José Asunción Martínez Sancho, nombre real de Pepe Sancho, murió hoy a los 69 años en Valencia, ciudad natal y de donde salió para ser un excelente actor de carácter que marcó toda una forma de hacer las cosas sobre el escenario y delante de las cámaras.
Más de 50 años de trabajo, más de cien papeles en las tres hermanas: cine, teatro y televisión, donde se hizo muy famoso como ‘El Estudiante’ en ‘Curro Jiménez’ (junto a Sancho Gracia, que también falleció hace poco) y donde dejó el listón muy alto con su papel en ‘Crematorio’ (Canal +) hace apenas un par de años. Ganador de un Goya por su tremendo secundario “Sancho” en ‘Carne trémula’ (1997), de Pedro Almodóvar, fue un actor “hecho a si mismo” que no dudaba en despejar balones, en enfrentarse a quien hiciera falta y que alguien definió como un “solitario” que en realidad era un gran actor de teatro que se exprimió al máximo.
Además del Goya, Sancho recibió un homenaje de la Mostra de Cine Mediterráneo de Valencia (2000) y el Águila de Oro a su carrera de la Semana de Cine de Aguilar de Campoo (2001). Fue la televisión la que más le disfrutó: también fue el cardenal Tarancón, y el “don Pablo” de ‘Cuéntame’. Sancho, que se ganó a pulso la fama de arisco con los medios y de generoso con los compañeros, fue siempre un rebelde contra el poder que no dudó en criticar tanto a la derecha como a la izquierda en los tiempos de Rodríguez Zapatero.
Pepe Sancho como El Estudiante en ‘Curro Jiménez’
Nació el 11 de noviembre del año bisiesto de 1944 en Manises (Valencia), su primera aparición en el cine fue a los cuatro años en la cinta ‘Si te hubieses casado conmigo’ (1948), del director Viktor Tourjansky, aunque no fue hasta los 18, cuando se trasladó a Madrid, cuando decidió dedicarse a la interpretación. En 1963 debutó con la obra teatral de Alejandro Casona ‘Los árboles mueren de pie’ y, seis años después, creó una compañía propia en la que trabajaron las actrices Ana Mariscal y María Asquerino.
En la década de los 70 apareció en comedias y filmes del Oeste, aunque la escena continuó siendo su mejor aliada, como reflejó ‘La casa de las chivas’, de Jaime Salom. Posteriormente representó obras tan exitosas como ‘Memorias de Adriano’ (1998) de Marguerite Yourcenar que Pepe Sancho protagonizó, dirigido por el italiano Mauricio Scaparro, en los Festivales de Mérida y Grec (Barcelona), primero, y más tarde fue llevada a Madrid y otros puntos de España. Asiduo a los escenarios del teatro romano de Mérida, donde actuó cinco veces, la obra teatral más compleja para él fue el ‘Enrique IV’ de Luigi Pirandello.
En el cine fue también muy pródigo: ‘El Dorado’ (1988), de Carlos Saura, con quien repitió en la tragicomedia ‘Ay, Carmela’ (1990); las ‘Libertarias’ (1996) de Vicente Aranda; ‘Todos a la cárcel’ (1993) y ‘París-Tombuctú’ (1999), ambas con el director Luis García Berlanga. Con Almodóvar, además de ‘Carne trémula’ actuó en ‘Hable con ella’ (2002); con Icíar Bollaín en ‘Flores de otro mundo’ (1999); con Mariano Barroso en ‘Los lobos de Washington’, en 1999 y después, en el 2000, en ‘Kasbah’.
En su etapa final en la serie ‘Crematorio’