‘Infiltrados en la Universidad’, secuela de ‘Infiltrados en clase’, es el último fenómeno de uno de los géneros preferidos por el gran público: las ‘buddy cops’.
Patrullar las calles es cosa de dos. Y más que en ningún sitio, en el mundo del cine.
-Hay dos cosas más.
-Dímelas.
-Primera, el estado de las sábanas y del colchón indican que alguien estuvo en la cama con ella antes de que muriera.
-Y la segunda…
-La segunda es que me han dicho que vas a tener un nuevo compañero en este caso.
-¿Un nuevo compañero?
-Sí, un recién llegado de narcóticos, un tío muy quemado, un histérico.
-¡Ah, perfecto! (con ironía mientras vigila a un ‘sospechoso’)… ¡Un arma!
(Forcejeo con el ‘sospechoso’, que le tira al suelo y le apunta).
-Rog, te presento a tu nuevo compañero.
-Ya soy demasiado viejo para esto.
El sargento Roger Murtaugh (Danny Glover) acaba de conocer a su nuevo compañero, el sargento Martin Riggs (Mel Gibson). La carta de presentación de una de las ‘buddy cops’ más conocidas: ‘Arma Letal’ (Richard Donner, 1987), con la producción de Joel Silver. El filme impulsó un subgénero policíaco con mucho tirón en la taquilla. ‘Arma Letal’ contó con tres secuelas: ‘Arma Letal 2’ (1989), ‘Arma Letal 3’ (1992) y ‘Arma Letal 4’ (1998). La pareja de policías Murtaugh-Riggs reúne todos los ingredientes esenciales en las ‘buddy cops’: mucha acción, mucho humor y, sobre todo, una relación entre los dos personajes principales que pasa del enfrentamiento a la amistad. Básico, por supuesto, que las personalidades sean lo más antagónicas posible.
-Dicen por ahí que eres un buen policía.
-Lo intento.
-Me han contado el numerito que montaste ayer, muy heroico. He leído tu historial. Dice que trabajaste en el Proyecto Phoenix en Vietnam. ¿Es cierto?
-Humm.
-¡Una carnicería! Pero eso se acabó.
-¿El qué?
-¡La guerra!
-Sí, ya lo sé.
-Ah, te lo recordaba por si acaso (…). ¡Menudo trasto llevas!
-Aquí la tienes.
-Una Beretta de nueve milímetros, quince balas en la recámara y una en el cañón, ventanilla de expulsión amplia, sin problemas de encasquillamiento…
-¿Qué llevas tú?
-Una Smith de cuatro pulgadas.
-¿La de seis disparos?
-Humm.
-Muchos carrozas lleváis de esas.
-Tu historial dice que eres muy aficionado a las artes marciales y esas cosas tan sanguinarias. Supongo que tendremos que registrarte como Arma Letal.
-¡Eh, amigo, corta el rollo de una vez! Los dos sabemos muy bien por qué me han trasladado. Todo el mundo opina que soy un suicida, lo cual me jode porque nadie quiere trabajar conmigo. O creen que finjo para lograr la pensión por enfermedad, lo cual me jode porque nadie quiere trabajar conmigo. Resumiendo, estoy jodido.
-¿Sabes qué?
-¿Qué?
-No quiero trabajar contigo.
-Pues no trabajes.
-No tengo más remedio. Ya ves, los dos estamos jodidos.
-Genial. Dios me odia, ese es el problema.
-Pues ódiale tú a él. A mí, me funciona.
Las claves de las ‘buddy cops’ resumidas en una conversación. ‘Arma Letal’ no fue la primera, pero sí la saga que impulsó un género que ha vuelto este fin de semana a los cines españoles con otra pareja de polis que promete cada vez más: Morton Schmidt (Jonah Hill) y Greg Jenko (Channing Tatum). Schmidt y Jenko protagonizan su segundo filme: ‘Infiltrados en la Universidad’ (Phil Lord y Chris Miller), secuela de ‘Infiltrados en clase’ (Phil Lord y Chris Miller, 2012). Acción y humor con una de las parejas de policías con mejor química en el cine. Y eso que ha habido muchas. Hagamos un rápido repaso por las más conocidas.
