Muchos años contemplan el festival fundamental para los que amen la música clásica. Un festival alargado durante los meses de julio y agosto (casi podríamos hablar de ciclo más que de festival) en torno al Castell de Peralada y sus jardines, con un auditorio diseñado expresamente para una sonoridad perfecta dentro de los jardines del recinto, al aire libre.

IMÁGENES: Festival de Peralada (vía web) / Wikimedia Commons

Verano y música clásica. Fundado en 1987 por la vocación musical de su presidenta, Carmen Mateu, tiene gancho con el público y con los apoyos corporativos: el mecenazgo con el festival es apabullante (más de 50 empresas, la envidia de cualquier iniciativa cultural), lo que ha permitido mantenerlo vivo, agrandarlo y llevar al escenario a lo mejor que se puede encontrar en los circuitos internacionales en todos los formatos, desde la música de cámara a la sinfónica, la ópera y la danza. Incluyendo producciones propias. El auditorio principal no es el único: cuenta con cuatro espacios musicales, el Auditorio Parque del Castillo, la Iglesia del Carmen, El Claustro del Carmen y la Terraza del Cotton Club. Diferentes posibilidades con opción a programar desde grandes producciones operísticas o espectáculos de danza, recitales líricos y pequeñas producciones u óperas de cámara. Todos dentro del recinto amurallado.

El clasicismo no es un plato rápido. No es un género musical más, como cree la mayoría, es “La Música” con mayúsculas, la forma más compleja y sofisticada de estructura compositiva. Frente al seductor simplismo del rock, el pop o cualquier otro género (con la excepción del jazz, más cerca del clasicismo que de cualquier otro modelo de composición sobre pentagrama, porque es pura deconstrucción y reconstrucción en bucle), la música clásica (desde la Edad Media al siglo XXI, la llamada clásica contemporánea) impone una arquitectura muy compleja de varias líneas entrecruzadas que busca mucho más que una melodía, quiere crear escenarios sonoros que funcionan como un libro y un cuadro al mismo tiempo. Narran una historia y al mismo tiempo “dibujan y pintan” un universo propio. En algunos casos, como en la música de Sibelius, Debussy o Prokofiev, alcanza grados supremos de maestría en esa doble función.

Espectáculo ‘MAESTRO’

Esa misma consideración de complejidad hace que una mayoría de la población huya de los festivales de música clásica, que terminan siendo pasto de esas poderosas minorías fieles, desde las clases altas (que consideran que es un signo de distinción, aunque la mayoría de la población que entraría en esa categoría no tenga ni una mínima formación musical) a los melómanos de toda condición que se dejan llevar. El Festival de Peralada es un mito en España porque es un punto de encuentro de todos los que caen en este tipo de arte, muy lejos de los macrofestivales veraniegos que son casi una excusa para cualquier otra cosa al margen de la música. Pero no es un festival más. Y en esta 33ª edición menos. Desde hace algunos años el abanico se abre para incluir otro tipo de músicas y formatos que permitan atraer a más público, más variopinto y darle salida económica a una organización que aunque goza de grandes respaldos (con un presupuesto para este año de 4,6 millones de euros) siempre busca la independencia económica.

Esta necesidad de apertura para evitar que Peralada sea un gueto sin proyección explicaría que haya una sección en la que entren Charlotte Gainsbourg, Pink Martini, Paul Anda o Jessie J, en las antípodas del material que alimenta el festival históricamente. También ha diversificado los formatos y secciones, que ya venían de atrás pero que se consagran este año: Lírica-Clásica (desde formaciones de cámara a orquestas sinfónicas y ópera), Danza, Paralelos, Verano Musical, Petit Peralada, Noche Especial Casino, Festival a la Vila y Diàlegs. Precisamente es Verano Musical la sección que más se aleja de lo habitual: reúne a figuras de la música internacional como Charlotte Gainsbourg (6 de julio) con ‘REST’; el cantante y compositor Paul Anka (13 de julio) con ‘Anka Sings Sinatra: His Songs, My songs, My Way!’; la formación Pink Martini (27 de julio) con un concierto aniversario de su gran éxito ‘Je ne veux pas travailler’, y la británica Jessie J, que actuará el 12 de agosto. El Cirque Éloize, una de las mejores compañías de circo contemporáneo, desplegará su espectáculo ‘Hotel’ el 12 de julio. Y en la clausura, y por primera vez, Peralada será electrónico y sinfónico al mismo tempo con el espectáculo ‘MAESTRO, Where Dance Music Becomes Classica’.

