‘Efectos secundarios’ cierra una filmografía compuesta por 28 películas de un director considerado como uno de los padres del indie cinema, y que abandona el cine para centrarse en la televisión y el teatro.
Lo deja. Última oportunidad para ver un filme de Steven Soderbergh, uno de los padres del ‘indie’. Se ha cansado de Hollywood. “Antes se diferenciaba entre los directores que hacían grandes filmes y los que simplemente conseguían recaudar una buena cifra en taquilla. Pero ahora esta clasificación ya no existe, ya solo tienen respeto por los que generan un montón de dinero”, aseguraba Soderbergh, a principios de año, en una entrevista a ‘Vulture’ para explicar su precoz retirada a sus cincuenta años.
“Para que quede claro, no voy dirigir en cine, a falta de una palabra mejor. Pero todavía planeo dirigir cosas en el teatro, y me gustaría hacer una serie de televisión si se presenta algo grande”, agregó. Soderbergh ya tiene trabajo, la adaptación a la televisión de ‘El plantador de tabaco’ (1960), de John Barth, una de las obras de la literatura norteamericana más conocidas de mediados del siglo XX. Un segundo proyecto en la pequeña pantalla. En este año, HBO estrenará la tv movie ‘Behind the Candelabra’, con Matt Damon y Michael Douglas, un biopic sobre el famoso pianista homosexual Liberace, que podría estrenarse en el próximo festival de Cannes, cita clave en la carrera de Soderbergh.
La taquilla nunca ha sido una prioridad en su obra. Soderbergh se presentó en el cine con una obra modesta, eminentemente independiente: ‘Sexo, mentiras y cintas de video’ (1989). Con apenas 26 años, conquistaba la Palma de Oro en Cannes, siendo el director más joven en ganar este premio. El filme se estrenó en Sundance, donde obtuvo el premio del público. Soderbergh se convertía en una de las grandes esperanzas del ‘indie’ con una película escrita en apenas ocho días y ambientada en Baton Rouge (Louisiana), donde se crió.
‘Sexo, mentiras y cintas de vídeo’ (1989)
24 años después de que se estrenara ‘Sexo, mentiras y cintas de video’ en Utah, sede de Sundance, Soderbergh cierra su carrera con ‘Side effects’, traducida como ‘Efectos secundarios’ en España. El filme llega este viernes a las salas de cine españolas. Soderbergh se ha rendido a la industria, cansado del “horrible” trato “no solo de los estudios, sino también de quienes financian” las películas. ‘Efectos secundarios’ es su legado.
‘Sexo, mentiras y cintas de vídeo’ no deja de ser el debut de un director que nunca se plegó al sistema y que se creó dos pseudónimos, Peter Andrews y Mary Ann Bernard, para trabajar, respectivamente, como director de fotografía y editor en sus filmes. La carrera de Soderbergh está plagada de éxitos, pero también de numerosos fracasos. En Estados Unidos, únicamente seis de sus películas han franqueado la mágica cifra de cien millones de dólares: ‘Ocean’s Eleven’ (2001) y sus secuelas, ‘Ocean’s Twelve’ (2004) y ‘Ocean’s Thirtheen’ (2007), la oscarizada ‘Traffic’ (2000), ‘Erin Brockovich’ (2000) y ‘Magic Mike’ (2012). Soderbergh no asegura grandes recaudaciones, en más de la mitad de sus proyectos no ha alcanzado los cincuenta millones de dólares, y se ha cansado de las exigencias de los productores de encadenar éxitos.
Steven Soderbergh
‘Traffic’ (2000)
Tras ‘Efectos secundarios’, solo se le verá en el teatro y la televisión, que se ha convertido en los últimos años en el refugio de las mejores ideas. El director de ascendencia sueca no quiere perderse esa oportunidad para recuperar la ilusión. Antes, nos regala una de sus películas más complejas y perturbadoras. Soderbergh se ha rodeado de un sólido reparto en el que mezcla estrellas consolidadas habituales en su filmografía como Jude Law y Catherine Zeta Jones con nuevos valores como Channing Tatum, que participó en ‘Magic Mike’ e ‘Indomable’ (2012), y Rooney Mara, impulsada por David Fincher en ‘La red social’ (2010) y, especialmente, en ‘Millenniun: Los hombres que amaban a las mujeres’ (2011).
Su última película, de estreno
‘Efectos secundarios’ no es un filme cómodo. Muestra a una joven neoyorquina sumida en una profunda depresión después de que su marido (Channig Tatum) ingrese en prisión por un caso de abuso de información privilegiada. La mujer, interpretada por Rooney Mara, acude a un psiquiatra (Jude Law) que le prescribe un fármaco (Ablixa) que cambiará su vida y la de quienes le rodean. En ‘Efectos secundarios’, Soderbergh no escamita críticas a una industria tan poderosa como la farmacéutica y mira cara a cara a un drama y un tabú social como la depresión para conformar “un thriller al estilo del cine negro, que atrapara al espectador y lo engañara en sus giros”, según palabras de Scott Z. Burns, guionista del filme.
‘Efectos secundarios’
Es el legado de unos de los directores más interesantes de la cinematografía moderna norteamericana, capaz de ensamblar una saga poderosamente entretenida como ‘Ocean’s Eleven’, firmar el mejor alegato cinematográfico contra las drogas (‘Traffic’), regalar a Julia Roberts uno de sus mejores papeles (‘Erin Brockovich’) y atreverse con el biopic de uno de los grandes revolucionarios del siglo XX, el Che Guevara, en ‘Che: Guerrilla’ (2008) y ‘Che, el argentino’ (2008).
Un Steven Soderbergh que, de la mano de su amigo George Clooney, creó, además, su propia productora, Section Eight, de la que salieron proyectos tan interesantes como ‘Lejos del cielo’ (Todd Haynes), ‘Buenas noches, y buena suerte’ (2005), del propio Clooney, y ‘Syriana’(2005) (Stephen Gaghan).
El cine pierde, por tanto, a uno de los pocos espíritus libres que quedaban en Estados Unidos, alguien capaz de arriesgarse al fracaso de la taquilla para realizar películas distintas. Hollywood no le ha apoyado.
Filmografía selecta: ‘Sexo, mentiras y cintas de video’ (1989); ‘Un romance muy peligroso’ (1998); Erin Brockovich’ (2000); ‘Traffic’ (2000); ‘Ocean’s Eleven’ (2001); ‘El buen alemán’ (2006); ‘Che: Guerrilla’ (2008); y ‘Che, el argentino’ (2008).