El exitoso autor noruego de serie negra, creador del personaje Harry Hole, alarga su serie de novelas (ya van once títulos) con ‘La sed’, que llegará el próximo mes de marzo. Una buena excusa para hablar de un escritor que es a la vez músico, compositor y antiguo economista.
IMÁGENES: Roja y Negra / Random House / RBA / Wikimedia Commons
Cuando salió a la luz ‘El policía’, décima entrega de la serie sobre Harry Hole, parecía que Jo Nesbø había finalmente dado carpetazo a su primer personaje y principal razón de su éxito literario. O al menos lo había intentado. Con otras series abiertas y otros textos al margen, algunos de los cuales habían sido llevados al cine con éxito (‘Head Hunters’ es un buen ejemplo), el autor noruego apuntaba al final de su policía todoterreno. Pero el próximo 23 de marzo verá la luz en Roja y Negra ‘La sed’, la undécima entrega que sigue los pasos de Hole por el mundo, que comparte muchos rasgos de los detectives clásicos: insubordinado, rebelde, poco ortodoxo, analítico, obstinado en la búsqueda de un final a todo lo que encuentra.
Pero hay cambios. En ‘La sed’ Harry Hole está felizmente casado y ha conseguido cierta estabilidad laboral (continúa dando clases en la Academia de Policía de Oslo) entre viajes y situaciones al borde del abismo entre la muerte, el alcohol (una de sus sogas de ahorcado) y las pesadillas que le acosan de forma rutinaria. Son el rastro de su lado más oscuro, ése que le emparenta con los asesinos y criminales que persigue. Pero el otro mundo que intenta dejar al margen siempre asciende con fuerza. Por ejemplo con un crimen macabro que le llevará hasta el cadáver de una abogada especializada en apoyar a víctimas de abusos sexuales y violaciones, que vuelve a casa tras una decepcionante cita concertada a través de Tinder y donde la espera un asesino conectado con la novela anterior. Se suponía que había muerto en la cárcel. Poco después aparece otro cadáver en circunstancias parecidas. Uno más uno son dos y un toque de atención a Hole, que volverá a su vida anterior. Una vez más.
Nesbø tiene unas cuantas virtudes literarias. Una de ellas es la facilidad para crear seres humanos poliédricos y llenos de matices, eso que en el lenguaje común llamaríamos “oscuros”. Otra es el talento para crear ambientes acordes con esos personajes, donde la verdad y la luz brillan por su ausencia. En sus muchas novelas sobre Harry Hole ha desarrollado auténticos laberintos humanos donde lo que predomina es la mentira y la mezquindad. Por muy terrible que sea desde el punto de vista humano, son rasgos esenciales para tener algo de éxito cuando se es un escritor de novela negra. Mucho más si eres escandinavo y tienes sobre tus espaldas una tradición que ya tiene tintes legendarios en lo literario.
Otra virtud son los giros: bien lo saben los guionistas de cine y televisión, no hay nada mejor para atrapar al lector como una garrapata a las páginas que darle una patada al timón del barco y que vire sobre su eje. A fin de cuentas eso es la vida, un barco con el timón girando sin control. Así apuntala las otras dos virtudes, creando un método personalizado que une oscuridad, mezquindad e impredecibles esquinas y giros. Suspense. Que el lector gaste sus nervios y esperanzas. Que merezca la pena leerle. Un novelista profesional atado a un género que borda y con el que ha encontrado la clave para vender más de 28 millones de libros en todo el mundo y tener a las productoras de cine pendientes de que Hole siga arrastrándose como un gusano lleno de defectos por el mundo creado para él, esa Oslo que como más de un crítico ha señalado parece a veces Gotham en un día muy malo.
Hole fue el arranque de su segunda vida (o la tercera si se prefiere, después de ser agente de bolsa y músico, ésta aún activada en paralelo) artística, un antihéroe marca de la casa, alcohólico, ácrata, sin respeto por la autoridad y adicto al trabajo, quizás su droga preferida y la que más problemas le da en el fondo. Con él ha logrado montar un mecano humano que tiene el éxito asegurado, producto de sus inquietudes, su visión y el alimento literario que le ha marcado. Se suele decir que a un escritor se le conoce por sus gustos y libros preferidos. Ejemplos de Jo Nesbø: Jim Thompson, Vladimir Nabokov, Knut Hamsun, Henrik Ibsen, Ernest Hemingway, Charles Bukowski y Frank Miller. No está nada mal, porque va desde la literatura norteamericana contemporánea a la novela gráfica, pasando por dos monstruos nórdicos que también supieron vivir en el filo de la navaja existencial. En esa misma entrevista a RBA en la que encontramos estas preferencias aparecieron libros que son muy reveladores: ‘El asesino dentro de mí’ de Jim Thompson, ‘Lolita’ de Nabokov o ‘La senda del perdedor’ de Bukowski.
