No podía ser de otra forma: apenas unos meses después de la comprobación de que su teoría era cierta, Peter Higgs, “padre” del bosón de Higgs, gana el Nobel de Física.

Lo hace acompañado de Francois Englert, su compañero de andanzas y que configuró junto con Higgs el mecanismo por el que los objetos adquieren su masa en el Universo. Un 2×1 más que obvio y más que cantado (o no): según muchos miembros de la comunidad científica y no pocos periodistas era el Nobel de Física más cantado de la Historia. Pero del “obviamente” al “se lo han dado” hay un gran paso. Sólo el siempre subjetivo Nobel de Literatura se parece a esa lotería injusta de los premios. Esto es ciencia, y aquí se reconoce el mérito de verdad.

La decisión del jurado se asienta en que son, junto al ya fallecido Robert Brout, los descubridores “de un mecanismo que contribuye a la comprensión del origen de la masa de las partículas subatómicas”, un hallazgo que se ha “confirmado recientemente” a través de los experimentos elaborados en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) y del que hemos hablado muchas veces. Fue en 1964 cuando determinaron la existencia de la partícula subatómica en el origen de la masa de otras partículas, el bosón de Higgs o bosón escalar.

La publicación de los trabajos de Englert y Brout, por un lado, y Higgs, por otro, a los que siguieron los de otros, describiendo el mecanismo de ruptura de simetría en el ámbito de la teoría cuántica de campos, un avance teórico que no sería confirmado hasta el 4 de julio de 2012, cuando la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) confirmó, mediante la experimentación en el gran colisionador de hadrones (LHC) en la que han participado unos 3.000 científicos, la existencia de esta partícula. Sin duda un paso inmenso adelante en el campo de la compresión de la naturaleza y que se combina con el comportamiento del universo tras el Big Bang.

Englert y Higgs en la sede del CERN cuando se hicieron públicos los resultados del experimento

El científico ha reconocido en varias entrevistas que el Bosón ha “cambiado radicalmente” su vida y que, a sus 83 años, es requerido más que nunca en conferencias de todo el mundo para explicar su teoría sobre la partícula. Un éxito muy tardío pero que él mismo considera un milagro, ya que en su momento, casi entre lágrimas, aseguró que nunca creyó que “fuera a ver esto con vida”. El pasado mes de mayo ambos físicos, junto al CERN, fueron también galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica por el hallazgo del bosón.

Peter Higgs (1929) estudió Física en el King’s College de la Universidad de Londres, donde se doctoró en 1954. Se trasladó a la Universidad de Edimburgo para iniciar su labor docente e investigadora y, salvo un paréntesis de cuatro años en Londres, desarrolló toda su carrera, alcanzando la cátedra de Física Teórica en 1980. Desde 1996 es catedrático emérito de la Universidad de Edimburgo. Los artículos en los que expuso su teoría son ‘Broken Symmetries, Massless Particles and Gauge Fields’ (1964) y ‘Broken Symmetries and the Masses of Gauge Bosons’ (mismo año).

Higgs ha recibido numerosos reconocimientos por sus aportaciones a la física, entre los que destacan el High Energy and Particle Physics Prize, que le concedió junto a Brout y Englert la Sociedad Europea de Física en 1997; el Wolf Prize de Física, compartido con Brout y Englert (Israel, 2010); el Sakurai Prize de la Sociedad Física Americana, compartido con Brout, Englert, Guralnik, Hagen y Kibble (2010); el Premio Nonino (Italia, 2013) y la Medalla Edimburgo del Festival Internacional de Ciencia de la capital escocesa, compartido con el CERN (2013).

François Englert (Bélgica, 1932) se licenció en Ciencias Físicas en la Universidad Libre de Bruselas en 1958 y se doctoró al año siguiente, pasando luego a ser investigador asociado (1959-1960) y profesor asistente (1960-1961) en la Universidad de Cornell (EEUU). Además, en 1961 empezó a dar clase en la Universidad Libre de Bruselas. Desde 1998 es catedrático emérito y está vinculado con el Instituto de Estudios Cuánticos de la Universidad Chapman de California. En agosto de 1964 publicó con Robert Brout el artículo ‘Broken symmetry and the mass of gauge vector mesons’, clave para la teoría posterior.

Rastro del experimento del CERN sobre el bosón de Higgs