La televisión ha sido un referente en las ‘buddy cops’ con dos series a las que el calificativo de míticas se queda incluso corto: ‘Starsky & Hutch’ (1975-1979) (ABC) y ‘Corrupción en Miami’ (1984-1989) (NBC), con los detectives ‘Sonny’ Crockett (Don Johnson) y ‘Rico’ Tubbs (Philip Michael Thomas). El trabajo de Johnson y Thomas, así como el de Paul Michael Glaser (Starsky) y David Soul (Hutch), era tan perfecto que fue una pena que el recuerdo de ambas series se mancillara en el cine con dos insatisfactorias adaptaciones. Probaron primero Ben Stiller (Starsky) y Owen Wilson (Hutch) para volver a los psicodélicos setenta. Colin Farrell (Crockett) y Jamie Foxx (Tubbs) no tuvieron mejor suerte. Y eso que tras las cámaras estaba el creador de la serie: Michael Mann. La química se quedó en la pequeña pantalla.
El cine, no obstante, ha sabido crear sus propias parejas de polis. William Friedkin triunfó en ‘French Connection’ (1971) con los agentes neoyorquinos Buddy ‘Cloudi’ Russo (Roy Scheider) y Jimmy ‘Popeye’ Doyle (Gene Hackman). Hackman repitió en el género, aunque en una película muy diferente: ‘Arde Mississippi’ (Alan Parker, 1988), replicando a Willem Dafoe en un drama basado en hechos reales con dos agentes del FBI con personalidades muy distintas investigando la desaparición y asesinato de tres jóvenes activistas sociales en un racista pueblo de Mississippi. Las características de las ‘buddy movies’ se adaptan perfectamente a cualquier tipo de historia:
-(Canta) Negros, rojos y judíos, prestad atención. No escaparéis de la maldición. Vuestra hora final pronto va a llegar porque Dios os vigila desde el altar. ¿Quién pretende ofenderle mezclando las razas? Queremos bebés rubios y no negros como ratas. Eso nunca, nunca llegará a ocurrir porque el Ku, Klux, Klan no lo va a permitir. Eso nunca, nunca llegará a ocurrir porque el Ku, Klux, Klan no lo va a permitir. A los del Klan le salen mejor los linchamientos que las letras de las canciones.
-Limítese a leer el informe, señor Anderson. Me sobra el numerito de cabaret.
-No le caigo demasiado bien, ¿verdad, jefe?
-Usted no me cae mal, pero no comparto su sentido del humor.
-A veces es lo único que le queda a uno. ¿Cuánto lleva en el FBI?
-Tres años.
-Entró al acabar la Universidad, ¿eh?
-No, primero estuve en el Departamento de Justicia.
-Un seguidor de los Kennedy, ahora entiendo.
-No, me parece que usted no entiende nada. Aclaremos las cosas de una vez. Hace años que no tengo acné juvenil. Me afeito todas las mañanas, incluso me dejan ir al lavabo solito. Así que, deje de llamarme jefe en ese tono.
Claro que, muy a menudo, el choque de personalidades entre los protagonistas de las ‘buddy cops’ es, sobre todo, de carácter cómico. Las ‘buddy cops’ como uno de los grandes subgéneros dentro de la comedia en Hollywood, en especial desde la década de los ochenta. John Landis recluta en ‘Espía como nosotros’ (1985) a dos imprescindibles nombres de la comedia estadounidense, Chevy Chase y Dan Aykroyd, como dos incompetentes agentes de la CIA utilizados como cebo para despistar a los rusos. Aykroyd le cogió gusto al género y repitió en ‘Dos sabuesos despistados’ (Tom Mankiewicz, 1987), al lado de Tom Hanks.
‘Dos policías rebeldes’
Pero no solo en los ochenta. Las ‘buddy cops’ cómicas fueron recurrentes en los noventa con títulos como ‘Colegas a la fuerza’ (John Badham, 1991), con Michael J.Fox y James Woods; ‘Asalto al tren del dinero’ (Joseph Ruben, 1995), con Wesley Snipes y Woody Harrelson; y tres archiconocidas sagas: ‘Men in Black’ (Barry Sonnenfeld, 1997, 2002 y 2012), con los agentes especiales Will Smith y Tommy Lee Jones buscando extraterrestres en la Tierra; ‘Hora Punta’ (Brett Ratner, 1998, 2001 y 2007), con Jackie Chan y Chris Tucker combinando chistes y patadas; y ‘Dos policías rebeldes’ (Michael Bay, 1995 y 2003), el desfase total noventero del género. Will Smith y Martin Lawrence, con canción incluida (‘Bad Boys’), interpretan a los amigos y compañeros de trabajo Mike Lowrey y Marcus Burnett, detectives de narcóticos en Miami.
