El viernes 6 de marzo de 2015 ya está en la Historia: la sonda Dawn de la NASA alcanzó el planeta enano Ceres y que es uno de los grandes misterios del Sistema Solar, con indicios de agua incluidos. 

Dawn, una sonda espacial mecánica lanzada en 2007, alcanzó finalmente a las 12.39 horas GMT el planeta enano Ceres (descubierto en 1801, antes un mero satélite, pero los cambios de nomenclatura espacial lo han elevado), se puso en órbita y envió las primeras fotografías en alta resolución. Los motores de iones de Dawn (futura y más que segura forma de propulsión en el espacio) estaba bien, en perfecto funcionamiento y preparados para estabilizar la nave en órbita. No hay que olvidar que Dawn ha hecho un viaje de casi ocho años y recorrido 4.900 millones de kilómetros. El viaje incluyó una primera parada en el asteroide Vesta, donde Dawn orbitó para captar información y enviarla a la Tierra y ampliar sus réditos científicos. Ceres, que había sido primer planeta, luego asteroide y finalmente planeta enano, ya tiene a la Humanidad con un ojo puesto en él.

Hay que hacer un par de aclaraciones previas: la primera, que Ceres no orbita otro planeta, sino que se encuentra en la zona del Cinturón de Asteroides que separa los planetas interiores rocosos (Mercurio, Venus, Tierra, Marte) y los gigantes externos (Júpiter, Saturno, Neptuno, Urano y el defenestrado Plutón). En realidad es como otro planeta más, pero su tamaño y su órbita lo diferencian: se encuentra entre Marte y Júpiter y a su alrededor hay muchos más asteroides que orbitan en la misma zona al Sol. La segunda aclaración tiene que ver con sus características: es pequeño (no supera los 2,8 millones de km2, poco menos que el tamaño de Argentina), rocoso, complicado por su ubicación y tiene una de esas cosas que tanto apasionan al ser humano, agua.

En 2014 se confirmó que Ceres albergaba capas de escarcha y que liberaba agua al espacio en forma de vapor, hasta 6 kg/segundo. A través del telescopio espacial Herschel se pudo concretar los detalles, que ayudaron a entender por qué algunas fotografías de Ceres muestran cráteres que brillan. Sería el reflejo de la luz solar sobre concentraciones de hielo en zonas profundas. Una señal de que el subsuelo podría esconder hielo. Dawn ha empezado ya a enviar imágenes en alta resolución que confirman no solo los brillos sino también detalles presupuestos. De momento Dawn se encuentran en una posición orbital que no le permite cubrir toda la superficie. Entrará en breve en el lado oscuro y cuando regrese y vuelva a estar en línea directa podrá enviar muchas más imágenes y datos. Será en abril.

El misterio de las luces brillantes

Dawn tiene mucho trabajo por delante, y el equipo que la controla desde el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena (California) se va a centrar en varios asuntos, desde cuestiones geológicas y astronómicas a esas luces brillantes en un cráter concreto. Varios equipos que realizan labores parecidas, como el de la Misión Cassini en Saturno, han opinado abiertamente que ese fenómeno se parece mucho a lo que han visto en el satélite Phoebe. De confirmarse algo parecido supondría que Ceres tiene una dura capa de hielo alrededor del núcleo y bajo la superficie visible, que de vez en cuando genera salientes o zonas de exposición de ese hielo.

Otra opción, que no descartaría la presencia de hielo subterráneo, sería que Ceres tiene capas de escarcha en algunos puntos bajos (fondos de cráter principalmente). Es decir, que existiría agua en superficie en un estado intermedio que podría luego vaporizarse hacia el espacio. O permanecer en la superficie. Otra explicación sería que no fuera agua escarchada o hielo, sino concentraciones de sales minerales altamente reflectantes que permanecen en la superficie por impactos de asteroides que los han depositado allí. Es decir: están en el fondo de un cráter, por lo que podrían ser el resultado de un impacto de un meteorito que tuviera un núcleo de sales.

Fotografías combinadas que permiten ver las “luces brillantes” en Ceres

Ceres, potencial cuna de vida

Este planeta enano es una rara avis en el Sistema Solar, un “vecindario” particularmente dado a generar asteroides y lunas. No hay que olvidar que Júpiter y Saturno son monstruos con decenas de satélites a su alrededor, capaces de generar sistemas planetarios secundarios alrededor del Sol. La existencia de un planeta enano a medio camino entre Marte y Júpiter es un preciado tesoro: está lo suficientemente cerca de nosotros como para que sea factible pensar en misiones más ambiciosas. Sobre todo si, como se cree, puede ser otro candidato a albergar vida.

La vida (al menos tal y como la conocemos y es lógica) requiere tres condiciones previas fundamentales: agua líquida (o que pueda estarlo), una fuente de energía y componentes químicos básicos como carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre, entre otros muchos más. De momento todas las esperanzas se centran en Europa (Júpiter), Titán o Encelado (Saturno). Hay agua, nitratos, compuestos de base de carbono y condiciones para que pueda existir vida. Por eso la NASA tiene un ojo en Ceres. Se cree que podría haber agua por un detalle: tiene una baja densidad global de 2,09 gramos por cm cúbico, casi la mitad que la Tierra.

La teoría es que un corte transversal permitiría ver su núcleo rocoso y sólido, un manto de hielo de agua y una superficie rocosa mixta que contendría otros minerales donde hay rastros de agua. La apuesta más arriesgada apunta a casi un 40% de agua en Ceres. Eso se combinaría con la fuente de energía: el Sol, que está relativamente cerca (2,8 unidades astronómicas, la Tierra tiene 1). Ahora bien, aquí es donde cambia su comparación con Europa y Encelado: estas dos últimas lunas tienen fuerzas de marea por culpa de la gravedad de Júpiter, es decir, que se genera calor en su interior y eso provoca que haya océanos líquidos en su interior. En el caso de Ceres podría darse algo parecido, pero ni Júpiter ni Marte ejercen una fuerza suficiente, con lo que si se confirma la liberación de tanto vapor de agua como se cree (esos 6 kg/segundo mencionados al principio del texto) podría deberse a que hay algún tipo de actividad.

Dawn

Representación artística de la sonda Dawn

Comparativa de tamaños de Ceres con la Luna y la Tierra