Allá vamos, una vez más, con el noble arte de rapiñar la literatura: HBO prepara una adaptación de la monumental saga ‘Fundación’ de Isaac Asimov.
Probablemente ya lo sepan, pero faltábamos nosotros por contarlo, que es una diferencia. La cadena por cable HBO prepara ya la madre de todas las adaptaciones de la ciencia-ficción, quizás la más complicada de todas y la más ambiciosa. Jonathan Nolan se ha liado la manta a la cabeza y prepara la adaptación de la magna obra de Asimov, ‘Fundación’, la misma que ha sido el pequeño Grial de decenas de directores y guionistas y que por su extensión y complejidad promete no dejar a nadie contento. La cadena responsable, en gran medida, de la Edad de Oro de las series de televisión ha firmado un acuerdo con Warner Bros para sacar adelante este proyecto, firmado por uno de los mejores guionistas del momento, Jonathan Nolan, hermanísimo de Christopher y que firmó los guiones de ‘Memento’, ‘Interstellar’ y que es el desarrollado de la serie ‘Person of interest’.
Porque no hablamos de una novela, ni de dos, sino de varias, del proyecto magno de toda una vida de un escritor prolífico como los ha habido pocos, Isaac Asimov, el hombre pegado a unas legendarias patillas y que forma parte de la Santa Trinidad de la ciencia-ficción norteamericana junto con Ray Bradbury y el incomparable Philip K. Dick. La saga Fundación son nada menos que 16 libros, así que imaginen lo descomunal del trabajo. Obviamente sólo se adaptará una parte, porque quien mucho abarca poco aprieta y el Nolan escritor parece ser lo suficientemente inteligente como para no caer en el error de sintetizarlo todo. Porque intentos los ha habido, uno de los últimos por parte de Sony, que ya en 2009 lo intentó con Dante Harper para terminar cancelando el proyecto. Tras el enésimo traspiés de Hollywood con una de las sagas más prolíficas del sci-fi, auténtico fervor de masas en EEUU, HBO pagó por los derechos y decidió que algo tan grande tenía que enmarcarse en una serie.
Jonathan Nolan (derecha) junto a su hermano Christopher
Hasta ahí lo audiovisual, porque lo literario tiene un largo principio en forma de novelas y de línea argumental que llevó casi una vida a Asimov, que las escribió en dos épocas diferentes de su vida: la primera, entre 1942 y 1957, y la segunda entre 1982 y 1992, año de su muerte. El propio Asimov creó el canon de esta saga en 1988 cuando determinó que eran 14 libros y casi millón y medio de palabras, si bien luego añadió dos más. En ese año aparecía ‘Preludio a la Fundación’, y hasta su muerte (y a posteriori) se publicaron ‘Visiones de robot’ (1990) y ‘Hacia la Fundación’ (1993, póstuma). Pero no se trata de una saga del 1 al 16 en forma de novelas, sino que Asimov creó una línea argumental propia en la que se entremezclan novelas, relatos, comentarios y cuentos cortos, creando una densa maraña al estilo de Balzac con su ‘Comedia humana’ o incluso como Tolkien, que engordó la Tierra Media con relatos paralelos a las novelas.
Toda la saga gira alrededor de Hari Seldon, un matemático que dedica su vida a desarrollar la Psicohistoria, una disciplina capaz de predecir científicamente el futuro mezclando Historia, Psicología y Estadística. También es el cauce de una de las grandes obsesiones de Asimov, la robótica, ya que los robots son parte primordial de la historia de Fundación, tanto por su influencia en la Humanidad como en el devenir de ese futuro predicho por Seldon, tanto a nivel tecnológico como social. Fue, además, una de las primeras obras literarias que fusionó sociología y ciencia para dar empaque a la historia escrita, para ir un poco más allá de la mera narración de la interacción entre seres humanos y tecnología. Forman un todo compacto en el que se retroalimentan.
La saga Fundación también es el escenario en el que Asimov desarrolló las célebres Tres Leyes de la Robótica, una de sus mejores aportaciones y que son tenidas en cuenta en el propio desarrollo de esta disciplina. No hay que olvidar que Asimov fue también un estudioso creador de algunos de los mejores libros de divulgación científica e histórica que hay publicados.
- Primera Ley: Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
- Segunda Ley: Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto cuando éstas entren en conflicto con la Primera Ley.
- Tercera Ley: Un robot debe proteger su propia integridad, siempre y cuando esto no impida el cumplimiento de las dos leyes anteriores.
Las tres leyes son parte integral del desarrollo de Fundación, hasta el punto de que son la espina dorsal junto con la evolución humana, Hari Seldon y la Psicohistoria. Asimov determinó en sus obras que estas tres normas eran fijas en las máquinas para evitar que la Humanidad pierda el control final de un ente capaz de crearse y evolucionar por su cuenta. En una de las obras de la saga, ‘Fundación y Tierra’, también se creó la Ley Cero de la Robótica: “Un robot no puede hacer daño a la Humanidad o, por inacción, permitir que la Humanidad sufra daño”, una extensión de la primera y que es de obligado cumplimiento.
El argumento principal (sintetizado y resumido) de Fundación
La historia de la saga tiene varias líneas argumentales. La primera es la misma que se ha contado mil veces: la expansión del ser humano por la galaxia, el nacimiento de las colonias espaciales en otros planetas, y la posterior guerra civil entre la Tierra y sus colonias para controlar el territorio. El punto de partida también es la degradación ecológica de la Tierra por la radiación, lo que forzó una diáspora que expandió la huella humana. A partir de ahí se desenvuelve la madeja: colonias, los primeros conglomerados galácticos, imperios, y finalmente su paso a Imperio Galáctico y su (inevitable) decadencia posterior. Hay que tener en cuenta que la cronología sucede en un largo tiempo.
La decadencia imperial sucede en un futuro muy lejano y es el chispazo inicial de la saga ya que es cuando aparece la Psicohistoria de Hari Seldon, que pronostica el final del orden, la victoria del caos y la necesaria reconstrucción posterior, algo que puede ser “programado” con determinadas acciones concretas. Hay que evitar la destrucción humana que supondrá el fin de ese imperio, así que se crean dos organizaciones, la Primera Fundación y la Segunda Fundación, cada una en un extremo de la galaxia y que serán las encargadas de, tras el caos, promover la creación de un Segundo Imperio que devuelva el orden. ¿Cómo hacerlo? A través de la Psicohistoria que reduciría el caos a apenas un milenio. En realidad es la traslación del devenir de Occidente: tras la caída de Roma, mil años de Medievo antes de la llegada del Renacimiento y la Modernidad.
La otra línea argumental es la propia robótica, su desarrollo y la influencia en la sociedad humana, como con el personaje de R. Daneel Olivaw, un robot que abarca temporalmente toda la saga con su experiencia y relación con los humanos. A partir de los dos ciclos Asimov teje todo el entramado, hasta unirlos de nuevo en el cierre de la saga, cuando se hace patente una amenaza mayor que el caos, el de una invasión alienígena. Es entonces cuando el androide Olivaw expone el plan maestro para evitarla, una conciencia galáctica común que evite el caos y la guerra. Es lo que Asimov definió como Gaia-Galáctica. Sin embargo, hay un problema de fondo que la muerte del autor no solucionó: ¿cómo se pueden congeniar el futuro Segundo Imperio con la conciencia Gaia-Galáctica ya que son dos entes diferentes y de naturaleza diferente? Ahí quedó la parte final.