Einstein tenía razón. En realidad dio en el clavo en muchas cosas. Pero el experimento realizado por los responsables del experimento LIGO han anunciado que, en efecto, las ondas gravitacionales son verdad. La Física da un paso de gigante y la Humanidad logra comprender mejor el universo.

Las ondas gravitacionales son una parte consistente de la Teoría de la Relatividad y de los estudios que hizo Albert Einstein para entender el universo, su estructura y funcionamiento. Sin embargo en 1936 nuestro gran hombre dio marcha atrás y dijo que no, que se había equivocado. Pues no: acertó. Y sólo hay una forma de explicarlas. Imaginemos un lago. Nos acercamos a la orilla y tiramos una piedra. El choque forma una ondas en el agua que se expanden desde el punto de impacto en todas direcciones de forma equilibrada hasta que chocan con otros cuerpos. Los cuerpos en el espacio (planetas, estrellas, galaxias, agujeros negros, púlsares, supernovas, etc) son iguales que esas piedras: generan ondas por su gravedad que se propagan por todo el universo.

En lugar de un impacto es la fuerza de la gravedad de esos cuerpos y fenómenos físicos los que generan las ondas. Estas ondas existen porque el espacio-tiempo es un todo, no se compone de elementos separados, sino que se relacionan en un todo que llamaremos “continuo”. El espacio se compone de tres parámetros, y el tiempo sería el cuarto. Este continuo sería, según la Teoría de la Relatividad, curvo, no lineal, y la gravedad sería un producto de esa curvatura: el movimiento de los cuerpos estelares provoca perturbaciones en el continuo, esas ondas gravitacionales igual que la piedra genera ondas en el lago.

 

Advanced LIGO es el mayor experimento tecnológico para medir esas ondas; su sensibilidad es tan alta que supera con mucho todo lo anteriormente construido. Se compone de dos observatorios coordinados: uno en Hanford (Washington) y otro en Livinsgton (Louisiana). La ocasión para el equipo del LIGO (siglas en inglés de Observatorio de Interfeormetría Láser de Ondas Gravitacionales, compuesto por más de mil investigadores y dirigido por David Reitze) fue la colisión de dos agujeros negros hace miles de años generó unas ondas tan fuertes como para que la máquina las captara en otoño pasado, pero sólo ha sido hoy cuando se ha publicitado, cuando estaban seguros. Meses de rumores se han confirmado y la Física vuelve a ponerse en lo más alto de las ciencias de cara al público. Y lo que es más importante: toda la teoría de Einstein, al menos las grandes partes, ha quedado confirmada. Hoy los humanos somos, quizás, un poco mejores.

El experimento encontró el eco en ondas de la fusión por impacto de dos agujeros negros a 1.300 millones de años luz (es decir, que colisionaron mucho antes de que la vida en la Tierra fuera vida compleja) con una fuerza desmesurada que combinó el equivalente a la masa de 62 estrellas como nuestro Sol. Pero tenía truco: en realidad fue la combinación de un agujero negro de 36 masas como el Sol más con otro de 29 veces nuestra estrella. ¿Verdad que falta algo en la suma? El equivalente a esos tres soles en realidad se convirtió en un flujo de onda que se expandió por el universo, ondas gravitacionales generadas por la fusión y la multiplicación de la gravedad.

Otra cosa es que el gran público pueda entender realmente la importancia de este descubrimiento, que permitirá conocer mucho mejor la formación de los agujeros negros, los efectos reales de las supernovas o del funcionamiento real de la estructura del universo. El mensaje oficial que llegó desde el MIT en Massachusetts fue: “Groundbreaking physics: Scientists detect #gravitationalwaves using the @LIGO observatory https://t.co/7bG5dSvOT9 pic.twitter.com/PMT1tk3VSq — MIT (@MIT) febrero 11, 2016”. El artículo completo se publicó en Physical Review Letters. Y es algo tan importante que muy probablemente los jefes de equipo sean los próximos Nobel de Física.

Sin embargo en ciencia (y mucho menos en Física) no se puede nunca cantar victoria. Los datos de LIGO tienen que ser validados por una comprobación alternativa e independiente para que tengan peso, además de una explicación pormenorizada que resuelva todas las dudas posibles en la contrastación. Lo que no les van a quitar nunca es la categoría de pioneros que bien podrían cambiar la Historia de la Ciencia, y por tanto de la Humanidad, para siempre. Muchos esperaban esta noticia como si fuera la piedra de toque en la teoría de los grandes elementos, igual que el bosón de Higgs lo fue de la teoría física a nivel subatómico.