La lista de mundos con agua en el Sistema Solar se amplió con las pruebas de que hubo líquido elemento en Marte, pero ¿cuánta agua hay realmente en el Sistema Solar? En la revista Scientific American lo han calculado: 50 veces toda la que hay en la Tierra. Repasamos los mundos húmedos que orbitan el Sol.
Es todo un recordatorio de que la Tierra no es el único acuífero que flota por el espacio. De hecho hay suficientes pruebas para aseverar que el agua, en todas sus formas posibles (líquida, sólida, gaseosa e incluso en un estado difuso sometida a miles de atmósferas de presión bajo nuestros pies), es un elemento presente en el Universo en mayor cantidad de lo que pensábamos. En ocasiones recubre cometas y asteroides (algunos son bloques de hielo puro congelado), encerrado en océanos subglaciales en planetas y lunas distantes, o simplemente mezclado con otros compuestos en los polos planetarios. La lista principal incluye las lunas Europa, Titán, Ganímedes, Encélado y Calisto, pero es evidente que hay más agua en otros lugares. Marte es un buen ejemplo: ¿se evaporó el agua, se congeló y está bajo el suelo, en los polos que acumulan dióxido de carbono helado…?
Finalmente la revista Scientific American ha hecho un pequeño cálculo sobre los mundos del sistema que casi seguro albergan agua, para saber el volumen (al menos) del agua total que podrían ser la base para futuros asentamientos. La realidad es que hay 50 veces todo el agua que alberga la Tierra, que se calcula en torno a 1,3 billones de km cúbicos de agua, poco si tenemos en cuenta cuánto podría tener si se excava en el manto. La cuestión es que si juntáramos todo el agua de la Tierra en una esfera apenas tendría 1.385 km de diámetro, aproximadamente del tamaño de Alaska. Si tenemos en cuenta que el agua cubre el 70% del planeta es realmente poco. Y aproximadamente 13.000 km cúbicos están en el aire: nubes. Si lloviera de golpe sólo cubriría un centímetro y medio. Más si comparamos con otros mundos como Ganímedes, que acumula 33 veces esa cantidad.
Gráfico de Scientific American
Ahora bien, hay teorías que aseguran que hay mucha más. En marzo de 2014 vería la luz un estudio de la Universidad de Alberta (Canadá), publicado en Nature, que demostraba que existen grandes cantidades de agua atrapadas en minerales a gran profundidad. Ahora grupos de investigadores de la Northwestern University y de Nuevo México consideran que hay “potenciales océanos de agua disuelta en roca a gran profundidad” bajo el suelo de EEUU (y por extensión, del resto del planeta). Podría ser cierto, pero también un estudio interesado para hacer prospecciones cada vez más profundas que pudieran alterar el equilibrio geológico del subsuelo como ocurre con el fracking. Sea o no un estudio interesado, lo cierto es esta teoría está muy cerca de ser comprobada y podría suponer la mayor reserva de agua del planeta.
El geofísico de Northwestern Steve Jacobsen y el sismólogo Brandon Schmandt de Nuevo México encontraron bolsas llenas de magma situadas a unos 650 kilómetros por debajo de América del Norte. Este descubrimiento implica que la tectónica de placas que condiciona la superficie y todo lo que somos y nuestra vida (clima, terremotos, geografía…) ha podido aprisionar agua en épocas remotas iniciales y la presión la ha disuelto y fusionado con la roca. El movimiento de las placas, sobre todo en las zonas oceánicas, impulsa el agua hacia el subsuelo y la presión es tan grande que puede incluso terminar a gran profundidad, donde se mezcla con la roca y se fusiona con el manto terrestre. La revista Science es la que ha publicado los resultados, que serán clave para entender hasta qué punto estos movimientos geológicos han podido conformar la evolución terrestre o incluso el propio comportamiento del planeta.
Los mundos oceánicos: Marte, Encelado, Titán, Europa…
Hace un par de años en la lista de mundos con agua se incluyó otra luna de Saturno, Mimas, si bien está por comprobar si la alteración en su movimiento alrededor del gran planeta anillado se debe a agua líquida o a otro factor. La formación del Sistema Solar hizo que el agua quedara encerrada en los cuerpos más sólidos o bien los más cercanos al Sol. Sobre todo congelada. Precisamente nuestra cercanía al Sol es lo que hace que sea tan habitual que haya agua en estado gaseoso (las nubes), ya que el calor es alto y eso hace que no abunde el hielo y sí el estado líquido y en forma de vapor. Se estima que tiene poca agua líquida, pero eso es debido precisamente a esa cercanía con el Sol. Para que se hagan una idea: la Tierra sería una esfera de Navidad llena de agua, mientras que Europa y Titán serían esa misma bola congelada y mezclada con todo tipo de detritus. Por el contrario en Marte se sospecha que toda el agua está congelada bajo la primera capa de superficie blanda, incluso se especula que a apenas medio metro si pudiéramos excavar.
