El Festival de las Artes estrena entre hoy y mañana dos de sus platos fuertes de la programación de sala. Hoy jueves ‘Rian’, del Fabulous Beast Dance Theatre, y este sábado ‘Please kill me’ del Nouveau Théâtre de Montreuil.
Uno de los coreógrafos y creadores de ‘Rian’ (CAEM, 20.00 horas), Keegan-Dolan reconoció que antes de crear este trabajo, solo se hablaba de esta situación, de “corrupción, robos, hecatombe” pero que optó por el camino contrario, un montaje lleno de vida que no se centrara en el “montón de mierda” que vomitaba a diario la prensa y la televisión .
‘Rian’, que en gaélico significa “huella” o “marca” es un espectáculo que sitúa sobre el escenario a ocho bailarines que se mueven al ritmo de las composiciones creadas por cuatro de los mejores músicos de Irlanda. De hecho, resaltó que el elenco de bailarines lo forman un guineano, un danés, un inglés o un afgano, debido a que confesó que no intenta transmitir una “identidad nacional”, sino que buscó a los mejores bailarines unidos por una música hermosa, la irlandesa, que no es distinta a las demás y conecta a todos independientemente de la nacionalidad. Sobre este aspecto incidió y avanzó que las músicas y los bailes reproducen las tradiciones culturales de los lugares más diversos y suponen una búsqueda de aquello que resulta común a todas ellas.
‘Please kill me’, de la compañía francesa Nouveau Théâtre de Montreuil Centre Damatique National (Teatro Juan del Enzina, 20.00 horas), nace de una adaptación muy libre del libro de Legs McNeil y Filian McCain, y que evoca el espíritu de la música y el movimiento punk en los años 70 y primeros 80. Y lo hace a partir de las historias personales y anécdotas de las bandas punk y estrellas rock de la época, como Iggy Pop.
El director del montaje, Mathieu Bauer, posee una concepción multidisciplinar del espectáculo teatral, que concibe en continua relación con manifestaciones artísticas tan variadas como la música, el cine o la literatura. Esta visión del espectáculo teatral se confirma con el enriquecimiento audiovisual que concede a sus montajes, como puede comprobarse en ‘Please kill me’.
En la rueda de prensa Bauer remarcó que la compañía siempre ha tenido una relación muy fuerte con el teatro musical. “Nunca hemos hecho obras clásicas, y en nuestras temáticas anteriores ya aparecían la muerte, el abandono y la nostalgia”. “Trato una época que es anterior a mí, escuché mucho la música de esos años, base de la obra. Lo que más me llega es que vivían siempre el presente, el momento”, añadió. Dejó claro que no se trataba de una imitación del movimiento punk, “sino una evocación” con “ternura” y afecto.