Varios estudios recientes demuestran que los Neandertales, lejos de la imagen popular de ceñudos cavernícolas sin conocimiento, tenían su propia tecnología y asimilaban la de los Homo Sapiens antes de extinguirse.

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Aspecto primitivo, ligeramente encorvados, rostros que todavía conservan rasgos simiescos tan diferentes a los nuestros, un lenguaje gutural y extremadamente sencillo que recuerda al de un klingon enfurecido. Y eso si se acepta la idea de que tenían idioma. Se sobreentiende que tenían capacidad vocal, pero no si habían evolucionado a algo más que un par de gritos diferenciados. Y esa frente, esa enorme frente, el tórax mucho más fuerte y ancho que el nuestro… incluso su cráneo, más grande y de cerebro con más volumen.

Son los Neandertales, un primo lejano de la evolución del Homo Sapiens característico de Europa y que siempre ha pagado el pato de lo primitivo: incluso su nombre, elegido por ser la localidad germánica donde encontraron los primeros fósiles claros de su especie, es hoy sinónimo de alguien tonto y primitivo. Pues no: ni eran idiotas ni tan simples como nos podemos creer. Tenían tecnología propia, decoración y si no era suya la copiaban de esos tipos larguiruchos y enclenques que eran nuestros antepasados directos.

En los últimos años se han publicados diversos estudios españoles e internacionales en los que queda claro que tenían su propia tecnología estos homínidos que aparecieron en Europa hace 250.000 años cubriendo un área inmensa que iba desde Gibraltar a Uzbekistán. No sólo utilizaban el medio en su beneficio, primer síntoma de inteligencia, sino que tallaban la piedra, usaron el fuego sistemáticamente, se adornaban con plumas y elementos decorativos y enterraban a sus muertos. Mucho más humanos de lo que nos imaginamos. Desde España se demostró que los neandertales usaban palillos para calmar el dolor de la gingivitis, quizás uno de los casos más antiguos de aplicación médica del que se tiene noticia.

 

El estudio lo firmó el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Sociales (Iphes) en colaboración con la Universitat Autònoma de Bellaterra (UAB). No es nuevo: los Homo Habilis ya se limpiaban los restos de comida de entre los dientes hace 1,6 millones de años, pero es la primera vez que se hacían palillos con un objetivo médico claro. La prueba es que el fósil estudiado (entre 150.000 y 50.000 años) presentaba porosidad ósea en los maxilares, con dentadura desgastada pero sin caries. En el hueso se aprecian surcos de contacto entre dos dientes provocados por palillos, una prueba de que eran usados.

Por otro lados, investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, y la Universidad de Leiden, en Países Bajos, han documentado el descubrimiento de herramientas de hueso talladas por los neandertales en dos yacimientos del sur de Francia que no fueron ocupadas por humanos a posteriori. Su similitud con las herramientas de los Sapiens hace pensar que hubo transvase de tecnología o cierto grado de copia. Se trata de pulidores de cuero hechos de hueso, creados para frotar la piel de los animales y así dejar un cuero suave y resistente al agua. Muy semejantes, por cierto, a los que todavía usan los pocos artesanos del cuero que quedan en Europa. Y esta habilidad se trasladó a muchos otros aspectos de la vida cotidiana, desde la caza a la ornamentación.

Área de expansión del Neandertal

Área de expansión del Neandertal

El estudio apunta a la posibilidad de que antes de su desaparición paulatina (pero acelerada para lo que es la evolución de las especies) pudieran haber alcanzado un alto grado de desarrollo y hubieran incluso alcanzado a los Sapiens en tecnología. O bien los neandertales copiaron a los Sapiens. Los investigadores del Instituto Max Planck sugieren que, quizás, fueran los evolucionados humanos los que copiaran a los neandertales, en un caso flagrante de robo y posterior estigmatización del vencido. Todavía no está claro quién copió a quién.

En el yacimiento catalán de Abric Romaní, un refugio neandertal de 60.000 años de antigüedad, se descubrieron pieles curtidas para cubrir el suelo, para posteriormente recubrir con limo y arenilla que hiciera de suelo firme sobre el que hacer hogueras o asentarse; posteriormente, para limpiar el refugio, simplemente recogían las pieles y sacaban “la basura”; y posteriores estudios sistemáticos en otros yacimientos han descubierto una incipiente artesanía de la piedra que superaba, en ocasiones, a la de los Sapiens.

