Desde Marco Polo hay una constante en Occidente: la fascinación por Oriente, ya sea real o inventado, y especialmente de Japón.

Que Japón es el país asiático que tiene relaciones más estrechas con Occidente es obvio, y que China también va en la misma línea también. El orientalismo fue una constante en el arte europeo y americano desde tiempos tempranos, pero especialmente a partir del siglo XVIII, cuando la cerámica china y los contactos con Japón abrieron el horizonte. La exposición ‘Japonismo. La fascinación por el arte japonés’ en Caixa Forum Barcelona (hasta el 15 de septiembre) retrata ese estilo, esa imagen del lejano Japón.

Una de las consecuencias de la Revolución Meiji de 1868 fue la modernización por decreto de Japón, y la apertura “controlada” hacia Occidente. Fruto de ese siglo XIX de grandes cambios fue la fascinación del Oeste por ese país que parecía otro mundo, que había vivido al margen de la Historia durante siglos y que poco antes, en 1860, seguía exactamente igual que en el siglo XV. En Europa apareció con fuerza un ismo más en un continente donde el arte saltaba de un estilo a otro: el japonismo.

Fotografía, escultura budista y un cuadro de Joan Miró, ejemplos de la relación Occidente-Japón

El art nouveau de autores como Siegfried Bing inyectaron japonismo en el arte e influenció con fuerza a los impresionistas, simbolistas, malditos y las vanguardias de la primera mitad del siglo XX. España no se quedó fuera de la nueva corriente, y ya en 1870 hay obras que lo confirman; tuvo su periodo de mayor influencia a finales de siglo y alrededor de los grandes artistas del modernismo y otras corrientes, como Marià Fortuny, Pablo Picasso o Joan Miró.

La exposición muestra, en gran medida, con cerca de 300 de piezas de todo tipo, condición, autoría y época, esa influencia en forma de nuevos temas, técnicas, estructuras y formatos. La cultura japonesa insufló imaginación y nuevas visiones del arte que hicieron cambiar los gustos y desvelaron todo un mundo de nuevas ideas, formas y colores del que beber y renovar el arte occidental. También es la primera que se hace de este tipo y con estas dimensiones, y más concretamente en Cataluña, donde más impacto tuvo el japonismo a través del modernismo. La mayor parte de las obras del catálogo son totalmente inéditas en España, y van desde un cuadro de Joan Miró a una estatua religiosa budista anterior a la Revolución Meiji.

La exposición no es inocente: coincide en el tiempo con el cuarto centenario de la embajada que hiciera el trono imperial japonés a través de Date Masamune a España e Italia. Es pues una acción pedagógica y de conocimiento, de reconocimiento más bien, de la cultura japonesa en Occidente, una civilización que descubrió fascinada la estética hierática y al mismo tiempo dinámica de la pintura y la escultura tradicional de Japón, una fuerza que luego, ya en el siglo XX, se extendería al cine y el cómic.

De lunes a viernes de 10 a 20 h / Sábados y domingos, de 10 a 21 h. Miércoles de julio y agosto, abierto hasta las 23 h