Recibirá el Oso de Oro Honorífico. El Festival destaca “su profundo interés por las personas y sus destinos individuales, así como su compromiso crítico con la sociedad”.

La Berlinale, que comenzará el próximo 6 de febrero con la proyección de ‘The Grand Budapest Hotel’ (Wes Andersen) y supondrá el estreno mundial de ‘The Monuments Men’ (George Clooney), arrancará la temporada de festivales del año 2014 con un homenaje a una de las voces más críticas y comprometidas con la sociedad del cine europeo: Ken Loach (Nuneaton-Warwickshire, Inglaterra, 1936).

En tiempos de depresión económica y social, Berlín entregará el Oso de Oro Honorífico, en reconocimiento a toda su carrera, a uno de los principales azotes del capitalismo más salvaje, maximizado en la figura de Margaret Thatcher, y un férreo defensor de los desfavorecidos. “¿Cómo deberíamos honrarla? Privaticemos su funeral. Saquémoslo a concurso público y aceptemos la oferta más barata. Es lo que ella habría querido”, ironizó Loach en el pasado mes de abril tras la muerte de la Dama del Hierro, la musa del liberalismo más insolidario y peor entendido.

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“Ken Loach es uno de los grandes directores europeos. Durante sus casi cincuenta años de carrera, ha mostrado un extraordinario grado de continuidad, sin dejar de ser innovador en todo momento”, ha subrayado Dieter Kosslick, el actual director de la Berlinale. “Su profundo interés por las personas y sus destinos individuales, así como su compromiso crítico con la sociedad han encontrado su expresión en una variedad de enfoques cinematográficos”, ha añadido Kosslick sobre la figura del director británico. Berlín era el único de los tres grandes festivales europeos que tenía una deuda pendiente con Ken Loach, un realizador muy vinculado a Cannes.

Allí, tras labrarse un prestigio en la BBC en su país, empezó a destacar en el mundo del cine. ‘Agenda oculta’ (1990), sobre las cloacas de la lucha política contra el IRA; ‘Lloviendo piedras’ (1993), con un padre desempleado haciendo lo imposible para que su hija tenga una feliz Primera Comunión; y ‘La parte de los ángeles’ (2012), con un adolescente, padre primerizo, que se destapa como impecable catador de whisky cuando cumple una pena de trabajos sociales, ganaron el Premio del Jurado. ‘Tierra y libertad’ (1995), ambientada en las Brigadas Internacionales de la Guerra Civil Española, consiguió el Premio Fipresci (crítica internacional) y del Jurado Ecuménico. Cannes entregó, finalmente, la Palma de Oro a Loach por ‘El viento que agita la cebada’ (2006), con el IRA, en esta ocasión en la década de los veinte, como trasfondo.

Cannes, pese a su glamur, se rindió al cine social y anticapitalista del director británico, como lo ha hecho también la Bienal de Venecia. ‘En un mundo libre’ (2007) conquistó el premio de Mejor Guion con un filme que aborda el abuso laboral a los inmigrantes. Siempre comprometido, siempre crítico, siempre Ken Loach, que ha presentado cinco producciones en la Berlinale: la tv movie ‘Which side are you on?’ (1984); ‘Ladybird, Ladybird’ (1994) (Crissy Rock recibió el Oso de Plata como Mejor Actriz de la Berlinale); otra tv movie, ‘Up the junction’ (1965), proyectada en una retrospectiva en la edición de 2002; ‘Solo un beso’ (2004); y su último trabajo, el documental ‘El espíritu del 45’ (2013).

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Muestra de diez películas

La Berlinale, aprovechando el Oso de Oro Honorífico para Ken Loach, ha programado diez de las mejores producciones del maestro del cine social: ‘Cathy come home’ (1966), un telefilme para la BBC, ‘Kes’ (1969), ‘El guardabosque’ (1980), ‘Lloviendo piedras’ (1993), ‘Ladybird, Ladybird’ (1994), ‘Tierra y libertad’ (1995), ‘Mi nombre es Joe’ (1998), ‘La cuadrilla’ (2001), ‘Felices dieciséis’ (‘Sweet Sixteen’) (2002) y ‘Buscando a Eric’ (2009). Una maravillosa selección que sirve como espléndida tarjeta de visita de un director muy firme en sus planteamientos políticos, con un estilo en el que la ficción y el documental se entremezclan, con la frecuente presencia de actores no profesionales en sus repartos y, en numerosas ocasiones, con un fino sentido del humor para no ahogarnos entre tanto drama social.

Con casi una treintena de películas y una densa carrera en la televisión, en especial en los sesenta, setenta y ochenta en la prestigiosa BBC, Ken Loach, a sus 77 años, sigue dispuesto a ser el grano en el culo del capitalismo y de las injusticias sociales. Lo ha sido durante los años de ‘bonanza’ económica, ¿cómo no continuar ahora que el tiempo le ha dado la razón y le ha llenado de argumentos ante quienes le acusaban de sectario y aguafiestas?

Ken Loach puede presumir, con un argumento radicalmente distinto al de Orson Welles en ‘La Guerra de los Mundos’, de haber conseguido colar la ficción como realidad. Y no es una exageración. Un año antes de que debutara en el cine con ‘Poor cow’ (1967), impresionó con su realista discurso en una producción televisiva: ‘Cathy come home’ (1966). Loach narra la historia de una joven pareja, Cathy y Reg, que tienen dos hijos pequeños. Su vida cambia cuando el padre pierde el empleo por un problema físico y se ven abocados al drama del paro y a la calle tras perder su hogar. Ocupan varias viviendas vacías y duermen en albergues. ¿Les suena? ¡Recuerden, 1966, hace casi medio siglo!

 

Ken Loach sabía de lo que hablaba. Pero pocos le quisieron escuchar pese a que la proyección de ‘Cathy come home’ causó una gran conmoción en el Reino Unido y muchos ciudadanos, tras pensar que era una historia real, se ofrecieran a ayudar a la joven pareja protagonista y a sus hijos. ‘Cathy come home’, al menos, suavizó la ley aplicada a los sin techo. Significó el comienzo de una carrera coherente, tanto desde el punto de vista cinematográfico, con su estilo documental, como político, que la Berlinale premiará en su próxima edición en medio de la mayor crisis económica jamás conocida en el mundo occidental.

Habrá que estar atentos a su discurso. En los últimos meses, Loach ya ha sentenciado que “Thatcher fue el primer ministro británico más destructivo de los tiempos modernos. Desempleo masivo, cierre de fábricas y comunidades destruidas fue su legado. Es por las políticas que ella impulsó por la que estamos en el desastre actual”. Loach sueña con recuperar el espíritu del 45, cuando los laboristas derrotaron sorprendentemente a Churchill.

“Juntos ganamos la guerra. Juntos conseguimos la paz. Si juntos pudimos llevar a cabo campañas militares, ¿no podríamos construir casas, crear un sistema de salud y fabricar los bienes necesarios para la reconstrucción? El espíritu de esa época sirvió de guía a nuestros hermanos y hermanas”. En su cine, sigue vivo.