-¿Eh, qué haces? ¿Te pones a papear en mi coche?
-Por favor, en casa no puedo ni mojar. No me niegues esto.
-¿Qué dices? Te acuestas todas las noches con una mujer preciosa.
-Estoy casado. En eso es en lo que consiste. Te acuestas con ella, pero no te comes nada.
-¡Ten cuidado con esa mierda (sobre la comida), ¿vale?
-¡Eh, oye! ¿Los portavasos?
-No tengo.
-¿Cómo que no tienes? ¿Un coche de 80.000 dólares y no hay un puto portavasos?
-Son 105.000 dólares y resulta que este es uno de los coches más rápidos del planeta de 0 a 100 en cuatro segundos, es una serie limitada
-Desde luego que es limitado… sin portavasos, sin asiento trasero… es una polla brillante con dos sillas y nosotros los huuueeeevos a los que arrastra a todas partes.
El humor, y la acción, aparecen en otro buen número de cintas de los ochenta, los noventa y el siglo XXI. Imposible olvidar al rudo detective Jack Cates (Nick Nolte) admitiendo como compañero a un timador sacado de prisión, Reggie Hammond (Eddie Murphy), en ‘Límite: 48 horas’ (Walter Hill, 1982), que tuvo su secuela ocho años después. Walter Hill encontró otra pareja policial ‘perfecta’ en ‘Danko: Calor Rojo’ (1988), con Arnold Schwarzenegger y James Belushi. Sylvester Stallone tuvo sus problemas de entendimiento con Kurt Russell en ‘Tango y Cash’ (Andrei Konchalovsky, 1989) y con Sandra Bullock en ‘Demolition Man’ (Marco Brambilla, 1993). Hasta el agente John McClane (Bruce Willis), habituado a trabajar en solitario, tuvo un inesperado colaborador en ‘La jungla de cristal III: La venganza’ (John McTiernan, 1995), con un electricista (Samuel L. Jackson) metido a forzado agente de policía de Nueva York para atrapar a un terrorista (Jeremy Irons).
Las cosas, sin embargo, se ponen más que serias. El humor no aparece en la relación entre Wendell ‘Bud’ White y Edmund J. Exley en ‘L.A. Confidential’ (Curtis Hanson, 1997), ni en una de las grandes parejas de detectives del cine: Somerset (Morgan Freeman) y Mills (Brad Pitt) en ‘Seven’ (David Fincher, 1995).
-Teniente Somerset, soy el detective Mills (…). Como le digo, hace veinte minutos que he llegado a la ciudad y ya me han mandado a investigar.
-Oiga…, ¿Mills? Me gustaría tomar algo, vayamos a un bar y hablemos…
-Quisiera pasar por la comisaría. Compréndalo, con todo esto del traslado, aún no he tenido tiempo.
-Dígame algo. Cuando hablamos por teléfono tuve una duda.
-¿Ah, sí?
-¿Por qué aquí?
-No le comprendo.
-Me refiero a todo el esfuerzo para que le trasladaran. Es la primera pregunta que me vino a la cabeza.
-Por la misma razón que usted, supongo, o la razón que tenía antes de que decidiera dejarlo.
-¡Acaba de conocerme!
-Quizá es que no he entendido la pregunta.
-Es muy sencilla. Usted lo ha intentado todo para conseguir este puesto, y la verdad es que jamás creí que interesara tanto.
-Pensé que el cambio me convenía. Oiga, sería estupendo que nos lleváramos bien y no nos hiciéramos la puñeta. Usted decide, teniente.
-Sí. Ante todo, quiero que se fije bien y escuche, ¿de acuerdo?
-Mire, yo no era guardia de seguridad en un restaurante. Llevo cinco años trabajando en Homicidios.
-Pero no aquí.
-Eso ya lo sé.
-Durante la próxima semana, quiero que recuerde bien esta conversación, detective.