Europa es uno de esos mundos. Esta peculiar luna de Júpiter apenas es apenas del tamaño de nuestra Luna, y desde el exterior es una gran bola blanca manchada de tonalidades ocres y rayada como si un niño hubiera hecho prácticas con un punzón. Aparentemente inerte y perlada. Pero en realidad lo que vemos es la superficie helada de un descomunal océano global de unos 100 km de profundidad y subglacial que abarca casi toda su superficie, por otro lado terriblemente helada (entre 163 y 225 grados bajo cero). Las cicatrices visibles de la superficie son venas abiertas en ese hielo por la actividad volcánica submarina, que rompería el hielo para lanzar material más caliente. El origen de estos volcanes internos sería el efecto de la presión gravitatoria de Júpiter sobre la luna (y que, como efecto colateral, hace que Europa tenga su propio campo magnético, lo que protegería la potencial vida biológica de radiaciones espaciales), lo que daría pie a un movimiento interno de subducción que incluso podría dar la paradoja de que se moviera la superficie sobre ese océano, que desconectaría el manto interno con ese hielo.
Titán es también número uno en agua. Es la mayor de todas las lunas que orbitan el planeta anillado (es más grande que Mercurio y más denso que la Luna), y cuenta con una atmósfera gruesa y rica en gases que son potencialmente necesarios para la germinación de vida biológica: nitrógeno y metano. Al igual que en Europa y Encelado, existe la posibilidad de que haya océanos subterráneos mezclados con amoníaco. De existir agua podrían producirse reacciones químicas que dieran como lugar a aminoácidos, un paso fundamental para la vida.En realidad todo Titán está cubierto por una bruma persistente, especialmente en zonas únicas: lagos de hidrocarburos en estado líquido. Algunos tienen el tamaño del Mar Negro terrestre y se les considera mares. En ellos podrían, perfectamente, aparecer bacterias que se alimenten de metano en estado líquido, igual que ocurre con el petróleo en la Tierra, donde algunas formas de vida microscópica pueden, literalmente, devorarlo. En realidad Titán cuenta con un ciclo de metano similar al del agua en la Tierra: hay ríos, lagos, deltas… incluso dunas y movimiento de materiales por el viento. Y estaciones similares a las de nuestro planeta, pero donde la base del ciclo es el metano.
Y Encélado, otra luna de Saturno que es, en realidad, una hermana gemela parcial de la luna Europa. Al igual que ésta, Encelado está recubierta de hielo sólido, es más pequeña que el resto, pero su temperatura no es tan fría como la de otros, tiene más que probablemente una geología activa y el 99% de su superficie está compuesta de hielo de agua. Y la sospecha de que en algún lugar había bolsas de agua líquida quedó confirmada recientemente por la sonda Cassini, primero en 2005 y ahora también en 2013. Posee carbono, hidrógeno, nitrógeno y… si tiene agua, también oxígeno. Su núcleo podría ser similar al de la Tierra: hierro fundido en movimiento.
Desde 2005 existe la sospecha de que Encelado tiene muchas papeletas para ser una hipotética segundo nido biológico; ese año la sonda Cassini dio el primer aviso: había detectado geiseres de vapor de agua en el polo sur de esta luna. En una nueva pasada, y ya programada para recabar nueva información, la Cassini ha podido hacer un estudio más detallado y concluido que los datos geofísicos confirman la existencia de una gran masa líquida bajo la superficie, detectada gracias a las variaciones gravitacionales que registraron los sensores de la sonda. Dichas alteraciones sólo se explicarían por la presencia de una gran masa líquida en ese mismo polo sur. La NASA ha calculado que bajo el hielo hay algo líquido, un océano grande de casi 10.000 metros de profundidad de media (bastante más que los de la Tierra) encerrado bajo una capa aún más gruesa de hielo de unos 40 km de espesor.
Encélado