Joaquín Reyes es mucho más que un humorista y monologuista, es en realidad (antes que todo eso) un excelente ilustrador y viñetista con dos libros a sus espaldas que son dignos de elogio por su fino sentido del humor.

 

IMÁGENES CÓMIC:  Reservoir Books – Mondadori

Nada mejor que él mismo para definirse: “Hola, soy Joaquín Reyes, un ilustrador que acabó en la tele haciendo el payasete”. Ése es él, un tipo que empezó en la Facultad de Bellas Artes y terminó convertido en el centro de un grupo de cómicos manchegos y añadidos que hizo pensar a muchos que quizás había sitio en España para una versión ibérica de los Monty Phyton. En realidad lo de la comedia y la televisión es una rareza dentro de una carrera relacionada con el cómic y la ilustración que se ha concretado en dos libros para el grupo Mondadori: ‘Realidad a la piedra’ (2012) y la anterior, ‘Ellos mismos’ (2011). Ambos álbumes compendian las ilustraciones que ha hecho Reyes durante estos años para revistas y periódicos y son una demostración de que el talento se expande por muchos soportes. En la web El Estafador él mismo sigue con la definición: “Todo lo malo lo he aprendido en la tele. Dibujar es hacer el bien. Eso está claro”.

‘Realidad a la piedra’ (Reservoir Books, Mondadori) es un conjunto de las ideas de Joaquín Reyes sobre el mundo con una perspectiva pétrea. En los dibujos se concentra todo lo que es Reyes: humorista, viñetista, monologuista y muchas cosas más, como el espejo deformante y satírico capaz de parodiar desde Tita Cervera hasta Bono de U2. Este volumen es mezcla de humor y psique, donde por poco menos de diez euros convierte a las piedras en entes humanos. Básicamente son piedras que se comportan como humanos, con lo que por el método del extrañamiento (vernos reflejados en cosas en las antípodas de lo que somos) consigue arrancar carcajadas.

Sufren y aman como humanos, viven como ellos a pesar de ser lo más hierático imaginable y falto de sentimientos. Y abarca todos los estados y situaciones posibles: piedras célebres que se hacen fotos con guijarros desconocidos, primos que se sacan oposiciones como piedras (mecheros, piedras exorcistas, piedras fotogénicas, piedras cotillas, piedras preciosas). Piedras, en definitiva, que tienen su corazoncito. Un ejemplo del absurdo de volver humanas a las piedras es una escena: la entrada de una discoteca, y una piedra-portero le grita a una roca veteada, “¡No se puede pasar con vetas blancas!”. Esa chispa de sonrisa que tiene el lector ahora es lo que busca Reyes, reírse tirando de surrealismo, absurdo y guiños culturales a Steven Spielberg o David Cronenberg, por ejemplo.

‘Realidad a la piedra’ es una visión casi post-apocalíptica del mundo, un mundo sin humanos pero sí piedras humanizadas que nos sustituyen en lo bizarro, bueno y absurdo de lo humano: la familia de piedras, cómo es vivir dentro de un zapato, cómo echar a las arañas que las colonizan, quién está más pulida y brillante que otras. Reyes tiene un sentido creativo muy ligado a ese engendro propio de críticos de TV llamado “post-humor” o “humos posmoderno ibérico”. El resultado es un cómic-libro-viñeta que saca lo mejor de sí mismo en escenas estáticas combinadas con una secuencia animada que ocupa todas las páginas de la izquierda, de tal manera que si el lector hace el truco de pasarlas todas muy deprisa por el canto ve una animación tradicional donde se talla la imagen de un conocido cantante pop en un bloque de piedra. No lo desvelamos. Habrá que comprarlo (o pillarlo en la Fnac de Callao y verlo disimuladamente, toda una tradición, como las propias viñetas de Reyes).

Los dos libros de Joaquín Reyes, ‘Ellos mismos’ y ‘Realidad a la piedra’

Anteriormente publicó en 2011 otro experimento parecido de acumulación de pequeñas piezas, ‘Ellos mismos’, recopilación de las tiras y viñetas que publicó durante algún tiempo en El Periódico de Catalunya y que en realidad es la continuación de aquella delirante sección de ‘Muchachada Nui’ que fue ‘Celebrities’ o también ‘Testimonios’. Este volumen repite, o mejor dicho, inicia, el sistema de ‘Realidad a la piedra’: Reyes se ríe de los iconos del famoseo moderno y de buena parte de la “alta cultura” española e internacional en cómodas píldoras de papel y tinta. Literalmente retuerce las imágenes sociales de esos personajes de aquí y de fuera para poder romper en carcajadas, para humanizarlos y poder demostrar que la impostura es inmensa en un sistema de comunicación donde Alaska es idealizada igual que lo es Sánchez Dragó, cantante y escritor que no pasarán a la historia precisamente.

