El canal Freeform ha dado luz verde este mayo al relanzamiento (reboot) de la serie británica ‘Misfits’, e inlcuso ya tiene parte del reparto elegido. De momento hay un episodio piloto encargado de esta producción que fue icónica en la primera década del siglo, en parte porque se adelantó en años a lo que hoy hace Netflix. 

La original narrará cómo un grupo de jóvenes británicos condenados por diversos delitos a hacer servicios a la comunidad, y bajo control específico de una institución, adquiere superpoderes tras una extraña tormenta eléctrica. No serán los únicos. Los habrá por miles en todo el país. En su momento fue una vuelta de tuerca completa al fenómeno de los superhéroes, y desde sus limitaciones supo encontrar el camino para ser una serie de éxito y con respaldo de la crítica. Eso sí, no duró mucho: tres temporadas con su reparto completo, y luego cayó con rapidez en la siguientes dos. Entre 2009 y 2013 fue todo un fenómeno de culto.

Según el medio norteamericano Deadline, la cadena Freeform ha encargado de forma oficial la producción de un episodio piloto y ha anunciado el reparto de la nueva serie, que será desarrollado por Josh Schwartz y Stephanie Savage, creadores de ‘Gossip Girl’, apoyados por un showrunner con gran reputación como Diane Ruggiero-Wright (creador de ‘Veronica Mars’ e ‘iZombie’), que meterá la mano en el guión. El reparto también está listo por parejas: Alisha (el personaje de Antonia Thomas en la original será interpretado por Ashleigh LaThrop), Nathan (interpretado por Robert Sheehan en la original, recaerá en  Jake Cannavale), Curtis (el personaje de Nathan Stewart-Jarrett en la original será interpretado por Tre Hall) y Kelly (a la que dio vida Lauren Socha en la serie británica, va para Allie MacDonald).

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Alisha/Alice: Antonia Thomas en la original y Asleigh LaThrop

Para quien no hay todavía actor es para el personaje que interpretó Iwan Rheon (‘Juego de Tronos’), pieza clave de toda la trama de aquella serie (con uno de los mejores giros de guión del proyecto) en la que tanto él como el resto de actores, que tuvieron un añadido de calidad en Joseph Gilgun (ahora en ‘Preacher’), que supo mantener el tono mientras participó. Freeform mantiene parte del perfil de los personajes, pero no por completo, mucho más crudo el tono de la versión británica, algo más suavizado en la norteamericana, lo que podría hacer que muchos fans de la primera se desligaran. Si a algo le sobraba al ‘Misfits’ con acento de barrio de Londres era mala leche y acidez.

Así, Alicia será una joven de clase media, que sólo piensa en divertirse y ligar (diferente de la original). Tre Hall será Curtis, un jugador de fútbol talentoso y arrogante con una prometedora carrera (velocista en la original). Allie MacDonald  encarnará a Kelly, una chica dura y mal hablada que sabe mucho de la calle y que tiene un gran temperamento (aquí sí respetan el original). Por último, Jake Cannavale será Nathan, un experto timador con mucho amor propio en cuanto a su inteligencia, potencial y atractivo. Simon, aquel primer gran papel de Rheon, todavía no tiene dueño. Y eso que resultó ser uno de los personajes más prometedores, un empollón asocial al borde del brote psicótico que dio mucho juego a los guionistas.

El ‘Misfits’ original

Reino Unido, o más concretamente Inglaterra, es algo más que tópicos, mal gusto proletario y hooligans. En televisión es el país de los extremos: capaces de montar la versión más chusca imaginable de un reality absurdo como Gran Hermano y al mismo tiempo facturar, empaquetar y vender al resto del mundo. De la isla han salido series como ‘Roma’, ‘Dowton Abbey’ o ‘Sherlock’, por poner tres muy conocidas por el público español. Entonces fue cuando apareció, a finales de 2009, la incursión más rara imaginada por los guionistas británicos en un campo tan americano como el de la ciencia-ficción de superhéroes: ‘Misfits’, creada por Howard Overman e interpretada por Robert Sheehan, Nathan Stewart-Jarrett, Antonia Thomas, Lauren Socha, Iwan Rheon, Alex Reid, Joseph Gilgun, Josef Altin, Michelle Fairley.

Los protagonistas originales de ‘Misfits’

‘Misfits’ fue como el vuelto del calcetín: sucio. Escenarios suburbanos deprimentes, tristes y donde todo tiene un punto cutre y arrabalero en una indeterminada ciudad británica posmoderna que es Londres pero no es Londres, que puede ser cualquiera. Cada personaje es un cliché en sí mismo que luego va desenvolviéndose a partir de una premisa muy ingeniosa: cinco chicos de diferente perfil pero casi la misma extracción social que por culpa de una misteriosa tormenta que los fulmina y les otorga diferentes superpoderes a cada uno de ellos. Los cinco han llegado hasta un particular escenario, un edificio gubernamental para trabajos forzados comunitarios a jóvenes delincuentes donde transcurre casi toda la acción. La tormenta no sólo les ha tocado a ellos, sino a mucha gente más que aparece y desaparece en los guiones de la serie como las espoletas que inician cada capítulo.

Esos mismos personajes abrían abanicos argumentales, y en uno de ellos, clave en la serie, conocen a un traficante de poderes que les hace cambiar el suyo por otro: la telépata se convierte en un genio de la ingeniería, el viajero del tiempo adquiere el poder de hacerse mujer y luego lo vuelve a intercambiar por otro más siniestro: resucita a los muertos. El inmortal se convierte en ilusionista y el invisible adquiere la precognición y la capacidad de viajar en el tiempo; finalmente, la hipersexual consigue el don de la clarividencia… todo eso por poner ejemplos de cómo el mundo mutante de los X-Men tuvo una buena respuesta a este lado del Atlántico.

Curtis: el original (Nathan Stewart-Jarrett) y el nuevo (Tre Hall)

Los capítulos eran autoconclusivos pero mantenían un hilo de fondo común, con lo que cada uno desvela parte de la trama general pero bajo la subordinación de otra menor, lo que ayuda a crear expectativas y al mismo tiempo poder verlos por separado. Los guiones eran peonzas con giros continuos, lo que hace a veces complicado seguirla, pero que mantiene vivo el interés. No era una serie fácil, no se dejaba ver perezosamente, y parecía imprescindible tener menos de 30 años, o estirándolo mucho menos de 40, para poder entender gran parte del proceso. Drama, humor, diálogos sin autocensura alguna y ciencia-ficción se juntan en una espiral que ha tenido un éxito inmenso en Reino Unido.

No era fácil hacer un producto así cuando, ya entonces, el género estaba saturado por completo de adaptaciones de ese subgénero del cómic, y quizás por eso ‘Misfits’ fue tan especial: tenía un fondo realista y social, casi con toques de un Ken Loach con 30 años menos y muchas hormonas más que la distancia por completo del resto. El mundo de los suburbios británicos se mezcla con guiones donde lo sobrenatural manda, situaciones fuera de la realidad (viajes en el tiempo, transformaciones, invisibilidad, telepatía, encubrimiento de asesinatos, inmortalidad…) que se incrustan en lo que todos damos por sentado. Fue la clave de la serie: realismo y fantasía engarzadas con guiones que parecen culebrear sin cesar. Y todo con un aire decadente que no atrapa a todos, pero sí que merece la pena prestarle algo de atención. Ahora hay que esperar a ver cómo lo ven los norteamericanos.