Tampoco, la sintonía es perfecta entre el expeditivo Alonzo Harris (Denzel Washington) y su nuevo compañero Jake Hoyt (Ethan Hawke) en ‘Training Day’ (Antoine Fuqua, 2001).
-No sabe lo que me alegro de no pasarme el verano asándome en el coche patrulla.
-(Sonríe). Cuéntame algo, Hoyt.
-¿Sobre mi vida?
-No, coño, me refiero a una anécdota. Ya que no puedes tener la boca cerrada para dejarme leer el periódico, cuéntame alguna cosa.
-Lo siento, no sé qué decirle.
-¿No tienes anécdotas?
-No.
-Bien, entonces te contaré uno. Esto es un periódico, ¿no? El 90% son mentiras, pero es entretenido. Por eso lo leo, porque me entretiene. Pero si no me dejas leerlo, tendré que entretenerme con tus cuentos chinos, así que cuéntame algo ahora mismo. Vamos.
-Hace poco hice un control de alcoholemia.
-¡Así que un control de alcoholemia… Tendré que cargar mis pistolas!
-Vamos.
-¡Eso es peligroso…, ya lo creo, joder!
-Escuche, es una buena anécdota. Estábamos patrullando una calle…
-¿Estábamos?
-Debbie y yo.
-¿Quién es Debbie?
-Ya, lo siento. Debbie Maxwell, mi agente instructor.
-¿Te preparaste con una ‘titi’?
-Sí, señor.
-¡Ah, entiendo (risas) Sí, muy bien, muy bien! Y, ¿qué era, blanca, negra?
-Era blanca.
-¿Le chupaste la matrícula?
-¿Cómo?
-Chuparle la matrícula quiere decir si era lesbiana.
-¡Ah, entiendo!
-¿Es buena?
-Sí, es muy buena.
-Estabas con Debbie en el turno de tarde, sigue.
-De acuerdo, era una noche muy tranquila…
-¡Boom! Nunca se sabe, esa es la cuestión. Sigue.
-De acuerdo, era una noche muy tranquila. Íbamos por la calle. Yo conducía y un potente coche apareció por una calle lateral cruzando la mediana a toda leche. Encendí la luz, puse la sirena. Sin embargo, aquel tío siguió diez manzanas hasta que se detuvo. Hicimos el test, consulté la matrícula y todo estaba en regla, así que empecé a extenderle la multa. Debbie registraba el coche y me hizo una señal para que me acercara, me enseñó una 38 y dos escopetas cargadas listas para disparar.
-¡No jodas!
-Como le cuento, así que Debbie llamó a la central mientras yo seguía buscando y encontré una bolsita de meta en el salpicadero. Aquel menda estaba bajo fianza por tráfico de drogas. Le pillamos cuando iba a cargarse a su exsocio antes del juicio.
-¡Oh!
-Evitamos un asesinato.
-¡Le trincasteis, increíble! En serio. Así que hiciste la ronda con la tal Debbie durante un año y la anécdota más interesante y entretenida que se te ocurre contarme es la detención de un borracho. Pero no te creo. Te la tiraste, ¿no? Cuéntamelo chico, sé que te la tiraste. Os pusisteis en el asiente trasero y ¡bang, código X!
-¡Oh, vamos, estoy casado!
-Pero tienes polla. Y te funciona, ¿no?
-Sí.
-Bien, y supongo que tu ariete se endereza así, ¿no? y a su derecha e izquierda tienes bolsillos, ¿verdad? y en esos bolsillos tendrás dinero. Busca en uno de ellos (golpea la mesa) y paga la cuenta.
El éxito de ‘Infiltrados en la Universidad’ (190 millones de dólares en Estados Unidos) mantiene muy vivo un género con una excelente salud con muchas historias pasadas que recordar y recientes ejemplos como la parodia ‘Arma Fatal (Hot Fuzz)’ (Edward Wright, 2007), con Simon Pegg y Nick Frost; ‘El irlandés’ (John Michael McDonagh, 2011), con Don Cheadle y Brendan Gleeson; ‘Sin Tregua’ (David Ayer, 2012), con Michael Peña y Jake Gyllenhaal) o, entre otras, ‘Cuerpos especiales (The Heat)’ (Paul Feig, 2013), con Sandra Bullock y Melissa McCarthy.
Hay parejas que el cine no puede ni quiere romper: las de policías patrullando las calles de nuestras películas, por ejemplo.