Es la mayor institución privada de la música, una especie de club ultraselecto en el que se entra por aclamación de expertos y público.
Nirvana, la influyente banda de grunge de Seattle fundada por el fallecido Kurt Cobain, es lo más llamativo de una lista que incluye a los extravagantes Kiss en el Salón de la Fama (Hall of Fame) del Rock and Roll. No estarán solo: Peter Gabriel y Cat Stevens (por Reino Unido), Hall and Oates y Linda Ronstadt (de las que mezcló el folk con el pop y el rock) también viajan en el mismo convoy rumbo al Olimpo popular. Fueron elegidos entre otros 16 candidatos. La ceremonia de ingreso se celebrará en la ciudad de Nueva York el 10 de abril.
Todos esos grupos y nombres tienen largas carreras que influyeron o cambiaron decisivamente la música. Sus carreras, en general, arrancaron entre los 60 y los 70 y llegaron muy lejos. Porque para entrar en el Hall of Fame hay que ser un auténtico mito, un dinosaurio o bien haber sido un motor de estilo o de otras bandas. La influencia de Kiss es innegable, la de Hall & Oates también, igual que Peter Gabriel, ex corazón de Genesis durante años y luego solista con su propia historia. En cuando a Cat Stevens, su carrera musical fue todo un espejo para muchos otros cantautores y músicos británicos y americanos. Finalmente, Linda Ronstadt, conocida como la Primera Dama del Rock, fue uno de los pilares del sonido de los 70, pero que recientemente ha tenido que renunciar a la música por sufrir Parkinson.
Pero Nirvana es especial: ingresó en el Salón de la Fama en su primer año como nominado. El Salón de la Fama establece que un artista o grupo debe haber lanzado su álbum o sencillo debut por lo menos 25 años antes de poder ser candidato. Lo cumplen casi por los pelos: el primero es de 1989, ‘Bleach’. Pero es tal la influencia y peso mediático y popular de la banda de Seattle que casi se saltan las normas por ella. Las razones son sencillas: marcaron los años 90, generaron una interminable lista de bandas clóricas, dejaron una huella brutal en el imaginario colectivo y en EEUU algunas de sus canciones son auténticos himnos generacionales incluso para las nuevas nacidas en el siglo XXI. Hicieron brecha en el corazón colectivo de la música.
Nirvana estuvo marcada a fuego por Kurt Cobain, su lirismo, su particular estilo, sus circunstancias vitales (el grunge, Seattle, la ola mediática, las drogas) y el final trágico con suicidio mediante. Fue a finales de los años 80 cuando los compañeros de viaje para el Hall of Fame ya eran más que maduritos. La banda tuvo éxito y llevó la música grunge a la cultura de masas, las cuales les ensalzaron hasta el extremo de ser la voz de la famosa Generación X que hoy se derrumba por la crisis económica. Dejaron tras de sí canciones como ‘Smells Like Teen Spirit’ y ‘Come As You Are’ y apenas tres discos de estudio en siete años que se tradujeron en 75 millones de discos.
Pero Nirvana no duró mucho, lo que tardó Cobain en atragantarse psicológicamente con la fama, las drogas y la depresión. Se suicidó a los 27 años en 1994 en su casa, aplastado por innumerables problemas personales y mentales en los que, dice la leyenda, tuvieron mucho peso su mujer Courtney Love, igual de adicta que él. Cobain se suicidó en 1994 a los 27 años, y la banda sólo editó tres discos de estudio en una carrera de siete años, durante los cuales vendió 75 millones de discos en todo el mundo, por lo que es uno de los grupos con más ventas de la historia de la música.
Kiss
Linda Ronstadt, Peter Gabriel y Cat Stevens