Los neandertales tenían una industria lítica, que se conoce como cultura Musteriense, que consistía en obtener una o varias lascas de forma predeterminada a partir de una preparación particular del núcleo del sílex. Estas técnicas luego evolucionarían hacia el modelo Sapiens, caracterizado por una mayor sofisticación pero menor resistencia y durabilidad. Este paralelismo no explica si hubo copia, transvase o robo tecnológico. Una cosa sí está clara: ni eran idiotas ni tan tontos como popularmente nos han dicho.

Reconstrucción de un Neandertal 

¿Por qué desaparecieron los neandertales?

Más fuertes, más resistentes, con tecnología aparentemente similar… pero hace 28.000 años desaparecieron y dejaron el terreno libre para los Homo Sapiens. Su repentina desaparición ha sido siempre un enigma. Primero se pensó en que los Sapiens los exterminaron, luego se le echó la culpa al fin de la glaciación y la poca habilidad evolutiva para adaptarse al nuevo clima, que hasta ahora era una de las razones clave pero que recientes estudios han relegado a simple circunstancia; se pensó también en la opción de que el contacto con los Sapiens provocara el efecto contagio: una enfermedad transmitida de una especie a otra (ambas emparentadas) que los diezmó irremediablemente. Incluso se especula con la opción de que los Sapiens cazaran y se comieran a los neandertales.

Pero las razones pueden ser múltiples y más concretas: eran muy pocos, reducidos en grupos muy aislados de apenas 10 o 12 miembros y que competían con los Sapiens (más numerosos y mejor organizados) por los recursos, también escasos. Ambos convivieron durante cerca de 10.000 años, hasta que una de las dos se esfumó en el tiempo. La falta de caza, de alimentos incluso vegetales o la poca pesca, y la competición con los Sapiens quizás les empujó a una hambruna generalizada que, comunidad a comunidad, los debilitó y diezmó.

Pulidores de cuero y tallas neandertales

Varias cuestiones básicas sobre neandertales

Primero: el Homo Sapiens no desciende del neandertal, sino de otra rama de los homínidos. En realidad son lo más parecido a unos primos lejanos. Vivieron cerca de 270.000 años en Europa y parte de Asia, pero se extinguieron hace 28.000 años. Uno de sus últimos reductos fue lo que hoy es Andalucía y el Algarve. Medían entre 1.50 y 1.70, nunca más, con un cráneo más grande y un arco supraorbital (frente) muy pronunciado que protegía sus cabezas y cuencas oculares. Tenían capacidad de hablar, pero se desconoce si en algún momento desarrollaron un lenguaje.

Un 4% de nuestro ADN (83 genes concretamente) era igual al suyo: eran otra especie, eso debe quedar claro. El estudio de su genoma ha desvelado varios detalles: tenían los ojos claros y el cabello también, castaño o pelirrojo (otra adaptación climática), y de la necesidad hicieron virtud: eran carnívoros cazadores, pero también, si era necesario, carroñeros. Usaban el fuego para “cocinar” la carne si podían, y aunque sólo recurrían a los vegetales como último recurso, especialmente los ricos en almidón (legumbres salvajes, raíces, tubérculos…). Pero, y es lo peor a nuestros ojos, podían practicar el canibalismo por la escasez de alimentos. O puede, incluso, que por razones de tipo religioso que desconocemos.

No eran humanos al uso, sino una línea evolutiva paralela que evolucionó hasta adaptarse al clima glaciar. Fue la apuesta de los homínidos al clima más frío. Aparte de eso se parecían mucho a nosotros: eran bípedos completos, enterraban a los muertos, usaban el fuego para cocinar y dominar el paisaje, tallaban piedras y se decoraban con plumas de aves. Lo que no hacían era tener una estructura política ni pintar en cuevas, eso era exclusivo de los Sapiens. Su nombre proviene del primer fósil hallado, en el Valle de Neander, cerca de Dusseldorf.