Aún está reciente la muerte de Albert Uderzo, el único que superviviente del tándem creador junto a René Goscinny de Astérix, pero la maquinaria sigue. El próximo 21 de octubre saldrá a la luz ‘El menhir de oro’, que no es inédito, sino la conversión en álbum de un disco-libro de 1967, material creado aún por los dos autores originales.
Es inédita en gran medida, pero no del todo, de ahí la apreciación. Aunque prácticamente no hay ejemplares de aquel disco-libro de los años 60, sí que es material antiguo. Pero nuevo: nunca se había pasado al papel y los fans de la franquicia más exitosa de la cultura francófona junto con Tintín podrán tener en sus manos algo creado por los dos maestros originales, no por uno de ellos o sus sucesores, Jean-Yves Ferri (guionista) y Didier Conrad (dibujante). En España será Salvat la que lo publique y estará también disponible en formato audio.
Goscinny redactó el guión por su cuenta ya que pensaba que saldría en disco solamente, y Uderzo se limitó a realizar los dibujos del libreto que acompañaba al disco. Para la conversión se decidió escanear las ilustraciones, actualizar la maquetación y recalibrar el color para darle un aire más moderno y no el de la impresión de los años 60. Fue de hecho lo último que hizo Uderzo, ya que en 2019 supervisó el trabajo de restauración del material para su lanzamiento, y siempre con el guión íntegro de Goscinny.
La narración del nuevo volumen se centra en el bardo de voz imposible de la aldea, Asurancetúrix, que decide participar en un famoso concurso de Bardos Galos con un premio inolvidable, un Menhir de Oro. Astérix y Obélix le acompañarán para protegerlo durante la competición, que es seguida de cerca por los romanos, y deberán tener cuidado con no perder una oreja…
La saga de Astérix es una de las grandes bazas culturales francófonas, tremendamente francés pero al mismo tiempo europeo, con más de 370 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo y traducido a más de 110 idiomas, lo que da cierta idea de la escala mundial de un fenómeno que empezó como cómic solitario en 1959 en una editorial francesa. España ha sido siempre uno de sus puntos fuertes: en nuestro país ha tenido ediciones en castellano, catalán, gallego y euskera (donde incluso hubo bromas donde Euskadi presumía de ser como esa aldea irreductible rodeada de imperialistas).