Nuevo vuelco, al menos teórico, sobre el origen de la vida: supuestamente habría aparecido en un ambiente mucho más frío, quizás durante la fase final de algunas de las glaciaciones planetarias que se produjeron en la Tierra durante los primeros miles de millones de años de su historia.

Hace 3.500 millones de años la Tierra era un lugar mucho más frío, y quizás pudo ser el escenario donde surgieron las primeras muestras de vida según una teoría del investigador Harald Furnes, profesor (emérito) de la Universidad de Bergen (Noruega), y ha estado años analizando rocas volcánicas y sedimentarias en el Cinturón de Piedra Verde Barberton en Sudáfrica, a más de 2 km de profundidad. Su compañero de estudio fue Maarten de Wit (Universidad Metropolitana Nelson Mandela de Sudáfrica), y ambos sostienen que hace 3.500 millones de años la Tierra sufrió una glaciación planetaria.

Su teoría se publicó en la revista Science Advances. Según sus conclusiones los primeros organismos vivos pudieron formarse en un océano helado, en contra de la teoría más extendida de que fue en océanos muy calientes (por encima de los 70ºC de media) donde se dieron las condiciones para la formación de la vida. Su estudio contradice lo establecido. La explicación estaría en que hace 3.500 millones de años, cuando se calcula que aparecieron los primeros organismos, en realidad la Tierra estaba sometida a un frío capaz de crear capas de hielo permanente de varios km de espesor.

Su conclusión se basa en el estudio de las rocas formadas en latitudes ecuatoriales asociadas a erupciones volcánicas: presentan muestras de erosión parecidas a las que se pueden ver en terrenos que sí sufrieron una glaciación intensa y duradera. Este proceso habría estado asociado con las sucesivas glaciaciones que ha sufrido el planeta durante toda su historia. Dos de las más brutales fueron la Glaciación Huroniana (que se extendió en la Tierra entre el Sidérico y el Riásico de la Era Paleoproterozoica, hace entre 2.400 y 2.100 millones de años), y la otra la llamada Tierra Bola de Nieve de la Era Neoproterozoica, la llamada superglaciación durante la cual el planeta se cubrió de una capa de nieve kilométrica en espesor con temperaturas medias de -50ºC. Curiosamente los primeros fósiles de vida animal compleja aparecen durante el periodo Ediacárico, después de la supuesta “Bola de Nieve”.

Aspecto que podría haber tenido la Tierra en el tiempo de las glaciaciones de las primeras eras: la foto es de las llanuras heladas Alaska

Eso fue hace 750 millones de años, y fue tan fuerte que estuvo a punto de extinguir la vida, entonces reducida a via microscópicas y algunos entes más desarrollados. En realidad más que una sola glaciación habrían sido varias encadenadas con intervalos cálidos, igual que en Holoceno reciente. Supuestamente la Bola de Hielo perduró al menos diez millones de años. No obstante no hay pruebas definitivas. Curiosamente una de las posibles explicaciones vendría de la propia actividad biológica: las primeras cianobacterias, al realizar la fotosíntesis, habrían liberado tal cantidad de oxígeno molecular que desequilibró los niveles de gases de la atmósfera de aquellos tiempos, rompiendo el efecto invernadero con base de CO2 de entonces por el vulcanismo, de tal forma que el planeta se enfrió sobremanera.

Pero es una opción más: en realidad es una teoría sin demostrar con fiabilidad que Furnes y De Witt utilizan para justificar la idea de fondo, que la vida pudo aparecer en un ambiente frío y no necesariamente en condiciones de calidez. En su estudio relacionan las marcas químicas y geológicas de estas rocas con la exposición a agua muy fría. Encontraron que, tras analizar el grano fino de las rocas sedimentarias, habría presencia de yeso, que se produce a alta presión y a temperaturas muy frías, como en el presente océano profundo. Según el estudio “hay líneas independientes de evidencia de que las condiciones climáticas en este momento pueden haber sido bastante similares a las condiciones que tenemos hoy”. La teoría de Furnes y De Witt alimenta la idea de una Tierra muy fría en sus fases tempranas, lo que bien pudo tener influencia directa en la aparición de la vida sobre el planeta.