La obra de los dibujantes y pintores alemanes represaliados por los nazis durante el primer tercio del siglo XX, reunidos en el grupo denominado “Los Progresistas de Colonia”, pasará por Valladolid en una exposición única que indaga en la otra Alemania, la del arte y el pensamiento al margen del fascismo. En el Museo de la Pasión de la capital.
Se trata de una muestra que también es única en Europa, poco vista y que nace de la relación de estos artistas con el fotógrafo August Sander (1876-1964), que formó parte de esa asociación informal de artistas existente entre 1920 y 1933, prestó su estudio en Colonia (Alemania) para la celebración de reuniones y debates, por lo que pudo reunir buena parte de una obra que ahora custodia su nieto, Gerd Sander, comisario de esta exposición. Las piezas reunidas en Valladolid, hasta el 20 de enero, “tienen un mensaje altamente político”, razón por la cual “es difícil que tengan un público muy interesado: será cuestión de tiempo para que se acepten como grandes obras”, según el nieto.
Gerd Arntz (1900-1988), Heinrich Hoerle (1895-1936) y Franz Wilhem Seiwert (1894-1933) configuraron la terna más destacada de “Los Progresistas de Colonia”, a quienes los nazis consideraron autores del mal llamado “arte degenerado”, por el que persiguieron a sus creadores e hicieron desaparecer muchas obras en las mismas hogueras donde quemaron decenas de miles de libros.
El grupo tenía influencias del constructivismo, y el Neue Sachlichkeit, así como de la obra de László Moholy-Nagy, Fernand Léger y Theo van Doesburg. De 1929 a 1933, el grupo editó una revista teórica titulada ‘A bis Z’, donde los escritos y obras de arte de los miembros del grupo fueron publicados. El fotógrafo August Sander se sintió atraído por ellos, alineándose con el grupo a principios de 1920. Sander fotografió a la mayoría de los miembros del grupo.
Gerd Arntz fue uno de los cabecillas y sus obras influirían en el diseño del siglo XX; creó junto con el marxista Otto Neurath el Sistema Internacional de Educación tipográfico Isotipo. La idea era dotar a la clase obrera con un lenguaje visual universal de símbolos y pictogramas que les ayudará a comprender ideas complejas relativas a la política, la economía, la industria y la sociedad en general. En los últimos años están apareciendo bastantes de estas obras en Alemania, único lugar donde se han expuesto antes de desembarcar en Valladolid, acompañadas de estudios e investigaciones académicas para su puesta en valor, ha comentado Sander.
Heinrich Hoerle – ‘Zeitgenossen’ (1931)
Gerd Arntz – ‘Burgerkrieg’ (1928)