Lars von Trier da un paso más en el tornillo de su carrera y se pasa al porno, o mejor dicho, al “porno ultrasuave” con ‘Nymphomaniac’, que se estrenará a finales de mayo en Europa.
El director danés es un iconoclasta, un escurridizo zorro del cine europeo, capaz de aliarse con la industria del cine y de fustigarla a partes iguales, con un talento más que evidente como contador de historias pero que no ha terminado nunca de conectar con el gran público. Ha dado muchos palos a lo socialmente decente y establecido, y forma parte de esa legión de directores-autores que viven de la provocación. El enésimo golpe fue ‘Anticristo’ (2009), muy polémica antes de que se colara por el lado nostálgico y sentimental en ‘Melancolía’ (2011). Ahora regresa al lado del filo de la navaja.
‘Nymphonamiac’ es una historia de psicología y sexo, interpretada por la musa femenina del danés, la francesa Charlotte Gainsbourg, pero que cuenta también con Stellan Skarsgård, Connie Nielsen, Christian Slater, Jamie Bell y Shia LaBeouf, una tropa muy famosa y que tiene un punch muy grande de cara a la taquillas. A ellos se les añade Uma Thurman y William Dafoe, todos ellos recuerdos vivos de la larga historia biográfica que pretende dividir en dos filmes.
Porque Lars puede estar medio loco y arremeter en Cannes contra los judíos e incluso decir que entiende a Hitler, el mismo que ordenó invadir su país (Dinamarca) en los años 40, puede sacarse de la manga un cine doméstico con pedigrí de vanguardia (Dogma 95) y camelarse a buena parte de la intelectualidad europea con él, pero en el fondo sigue siendo un director que ansía el éxito y que sus películas se vean. Eso sí, es muy suyo.
Primer cartel y primera imagen de la película
A mediados del pasado mes de febrero salía a la luz la segunda imagen oficial de la próxima película y en la que aparecía su protagonista Charlotte Gainsbourg semidesnuda. Ahora ya ha empezado a circular por internet el primer póster del filme, en el que se puede leer “Olvídate del amor”. Una significativa frase si tenemos en cuenta que la película gira en torno a la historia de una ninfómana (Joe) interpretada por Gainsbourg, una mujer que después de recibir una terrible paliza es hallada por Seligman (Stellan Skarsgård), que decide llevársela a su casa. Cuando Joe despierta, decide contarle, con pelos y señales, a este desconocido sus problema de adicción al sexo, desde que era una niña.
El filme está producido por Zentropa, que remarcó que finalmente la historia se recreará en dos partes que pretenden llevar a Cannes, incluso después del inmenso lío antisemita, y que tendrá dos montajes finales: uno explícito y otro más suave. Lars von Trier parece querer jugar al mismo truco que se ha usado muchas veces en los límites entre sexo real y simulado, como en su día le ocurrió a ‘Calígula’. De todas formas, los propios actores han entrado en el juego de vender la obra como todos esperan. El mismo Shia LeBouf, que ha pasado de hacer ‘Transformers’ a caer en la órbita del anticlímax Von Trier, dijo en 2012 que la película es “lo que crees que es […], Todo lo que es ilegal lo hemos convertido en imágenes, todo eso ocurre. Von Trier es peligroso y me asustaba, y ahora sólo voy a trabajar cuando estoy aterrorizado”. Marketing aparte, Lars von Trier regresa para apuntalar su propia reputación de niño revoltoso y terrible.
Lars von Trier (en el centro), con parte del reparto de la película