El Prado inaugura a finales de enero una exposición para mitólogos y amantes del arte clásico: reunir las cuatro Furias en un mismo espacio.
El objetivo de la exposición es mostrar el nacimiento, evolución y ocaso de este tema en el arte europeo entre 1550 y 1700 a través de una veintena de obras de artistas italianos, flamencos, holandeses y españoles, entre los que figuran el citado Tiziano (autor del grupo de Furias original), Miguel Ángel, Cornelis van Haarlem, Rubens, Ribera, Salvator Rossa o Langhetti. Para poder expresar mejor esta intención, todas las obras serán dispuestas alrededor de la copia del Laoconte, un modelo de expresión de la violencia y el dolor. Del 21 de enero al 4 de mayo.
Se conoce como Furias a cuatro personajes de la mitología clásica: Ticio, Sísifo, Ixión y Tántalo, que figuraban entre los muchos condenados que poblaban el Hades, el infierno de la Grecia clásica luego asimilada por Roma. Fue sin embargo en el Renacimiento cuando estos personajes cobraron entidad como grupo al ser motivo y género artístico de muchos autores a sueldo de la aristocracia y la Iglesia Católica. Para entonces la mitología clásica era excusa, motivo y modelo a seguir para el arte por encargo de la época, que era en realidad casi todo.
Fue a mediados del siglo XVI y la responsable final fue María de Hungría y su dinero, a la sazón hermana del emperador Carlos V y gobernadora de los Países Bajos. En 1548 realizó el encargo maestro que daría cuerpo a las Furias nada menos que a Tiziano, que realizó cuatro grandes lienzos con estos personajes para su palacio en Binche, a las afueras de Bruselas. No era una mujer cualquiera, gobernaba la belicosa Flandes, y tampoco era un tema inocente: esas Furias eran sobre todo criaturas y efigies castigadas por desafiar el poder de los dioses. Era un mensaje: los príncipes alemanes serían esas Furias atormentadas si osaban desafiar el poder de su hermano Carlos V. El arte como instrumento político. Y hoy en día, como fascinación para los visitantes al Prado.
A partir de ese momento político se convirtieron en un lugar común e incluso el conjunto tuvo fama mundial mucho tiempo después. A fin de cuentas eran cuatro cuadros de Tiziano, el gran maestro de corte, el gran pintor italiano del siglo XVI. Y con cada generación se le otorgaban otros significados. En Flandes e Italia fueron una excusa de los autores para poder ponerse a prueba para expresar el dolor y la violencia. Las Furias pictóricas son miméticas a la simbología original: dolor, escorzo, tensión muscular, máxima violencia en una imagen estática. Ya en el Barroco se convirtieron en un modelo del gusto estético y religioso de la época, aunque fueran paganas.
Las Furias de Tiziano