Acosta Danza

Uno de los invitados de mayor proyección será el director Gustavo Dudamel, el 10 de agosto frente a la Mahler Chamber Orchestra y el Coro femenino del Orfeó Catalá, la soprano Mercedes Gancedo, la mezzosoprano Lidia Vinyes-Curtis y con su mujer, la actriz María Valverde, como narradora. Las dos obras elegidas, la Primera Sinfonía de Mahler y ‘El sueño de una noche de verano’ de Mendelssohn. En el apartado de danza y ballet, el 5 de julio, el Ballet del Teatro Mariinsky ofrecerá tres coreografías en torno a la música de Chopin (‘Chopiniana’, ‘In the night’) y Liszt (‘Marguerite and Armand’), además de un espectáculo sobre ‘Las cuatro estaciones’ de Vivaldi, versionadas por Max Richter (el día antes, el 4 de julio). El Ballet Nacional Sodre de Uruguay hará lo propio con una selección de músicas de Telemann, Glazunov, Ravel, Debussy o Saint-Saëns, bajo la dirección de Igor Yebra el 26 de julio. Por su parte, Carlos Acosta presentará ‘Acosta Danza’, que dirige y protagoniza él mismo, con músicas de Silvio Rodríguez, Vincenzo Lamagna o Andy Cowton, entre otros (15 de agosto).

Pero donde más se centra el festival es en la parte lírica: por encima de todo destaca el estreno mundial de la nueva ópera de Joan Magrané, ‘Diálogos de Tirant y Carmesina’, con libreto de Marc Rosch a partir del ‘Tirant lo Blanc’ de Martorell, con diseño escénico de Jaume Plensa con las voces de Josep Ramon Olivé e Isabella Gaudí, bajo dirección de Francesc Prat (18 de julio). Al día siguiente, 19 de julio, La Fura dels Baus presentará su versión de ‘Historia de un soldado’, de Stravinsky, con Sébastien Dutrieux como narrador, diablo y soldado. Habrá un tercer estreno, o reestreno más bien, la versión propia del festival, el 5 y el 7 de agosto, de ‘La Traviata’ de Verdi, en la que contarán con dirección musical de Riccardo Frizza y escénica de Paco Azorín (quien también firmará la ‘Aida’ que verá la luz en 2020). Intervendrán el Coro Intermezzo y la Orquestra del Gran Teatre del Liceu, contando con las voces protagonistas de Ekaterina Bakanova, René Barbera y Quinn Kelsey.

A la lista se suman el barítono francés Ludovic Tézier (ópera y canción francesa junto al piano de Maria Prinz el 20 de julio), la soprano finlandesa Camilla Nylund (canciones de Strauss, Dvorák, Mahler y Sibelius junto al prestigioso Helmut Deutsch el 3 de agosto), el tenor maltés Joseph Calleja (ópera y canciones italianas con el piano de Vincenzo Scalera el 4 de agosto), más Núria Rial y Juan Sancho, que unirán sus voces junto a la Capella Cracoviensis (arias y dúos para tenor y soprano de óperas y oratorios de Haendel el 8 de agosto). Peralada contará con una de las mejores voces masculinas, la del tenor peruano Juan Diego Flórez, que el 9 de agosto interpretará arias de Gounod, Puccini y Donizetti junto a la Orquestra Simfònica del Vallès; el 17 de agosto y con dirección de Guillermo García Calvo, la soprano Sondra Radvanovsky rendirá homenaje a Montserrat Caballé con arias de Caccini, Scarlatti, Gluck, Bellini, Rossini, Donizetti, Verdi y Puccini, que formaban parte de la fallecida cantante; al piano Anthony Manoli. Además, el Festival instalará una exposición sobre Caballé y su participación en Peralada que podrá verse cualquier día del Festival.

Gustavo Dudamel

Cirque Éloize

Nuevos escenarios

En esta edición, Figueres y Girona se convertirán en delegaciones del festival, con dos proyectos específicos. El 29 de abril, coincidiendo con el Día Mundial de la Danza, la bailarina y coreógrafa Sol Picó presentará ‘Persiguiendo un sueño’ en el espacio cultural La Cate. Un espectáculo ideado para acercar la figura de la bailarina y el lenguaje de la danza a la sociedad. El 23 de mayo, en el Teatro Municipal de Girona, el Festival ha programado el espectáculo teatral ‘Voltaire/Rousseau, la disputa’. La obra de Jean-François Prévand ha sido adaptada y dirigida de manera magistral por Josep Maria Flotats.

En 2018 también se sumaron dos nuevos escenarios con el objetivo de ofrecer experiencias culturales con nuevos formatos y bajo el sello Paralelos. Los días 10 y 11 de agosto, Finca Malaveïna (Garriguella) acogerá dos atardeceres con viticultura y música con Marco Mezquida como protagonista. En la primera propuesta, junto al guitarrista Chicuelo, presentarán en carácter de estreno su último proyecto juntos, ‘No hay dos sin tres’. Al día siguiente Marco Mezquida pondrá música a ‘Los sueños’ de Ravel. Y el 14 de agosto en el escenario idóneo para una ‘Cita a ciegas’ entre la bailarina Sol Picó y Marco Mezquida. Y el 11 de agosto en la plaza Gran de la población, como agradecimiento a la villa de Peralada, Vespres d’Arnadí y Dani Espasa harán el segundo concierto gratuito en su historia con el festival (empezaron en 2018) con el espectáculo ‘Ingràvida floració’, un concierto espectáculo de nueva creación con música y danza barroca donde se interpretarán obras relacionadas con la danza, representativas de los diferentes estilos más importantes de los siglos XVII y XVIII en Europa.

‘Historia de un soldado’ (Fura dels Baus)

Charlotte Gainsbourg