El universo humorístico y surrealista de Paco Alcázar en su máxima expresión reunida desde mediados de abril pasado en un volumen a partir de la serie que el autor dibujó para Orgullo y Satisfacción.

Pilotos de avión enajenados, muertos existencialistas, presidentes reptilianos, familias postapocalípticas, letras de canciones imposibles, Bukowski y Tolkien compartiendo piso, el Dr. Imbécil, Francisco Ibáñez… Todos ellos y muchos más desfilan por ‘La fábrica de problemas’, la serie de tiras que Paco Alcázar dibujó para la revista digital Orgullo y Satisfacción entre 2014 y 2017. Siéntese y disfrute de otra vuelta de tuerca al universo surrealista, desconcertante y siempre problemático de uno de los autores del panorama internacional que mejor resumen su obra en breves párrafos.

Paco Alcázar nació en Cádiz en 1970, aunque creció en Barcelona. Empezó a dibujar para fanzines a principios de los 90 con unas historietas de humor negro muy salvaje que acabaron recopiladas en ‘The Lovesucks Experience’ (Monográfico, 1994) y ‘¡Escarba, escarba!’ (Subterfuge, 1997). Después cambió de registro para seguir contando cosas igualmente agradables en ‘Porque te gusta’ (Subterfuge, 1999), ‘Moho’ (Doble Dosis, 2000) y ‘Todo está perdido’ (Doble Dosis, 2001). En 2002 fundó junto a Miguel B. Núñez la revista de cómics Recto, a la que luego se uniría Miguel Brieva, y de la que publicaron tres números, el tercero de ellos con Astiberri.

Desde 2005 hasta 2014 colaboró semanalmente en El Jueves, dibujando las historias de ‘Silvio José, el buen parásito’. Tras su salida de la revista después de un episodio de censura en la misma colaboró regularmente en el mensual digital Orgullo y Satisfacción. Su trabajo ha aparecido en publicaciones como El Víbora, Recto, Blab, NSLM, El País Semanal, El Manglar, 40, Rolling Stone, MAN, Cinemanía o Rockdelux.

¿Qué era Orgullo y Satisfacción?

Dos cosas antes de abordar el trabajo de Orgullo y Satisfacción: primero, no es un trabajo individual, sino colectivo, y no sólo de dos dibujantes o tres, sino de todo un grupo que mantiene el grupo en forma de revista, lo que en estos tiempos es ya encomiable y digno de elogio. Y segundo, son humor inteligente basado en algo tan primitivo y básico para el ser humano como la combinación de imagen y mensaje. Por así decirlo, usan el la inteligencia analítica con herramientas que ya existían hace miles de años, usadas durante siglos por el poder y la Fe para divulgar sus ideas y dogmas, y que ellos usan para desnudar a ese mismo poder, esa misma Fe, pero sobre todo las contradicciones y miserias de la sociedad española.

Muestra lo complicado que es este oficio y arte de la ilustración combinada con el humor político y social en un país acostumbrado a usar los libros y revistas para calzar mesas que cojean o como presunción de una cultura que no se tiene. Ya lo avisaba Valle-Inclán en ‘Luces de Bohemia’, cuando avisaba de que en aquella España esperpéntica resumida en ese otro Madrid esperpéntico había gente que llevaba lentes para leer sin necesitarlas “para aparentar ser cultos y lectores” cuando apenas leían la primera página.

La revista dio cobijo a muchos de los mejores profesionales del humor gráfico y no gráfico con firmas como Ágreda, Albert Monteys, Alberto González Vázquez, Asier y Javier, Bernardo Vergara, El Mundo Today, Flavita Banana, Guillermo, Isaac Rosa, Lalo Kubala, Luis Bustos, Malagón, Manel Fontdevila, Manuel Bartual, Mel, Miguel Brieva, Morán, Oroz, Paco Alcázar, Paco Sordo, Pacheco & Pacheco, Toni o Triz. Todos ellos por solidaridad o por filiación formaron la idea de hacer otro El Jueves sin ser El Jueves, pero que contara además cosas que en el mismo El Jueves quedaban en el cajón de los descartes. O no, porque este semanario ya histórico no han parado de meter el dedo en la llaga. La escisión no consolidó, pero el camino andado durante tres años es de los más prometedores.

El resultado es una vida corta pero intensa donde la libertad de expresión y la falta de cortapisas dio alas. Sólo quedaba como frontera visible la calidad y esa estricta autocensura de cada mente, que filtra lo que quiere y puede. Porque no todo vale en el fondo, sobre todo si cualitativamente cae en picado. La revista vivió a través de internet, con número que se podían descargar digitalmente para ahorrarse costes de producción, con ventas en formato pdf cerrado que evitaban que se pudiera piratear, aunque era evidente que iba a pasar. De todas formas cuanta más difusión mejor para ellos, si bien nunca llegaron a superar esa barrera mínima en la que necesitaban vivir (12.000… que parecía canto de sirena).

También tuvieron vida en formato de papel a través de la editorial vasca Astiberri, de las mejores de España, que ha publicado ya este ‘Grandes Éxitos’ más ‘El diccionario ilustrado de la democracia española’ y ‘¿Qué es el humor?’ que sirvieron para apuntalar el trabajo de estos autores, que eligieron como destino de sus ideas sobre papel desde los Borbones (un clásico tanto suyo como de El Jueves, por censurado que fuera) al PP, el PSOE, la democracia, la economía de burbujas explosivas que ha caracterizado España, el poder de los medios de comunicación al servicio del sistema que no del ciudadano, la Iglesia Católica, o las muchas contradicciones sociológicas y culturales que tienen los españoles, y que se cuelan una y otra vez por mucho “buenismo” que se aplique. Con su cierre perdemos una mina de inteligencia y carcajadas, pero podemos volver una y otra vez gracias a internet y Astiberri.