Reyes se mofa de sus imágenes públicas para así poder arrancar cierta verdad y recolocar a cada uno en su sitio. Los medios de masas crean esos iconos y Reyes los destripa a golpe de tinta mirándolos desde una perspectiva más humana y llena de mala leche. No porque la tenga, sino porque lo pide ese género tan incombustible y maravilloso como es la sátira. Eso sí, por otros medios, los del cómic. Fuera máscaras, eso dice y hace Reyes en ‘Ellos mismos’, donde, en efecto, los reduce a lo que son, “ellos mismos sin caretas”. Y todo eso a pesar de que él mismo ya es una de esas “celebrities”. Lo sabe y ha prometido “descojonarse” de sí mismo, aunque ya lo hace a todas horas.

¿Quién es Reyes?

Joaquín Reyes Cano (1974) es un dibujante, actor y cómico español conocido por la creación de espacios de humor televisivos como ‘La hora chanante’, ‘Muchachada nui’ o ‘Museo Coconut’. Reyes es conocido por sus numerosas parodias e imitaciones. Ha creado personajes como Súper Ñoño, Onofre y Enjuto Mojamuto, entre muchos otros. Licenciado en Bellas Artes, se dio a conocer en 2001, haciendo monólogos en el programa Nuevos cómicos. En 2002, se unió a Ernesto Sevilla, Pablo Chiapella y Raúl Cimas, grupo conocido como el “Trío de Albacete” para trabajar en Paramount Comedy, donde se les sumaron Julián López y Carlos Areces, núcleo duro de ‘La hora chanante’ y ‘Muchachada Nui’. Para este programa, Reyes también diseñó los decorados e hizo las animaciones y la cabecera del programa.

Una de sus secciones, ‘Celebrities’ se hizo especialmente famosa, donde imitaba a personajes famosos sin cambiar jamás el acento o la forma de hablar. Especialmete famosos se hicieron los de Michael Jackson, Bono, Barbara Streisand, Tita Cervera, la Duquesa de Alba, Agatha Ruiz de la Prada, Mick Jagger o Sara Montiel, por poner algunos ejemplos. Fue colaborador del programa ‘Lo + Plus’, de Canal+, y formó parte de la serie ‘Camera Café’. Su filmografía comprende películas como ‘Spanish Movie’, ‘Tensión sexual no resuelta’ y ‘Promoción fantasma’. También ha colaborado con Telecinco en ‘Fibrilando’, ‘No somos nadie’ (en M-80). Ha sido co-creador de la web de ilustración Cartun.com

Post-Humor a la ibérica

Desde hace algún tiempo circulan varias formas de describir lo que hacen Joaquín Reyes y sus socios, cómplices y amigos en muchos formatos, ya sea en ‘La hora chanante’, ‘Muchachada Nui’ o ‘Museo Coconut’. En realidad son diferentes conjunciones que gira alrededor de varios monologuistas, cómicos, dibujantes y creadores que tiene en común a Joaquín Reyes o la stand-up comedy importada. Frente al humor español tradicional, mezcla de chiste fácil, sexualidad y grandes dosis de humor negro, aparece una novedad de humor intelectual, surrealista y que recuerda de lejos a la estela dejada por los Monty Phyton. Hay mucho de humor inglés en eso del post-humor, que en realidad es una fusión de la sátira latina con la retranca habitual en este lado de los Pirineos.

España fue un país aplastado por las élites, así que el humor satírico era casi algo innato y lógico. Pero si eso se mezcla con el culto al absurdo y el surrealismo sí que se consigue algo más evolucionado. Humor inteligente, queremos decir, otra forma de definir a ese humor que al común de los mortales no les hace levantar la ceja pero que al resto les tira por el suelo. El éxito en internet y entre algunos sectores de programas como ‘La hora chanante’ o más concretamente ‘Muchachada Nui’ son una muestra que lo tradicional quizás ya no vale tanto y no es suficiente para atrapar a todos. La fragmentación del mercado y de la audiencia hace que muchos se arriesguen con este tipo de humor. A Joaquín Reyes le funciona, así que, ¿por qué no evolucionar hacia ese tipo de humor, se llame como se llame, le pongan las etiquetas que le pongan?

Joaquín Reyes y Enjuto Mojamuto