Hulu ya ha empezado a producir la tercera vida de la creación de Matt Groening y David Cohen que inauguró la “animación para adultos” a finales de los 90, si es que no lo había hecho ya antes ‘Los Simpson’. No llegará hasta 2023, con 20 capítulos más que recuperan a casi todos los actores de doblaje originales y expandirán un poco más la leyenda de Fry, Leela y Bender.

IMÁGENES: Fox / Matt Groening / Hulu

La compañía de mensajería y reparto de paquetes más inútil del Universo (de este al menos), Planet Express, reabre el negocio para 2023, en Hulu y con 20 nuevos episodios. O lo que es lo mismo: vuelve ‘Futurama’, por tercera vez con una segunda resurrección después de la que le dio Comedy Central entre 2009 y 2013, cuando se dio por finalizada la segunda creación de animación salida de la mente de Matt Groening, padre de ‘Los Simpson’ (y de muchas obras más), y de David X. Cohen. Esta vez ya no será en la Fox (que sin embargo colabora), ni por un canal de pago (Comedy Central), sino por la plataforma de streaming Hulu que en España se emite dentro de Disney +, que ha empezado a emitir “por sorpresa” (¡!) las anteriores temporadas de ‘Futurama’, que no olvidemos, es propiedad de Fox, que a su vez es parte del imperio Disney. Detrás seguirán estando Groening y Cohen para 20 episodios que se repetirán en dos tandas, por lo que al final Futurama acumulará 180 piezas de animación que fueron un hito por las puertas que abrieron.

Comedia, emoción, crítica social, sátira política y cultural y ciencia-ficción tomada por los extremos, todo junto y mezclado y aderezado con un doblaje igual de profesional y característico que el de Los Simpson. En aquel cambio de siglo esta criatura de Groening y su socio Cohen allanó el camino a la animación para adultos y entronca directamente con ‘Rick y Morty’, que le debe mucho más de lo que suponemos. Si a todo eso le añadimos la azarosa vida del producto (dos canales, dos épocas, ahora una tercera en streaming…) y la lealtad de su legión de fans (recuerden que en el año 2000 no había la apabullante oferta que hay ahora), demostrada muchos años después de su desaparición, pues tenemos una oportunidad única. De momento, además de los comunicados protocolarios de las empresas, han hablado Cohen y Groening. El primero dijo estar “emocionado de tener otra oportunidad para pensar en el futuro… o en realidad en cualquier cosa menos el presente”, mientras que el icónico creador de Homer tiró de su legendario humor negro: “Es un honor anunciar el regreso triunfal de ‘Futurama’ una vez más antes de ser abruptamente cancelados otra vez”.

La vida de ‘Futurama’ es tan extraña como el propio negocio audiovisual: Groening estaba en la cumbre de la fama y la creatividad, con Los Simpson barriendo y estrenando cada semana algunos de sus mejores episodios. Dejó su mayor creación en manos de un equipo de leales y él se centró en una nueva serie ambientada en un futuro alocado con alienígenas, robots y un humano congelado que despierta mucho después en Nueva Nueva York, segunda versión de la misma ciudad que él conoció. La primera vida fue de 1999 a 2003, cuando Fox decidió cancelar la serie en lo que fue el primer patinazo de audiencia de Groening, que regresó un poco más hacia Los Simpson. Pero… no fue el final. Años más tarde, con el poso del tiempo y la evolución del gusto de la audiencia, ‘Futurama’ se convirtió en una divertida y libérrima sátira social, cultural, política y científica del presente. Tal fue la presión que Comedy Central decidió aplicarle la reanimación con cuatro películas nuevas que salieron en DVD.

Después de aquella “prueba” de éxito decidieron seguir con la serie varias temporadas más, hasta 2013, cuando su final era inevitable. Tenía mucha competencia y de nuevo los gustos habían cambiado. Sin embargo, en otra vuelta de tuerca, y quizás ante la multiplicación de la oferta (que abre nuevos nichos para lo antiguo remozado), se deciden a lanzar una nueva tanda en la misma plataforma con la que Groening estrenó ya ‘(Des)encantada’, su particular inmersión en la Edad Media y el genero fantástico que, como ‘Futurama’, no cosechó buenas críticas de inicio y sólo fue apreciada pasada un tiempo y con la segunda temporada. Para ser un experimentado creador humorístico de ilustraciones, tiras cómicas y animación, capaz de dar en el clavo gracias a sus líneas maestras y un buen equipo de guionistas, en los últimos años parece haber perdido la capacidad de seducir de primeras, pero lograrlo con la maduración del producto. Como con los vinos y el buen whisky.

Una parte del éxito, al menos en la versión original en inglés (sin desmerecer el estupendo doblaje español), eran las voces del equipo de la Fox, que para esta nueva entrega de episodios volvían en su mayoría: Billy West (voz de Fry, de Farnsworth y Zoidberg), Katey Sagal (voz de Leela), Tress McNeille (Linda), Maurice LaMarche, Lauren Tom (Amy), Phil LaMarr (Hermes) y David Herman (Scruffy). Pero faltaba uno, muy importante además, John DiMaggio, que dio vida sonora al personaje de Bender, el más apreciado y querido de ‘Futurama’. La noticia es que DiMaggio había pedido más dinero que el resto de compañeros y 20th Television Animation, división responsable de la producción (que luego pasará a Hulu), decidió no contratarle y buscar sustituto. Es importante porque su trabajo como actor de doblaje es muy célebre, y no sólo para Bender: fue la voz de Jake en ‘Hora de Aventuras’ y del Rey Zog para ‘(Des)encanto’. De hecho ha sido uno de los que más defendió la serie en el pasado en todo tipo de eventos.

