la gravedad central haya dilatado el tiempo tanto como para acumular un diferencial de 2,5 años. En este cálculo no se han tenido en cuenta los sucesos geológicos, ni la influencia que tuvo el nacimiento de la Luna a partir de la Tierra si finalmente se confirma la teoría del choque de nuestro planeta contra un gran cuerpo que desgajó material y lo dejó en órbita.