El Museo Thyssen-Bornemisza ya prepara 2014 y 2015, planea y suelta cebos para el público, de Cezanee al arte pop.
En el actual número de la revista El Corso hablamos largo y tendido sobre ‘El surrealismo y el sueño’ (8 de octubre – 12 de enero), una de las exposiciones más destacadas para esta nueva temporada en el Thyssen, que se ha especializado en explotar al máximo sus fondos y los ajenos para sacar adelante su proyecto y relación especial de atracción con el público. Pero hay mucho más.
Ya metidos en 2014 aparecerá en el horizonte el centenario de la muerte de Darío de Regoyos, pintor decimonónico español de primer orden que tendrá su retrospectiva en el Thyssen (18 de febrero – 1 de junio). De Madrid el pintor saltó a Bruselas, donde formó parte de la vanguardia inicial de L’Essor y Les XX y varió su estilo hacia los efectos de la luz, si bien se especializaría en retratos y paisajes, lo más demandado por cierto por la nueva burguesía que ejercía de mecenas en la nueva Europa moderna. Al regresar a España trazó un lado más oscuro, ‘La España Negra’, un largo viaje por la geografía nacional surgido del contraste con la otra Europa más avanzada y donde la luz se hizo tiniebla y el costumbrismo pasó a ser un simbolismo más profundo. Con el tiempo variaría hacia otras técnicas como el impresionismo, especial debilidad del Thyssen y que tendrá abundante cantidad de obras de esta etapa.
Casi en paralelo el Thyssen reserva sitio para la grande del año, o mejor dicho, una de las grandes, la monotemática sobre Cezanne, figura fundamental del arte de la segunda mitad del siglo XIX (4 de febrero – 18 de mayo). Será la primera en tres décadas y volará sobre cómo Cézanne unió estilos y formatos a partir de su particular forma de ver la imagen, desde las naturalezas muertas a los paisajes, una de las principales minas de trabajo de los impresionistas. El costumbrismo burgués de la época se dio la mano con el impresionismo y dio lugar a toda una larga y extensa serie de paisajes al aire libre que rompía cánones. Pero con sus particularidades: las de un artista que gustaba de escenificar la naturaleza, dentro o fuera de las casas. Una vuelta de tuerca a viejos formatos que con él cobraron vida.
‘Mujer en el baño’ – Roy Lichtenstein
Otra de las grandes apuestas para el próximo año es ‘Mitos del pop’ (10 de junio – 14 de septiembre), una revisión del arte pop de los 50, 60 y en adelante tanto en Reino Unido como EEUU y la Europa continental. El museo reunirá obras significativas de Rauschenberg, Wesselmann, Lichtenstein o Hockney, algunas de ellas inéditas en España y que lanza una perspectiva de cómo este movimiento dio el salto hacia todos los márgenes del arte, desde el diseño gráfico al cine, y se lanza sobre el siglo XXI. En total cerca de 70 piezas que van desde el arranque británico de posguerra hasta los bizarros años 70 en Europa. Un análisis que no se queda en lo frívolo que siempre ha tenido este estilo, mucho más una redefinición de cómo “mira” el ciudadano actual el mundo.
Finalmente más impresionismo, pero esta vez americano (4 de noviembre – 1 de febrero de 2015). Una mirada muy especial hacia la onda expansiva de este estilo europeo cuando llegó a EEUU de la mano del marchante y empresario Paul Durand-Ruel, que organizaría una gran exposición en Nueva York en 1886 para los potenciales compradores de este nuevo arte y que fue el primer paso para que otros artistas americanos imitaran y siguieran este camino. Muchos de ellos, decidieron incluso viajar a París para conocer el impresionismo de primera mano. Sesenta pinturas que permitirán ver el modo en que los artistas norteamericanos descubrieron el estilo entre las décadas de 1880 y 1890, así como la interpretación propia de este estilo que desarrollaron hacia 1900.
Darío de Regoyos, autorretrato y varias de sus obras
Dos piezas de Cézanne
‘The kimono’ – William Merritt Chase