Después de varias semanas, el pasado 1 de marzo se publicaba in extremis la noticia de que habían llegado a un acuerdo final. Sobre si le subieron la oferta económica o él decidió bajarla para poder trabajar no se ha sabido (por ahora), pero que el propio Matt Groening celebrara su vuelta con un recuerdo de su irrupción (“desde el momento en que hizo la audición el siglo pasado, sabíamos que teníamos a nuestro Bender”) es toda una pista de que no podía quedarse fuera. Una vez terminado el “Bendergate” como él mismo lo había denominado en sus redes sociales, regresa y culminó su entrada con un “He vuelto. Morded mi brillante culo metálico”, la frase típica del personaje durante las anteriores temporadas de la serie. Aparte de esta resolución de las voces se presupone que la serie mantendrá su estilo visual, quizás algo mejorado para perfeccionarlo estéticamente, y puede también que con guiones adaptados a los tiempos que corren. Quizás veamos referencias a la pandemia de coronavirus, a Trump o incluso a los millenials, que en su mayoría nacieron con la serie o eran muy niños para que se la dejaran ver. O simplemente que siga siendo ‘Futurama’ y no pierda el espíritu burlón y socarrón que la hizo grande como serie.

Matt Groening, el hombre detrás de Homer

Nacido en 1950 en Portland (Oregón), llevaba el dibujo en la sangre. Su padre, Homer (¿les suena…?), era un dibujante profesional, por lo que desde muy pequeño tuvo un espejo en el que mirarse. En el colegio primero y en el instituto después no paraba de dibujar más que atender en clase. Groening culminó su paso por el sistema en la universidad pública local, de bajo nivel y poca exigencia. Se graduó en el 77 y marchó hacia Los Ángeles (California) para probar suerte. Pero todo le fue mal: su casa era una caja de zapatos, sus trabajos eran miserables y nadie le prestaba atención. Así fue cómo nació un texto, ‘Vida en el infierno’ (‘Life in Hell’), dirigido a sus padres como una carta que sería la base sobre la que construiría los álbumes de cómic posteriores. Cuando ya era un historietista consagrado y un ácido guionista, apareció la gran sorpresa que el destino le reservaba: James L. Brooks, un productor y director premiado le llamó atraído por su trabajo como dibujante. Tenía un encargo: que hicieran una serie animada para un programa de televisión, The Tracey Ullman Show, que giraba alrededor del actor y cantante del mismo nombre. Necesitaban algo así como transiciones humorísticas entre secciones.

Lo que empezó siendo una “pieza menor” culminó como un fenómeno de masas que en poco tiempo ya era más importante que el show-hogar de Los Simpson. Según la historia oficial, Groening tardó apenas 15 minutos en hacer el boceto original que le enseñaría a Brooks de los Simpson. Y como tenía prisa tiró de su familia para ponerles nombre: Homer (su padre), Marge (el apodo de su madre), Lisa y Maggie (los nombres de sus hermanas) y Bart, que nació buscando un nombre corto y simple. Hizo 48 episodios cortos que se empezaron a emitir en 1988. Y así hasta ahora. Groening ha ganado doce premios Emmy, diez por Los Simpson y dos por ‘Futurama’, además de un premio British Comedy en 2004. En 2002 ganó el premio Reuben de la National Cartoonist Society por ‘La vida en el Infierno’.

‘(Des) Encantada’, la fantasía según Matt

Uno de los colaboradores de Groening la definió como el resultado de que ‘Juego de Tronos’ fornicara con ‘Los Simpson’ y ‘Futurama’ a la vez. Es Matt Groening en el estilo y formas, pero en su versión adulta. Estamos en el reino medieval de Dreamland. En él, vive la joven princesa Bean, una chica alcohólica a la que acompañan su elfo y su demonio Luci mientras están rodeados de ogros, arpías, trolls, morsas y humanos tontos. La ficción recorrerá el sentido de la vida desde una visión de desencanto, en el que la vida, la muerte, el amor y el sexo son los protagonistas. Lo dicho al principio: cuando la fantasía medieval se mezcla con la vida moderna con toda la acidez y las resacas de la madurez. Para lo bueno y lo malo.

Groening se unió esta vez con Josh Weinstein; ambos ejercen de productores y guionistas. La parte animada, dentro de un estilo muy similar al de ‘Futurama’, corre a cargo de Rough Draft Studios. El propio Groening apuntó que los temas centras son la dureza de la vida, la muerte siempre presente, el amor, el sexo y la búsqueda de la risa, el humor como tabla de salvación racional frente a la legión de idiotas que parecen haber conquistado el mundo. Por eso la elección de un duende con problemas de personalidad, un demonio y una princesa fuera de lo normal, con una cimitarra en una mano y una pinta de cerveza en la otra, no son nada casuales.