Nesbø no es un escritor en el sentido literario, aunque haya experimentado otros géneros (como la literatura juvenil) y en su vida haya creado la Fundación Harry Hole para combatir el analfabetismo en el mundo, especialmente el que padecen los niños. Es un novelista, un creador que sigue el mismo camino que muchos otros: vidas normales llenas de variaciones que un buen día eclosionan en forma de novelas cortadas por el mismo patrón eficiente, una y otra vez. Quizás con el tiempo Nesbø opte por otro tipo de literatura, pruebe suerte, como hizo J. K. Rowling fuera del mundo de Harry Potter. Pero al final siempre vuelven a aquello que dominan. Quizás por eso Harry Hole vuelve de nuevo después de ‘La sed’. Mientras tanto, el 23 de marzo lo nuevo a nivel mundial, estreno simultáneo en librerías y plataformas de eBooks.
¿Quién es Jo Nesbø?
Jo Nesbø nació en Oslo en 1960. Graduado en Economía, antes de dar el salto a la literatura fue cantante, compositor y agente de Bolsa. Desde que en 1997 publicó ‘El murciélago’, la primera novela de la serie del policía Harry Hole, ha destacado como el autor noruego de serie negra más importante, todo un símbolo de que la novela negra escandinava, ya sea sueca o no, es una mina que no para de sacar material sin parar. De Finlandia a Islandia, con las particularidades de cada país, pero siempre eficaces y eficientes. Graduado en Economía, ha tenido muchas vidas en una: agente de bolsa, compositor, cantante… y escritor. Nesbø ha vendido más de 28 millones de ejemplares en todo el mundo, ha sido traducido a 51 idiomas y ha vendido los derechos de adaptación de la mayoría de sus novelas a la industria del cine. Dos ejemplos: ‘El muñeco de nieve’ y la oscura ‘Head Hunters’.
Además es fundador y cantante del grupo musical de rock noruego Di Derre, con los que ha publicado seis álbumes entre 1993 y 2006. Los años 90 fueron su chispazo inicial: si a principios de la década ya era un músico conocido en su país, en la segunda mitad arrancó con la literatura con ‘Flaggermusmannen’ (‘El murciélago’), con la que empieza la vida de Harry Hole. Fue un debut más que positivo: Premio Riverton a la mejor novela negra noruega y Premio Glassnøkkelen en la misma categoría pero en los países nórdicos. Ha creado además dos series literarias más, la del Doctor Proctor, de literatura juvenil (cuatro libros, los dos primeros publicados en España con Editorial La Galera), y la más reciente serie Olav Johansen, con dos volúmenes en los últimos años.
La serie sobre Harry Hole
Aunque ha escrito más novelas y relatos, Jo Nesbø es sobre todo conocido por su serie sobre Harry Hole. No hay autor de serie negra que se precie que no tenga un personaje fetiche y recurrente. Casi parece un binomio acción-reacción: al autor siempre le nace un hijo/hija que vuelve una y otra vez. Si Henning Mankell tuvo a Kurt Wallander y Larsson a Lisbeth Salander, el alter ego de Nesbø es Harry Hole, policía y personaje principal de una serie que ya abarca diez libros: ‘El murciélago’, ‘Cucarachas’, ‘Petirrojo’, ‘Némesis’, ‘La estrella del diablo’, ‘El redentor’, ‘El muñeco de nieve’, ‘El leopardo’, ‘Fantasma’ y ‘Policía’, en ese orden, y todos publicados en español en la serie Roja y Negra y Reservoir Books (en formato digital). Es, de largo, la línea de creación que más éxito le ha dado y de la que más libros ha vendido.
Especialmente interesantes son ‘Petirrojo’, ‘El redentor’ y ‘El muñeco de nieve’, uno de los filmes que se han adaptado al cine, y cuya génesis explicaba él mismo: “La idea del libro me llegó durante un brainstorming en el que estábamos buscando un título para una película que estaban filmando unos amigos. Yo sugerí ‘El muñeco de nieve’, pero fue rechazado, lo que me pareció razonable ya que en la película no salía ninguno. De todos modos, esto me hizo comenzar a pensar en un muñeco de nieve plantado en el jardín de un domicilio particular. A continuación llega la madre a la casa y elogia a su marido y a su hijo por lo bien que les ha quedado. Ambos se miran con expresión de sorpresa y le comentan que no saben de qué muñeco de nieve les está hablando”.