Kommune lleva a Andrés Senra a Matadero Madrid este invierno en una nueva revisión de la ciudad utópica a partir de la comuna de Christiania (Dinamarca).
Kommune es un proyecto artístico y de investigación que Andrés Serna comenzó en el mes de marzo de 2013 con motivo de una residencia artística en Christiania (Dinamarca). El proyecto gira en torno al momento fundacional de una nueva ciudad basada en la libertad absoluta y radical, una pequeña utopía con límites dentro de una ciudad convencional. Senra aborda en este proyecto los sentimientos, la naturaleza, la estructura, los sueños, y los temores que produce el dentro-fuera de la ciudad.
El trabajo toma forma de instalación, con documentos “reales” obtenidos de su trabajo en Christiania y otros “construidos” a partir de descripciones de modelos de organización urbana y social que recorren las utopías filosóficas, que arrancaron con Platón y tuvieron una segunda vida a partir de ‘Utopía’ de Tomás Moro y que se expanden en la ciencia-ficción actual. Kommune forma parte de esa tradición: es un complejo fresco humano de esta pequeña comuna libertaria en medio de la estructurada sociedad nórdica.
La obra de Andrés Senra esconde a menudo una reflexión sobre la construcción social de la identidad. En sus piezas abundan narrativas que plantean una nueva lectura de las políticas socioeconómicas y sus efectos en los individuos y en comunidades con otra identidad diferente a la meramente capitalista. Senra ha recibido, entre otras, las siguientes becas y premios: residencia de investigación MNCARS (2013-2014), Ayudas a la creación visual VEGAP (2013), Beca “Madrid procesos Berlín” AVAM y Fundación Karl Hofer – Berlin (2009), Premio de creación artística Comunidad de Madrid (2009) y residente en Casa Encendida (2005).
¿Qué es Christiania?
Christiania está en el barrio de Christianshavn, en la capital de Dinamarca, Copenhague y ocupa 34 ha en las que viven 850 personas. Christiania se autoproclamó comunidad independiente el 26 de septiembre de 1970. La historia de Christiania comienza con la ocupación de un terreno militar abandonado por el ejército danés por parte de unos padres que reclamaban espacios donde sus hijos pudiesen jugar al margen de la estructura urbana de la capital. En 2008 se acordó con el estado danés su supervivencia con la condición de que la propia comunidad asumiera la compra del terreno, fenómeno que se está produciendo mediante donaciones voluntarias de ciudadanos de todo el mundo, en un modelo de compra que no conlleva la propiedad y que se lleva a cabo de manera anónima.
La comuna tiene forma de isla, una característica de las narraciones de ciudades utópicas; las construcciones son heterogéneas y no siguen patrones preconcebidos. Toda la estructura se basa en casas independientes construidas por sus propios habitantes respetando criterios de sostenibilidad y organicismo, y por viviendas colectivas en los antiguos cuarteles abandonados. Además, hay espacios de ocio común, salas de reuniones, cine, teatro y espacios para conciertos. La ciudad se divide en catorce zonas autónomas y todas las decisiones que afectan al conjunto de Christiania se toman en la asamblea general, que se rige por consenso.