La cadena Fox prepara un regreso más, el de ‘Expediente X’ para la temporada 2017-2018 con Mulder y Scully, todo un sello televisivo e incluso generacional y con los actores originales.

Mulder (David Duchovny) y Scully (Gillian Anderson) volverán a juntarse para la que sería la undécima temporada oficial (al margen de que la película se convirtió casi en un episodio largo más) después de que en 2016 ya se estrenara otra entrega previa. El formato es idéntico al anterior: número limitado de episodios (en este caso 10) creados por Chris Carter, el original corazón y motor de la serie que entre 1993 y 2002 puso la ciencia-ficción y la conspiración a un nivel bastante alto. Luego llegaron dos películas y la vuelta de tuerca de 2016, que tuvo seis episodios.

Todo eso mientras los actores principales, y el propio Carter, intentaban liberarse de una losa muy pesada. Duchovny lo consiguió, en parte, con ‘Californication’ y otros proyectos, además del hecho de que él se bajó del tren antes, en la octava temporada; a Anderson le costó bastante más. Pero el fervor de la industria de cine y TV por sacar dinero de todos lados puso en marcha el ansia por resucitar cadáveres exquisitos: con ‘Expediente X’ además lo hace por segunda vez. La producción empezará en verano y la miniserie estaría preparada para ser emitida entre el invierno de 2017 y el comienzo de 2018.

Historia de una serie legendaria

Quizás recuerden el poster que tenía perennemente sujetado en la pared el agente Mulder: un ovni clásico sobre un bosque y una frase, “I want to believe”, es decir, “Quiero creer”. Era uno de los muchos detalles de una serie innovadora que tocaba un tema ya clásico: las hipotéticas relaciones entre extraterrestres y el gobierno de EEUU y de otros países a espaldas de la opinión pública. En medio dos agentes del FBI que revisaban los llamados expedientes X de la agencia, la de casos extraños, ocultos o tapados. Él era un creyente intuitivo, ella una escéptica científica y metódica, puesta a su lado para controlarle, pero lentamente se puso de su lado. Y eso sólo era la historia central de una serie donde cada episodio podía o no tener que ver con esa misma idea central. Hubo de todo, paranormal o no, consagratorio o no.

La realidad es que la serie, salida de la imaginación de Chris Carter en 1993, dio pábulo a ese deporte tan americano como es la neurosis conspiranoica que, al final, ha saltado el Atlántico y se ha instalado también en Europa y España más en concreto. Fue la serie de los años 90 junto con ‘Friends’, tan diferentes como profundo fue su impacto. Y crearon todo tipo de guiños para la cultura popular, desde el agente secreto que parecía estar metido en todos los planes ocultos, El Fumador, hasta las célebres abejas híbridas… una serie que batía récords con la misma facilidad con la que introducía elementos en la cultura contemporánea.

Dejó huella, 16 premios Emmy, cinco Globos de Oro, varias temporadas, dos películas que contaban mucho sin contar nada de más (sólo ponía de una vez al ovni en su sitio) y dos carreras muy diferentes. Mientras que David Duchovny (el agente Fox Mulder) recuperaba parte del crédito profesional gracias a ‘Californication’, a Gillian Anderson (la agente Scully) se le perdía la pista en un anonimato que dejó a la pelirroja fuera de circulación salvo para papeles muy secundarios en ‘Hannibal’ y ‘The Fall’. Parecía que sólo Duchovny, y a duras penas, podía salir adelante: iba a participar en la nueva serie ‘Aquarius’.