Nueva edición del FIB, más anglosajona que nunca y con más dudas que nunca, por el presente pero sobre todo por el futuro. 

Maraworld, organizadora del evento, tuvo que vender parte de sus acciones a nuevos inversores para poder sobrevivir y asegurar esta edición, que estuvo a punto de suspenderse. SMJ Concerts y Dennis Desmond, grandes patrocinadores y organizadores de festivales en Reino Unido y Europa, entraron para salvar el FIB y mantener el festival un años más, si bien no se sabe cómo va a sobrevivir en el futuro si no mejora el volumen de asistencia y venta de abonos. El montaje finalmente arrancó el pasado lunes, despejando dudas y dando paso a que se hable de lo que al final realmente debe importar en un festival: la música.

En su edición número 19, el FIB presenta uno de los mejores carteles de su historia, según las palabras de su director, el irlandés Vince Power. La lista se llena de muchos nombres de bandas no tan jóvenes y que se apartan un poco del espíritu de lo que fue el FIB, una cantera de grupos con poco recorrido y mucho talento. La vanguardia pasaba por los solares y playas de Benicàssim, pero ahora tira más la propia industria. Por aquí pasaron gigantes como Bob Dylan y Leonard Cohen, Oasis y New Order, más pasado que futuro.

Para este año los saurios vuelven, como Primal Scream (Con ‘More light’), los resucitados Queens of the Stone Age (‘Like a Clockwork’), bandas ya asentadas como The Killers, Beady Eye (los ex de Oasis con Liam Gallagher al frente, justo un año después de que pasara Noel por Benicàssim). También estarán Arctic Monkeys, Beach House, Miles Kane, Kaiser Chiefs, Black Rebel Motorcycle Club, La Roux, The Courteeners, Palma Violets o Dizzie Rascal. Más emergentes serán jake Bugg (¡viva el folk inglés!), Azealia Banks (rap neoyorquino) y Yoann Lemoine. Y otro más: Elvis Presley en forma de holograma cantando sobre un escenario. Menos conocidos, y para reforzar el plan alternativo, son John Talabot, Benny Benassi (rap italiano), Madeon (electro house), Little Green Cars, Ligers…

 

Jake Bugg y Azaelia Banks

Merece la pena pararse a hablar de dos músicos tan divergentes como independientes, carne de FIB por lo que representan. La distancia entre el folk inglés y el hip-hop de Harlem puede ser abismal, pero ambos estilos tienen cabida en el FIB, que pasó de santuario indie a coctelera que lo mezcla todo. Jake Bugg y Azaelia Banks son el ejemplo de cómo ha evolucionado el festival con los años y la entrada del dinero británico (pero sobre todo del público británico, que ya hace incluso paquetes turísticos con el festival) y la atención del mercado anglosajón.

Bugg es el revitalizador del folk en el Reino Unido, no confundir con la música celta, desde luego. Se arrancó a componer con apenas 14 años y con 18 ya publicaba canciones. Le denominan el Bob Dylan inglés y se ha propuesto reformular y relanzar el folk setentero que tanto éxito tuvo en el nuevo siglo, y que él repite con un disco de platino y miles de fans repartidos por todo el mundo. El caso de Azaelia es igual de self-made pero también muy característico de su barrio, Harlem. Apenas tiene 21 años y edad para beber, pero es una hija rapera del barrio negro por excelencia de Nueva York, 1,60 de altura y ni un solo pelo en la lengua. Letras duras llena de sexo y críticas a una sociedad que ha convertido Harlem en un lugar marginal y fuera de los mapas económicos. Se hizo famosa rapeando en vídeos que luego subía a Youtube, para luego ya dedicarse profesionalmente y mezclar el rap con bases electrónicas.