El próximo jueves 14 de septiembre se inaugura ‘Una mirada en color’, una exposición que cuenta con 23 fotografías de Gonzalo Juanes, uno de los más destacados fotógrafos del mítico grupo AFAL.
Imágenes y textos: La Fábrica
Juanes dio un vuelco a mediados de los años 60 cuando descubre Kodachrome en color, convirtiéndose en uno de los más importantes pioneros y estudiosos de este formato en España. Fue un fotógrafo autodidacta adelantado a su época. Tomó la fotografía como modo de plasmar su verdadera inquietud vital y procura hacer una fotografía subjetiva y sincera. La temática de su obra fue variada, centrándose en los paisajes mineros y sus habitantes asturianos, escolares, rincones de Gijón o las calles de Madrid, como Serrano. Para el gran público Gonzalo Juanes es un completo desconocido pero lo cierto es que ha sido una de las figuras más influyentes de la fotografía en España.
Creía que la fotografía debía ser “sencilla, de modesta apariencia, intencionadamente en tono menor”, también definía la fotografía como “un simple dpcumento en el que se intenta captar un fugaz momento de lirismo”. Fue esta sencillez en sus imágenes, unida a una gran honestidad, lo que caracteriza todas sus obras. Gonzalo Juanes apostó por el uso del color, lo que le alejó del reconocimiento que alcanzaron algunos de sus contemporáneos como Ramón Masasts, Paco Gómez o Pérez Siquier, ya que estos era considerados “los fotógrafos “de verdad” (que) hacían fotografías en blanco y negro”, como señala José Manuel Navia (comisario de la exposición) en el texto introductorio del número de la colección PHotoBolsillo dedicado a Gonzalo Juanes.
Navia añade que “Juanes nunca se enfrentó al color como un nuevo medio de expresión que hubiera que tratar de un modo distinto al blanco y negro, que le exigiera cambiar las bases de su lenguaje. Fascinado por la riqueza del color y convencido de que la vida es en colores, siguió haciendo la fotografía que le gustaba, la que más le gustaba, aquella en la que creía, pero en color”. Fotógrafo autodidacta y adelantado a su época, Gonzalo Juanes tomó la fotografía como modo de plasmar su verdadera inquietud vital y procuró crear una fotografía subjetiva y sincera. Este espíritu le llevó a alejarse paulatinamente de la fotografía oficial y de sus contemporáneos y a trabajar exclusivamente para sí mismo.
Su primera toma de contacto con el color se remonta a finales de la década de los años 50 y a partir de ese momento, consciente de las grandes posibilidades que le ofrecía el color, abandonó por completo la fotografía en blanco y negro, con una breve excepción en los años 90. Pese a su importancia, tardó unos años en ser reconocido. Era un fotógrafo ‘aficionado’, residía en una ciudad pequeña, y se atrevió a cortar con el blanco y negro en una época en que a nadie se le hubiera ocurrido. Ésta fue la causa de un cierto aislamiento y olvido. Su obra fotográfica no siempre ha tenido el reconocimiento que se merecía, pese a ser uno de los mejores fotógrafos españoles del siglo XX.