A punto de cumplirse los 50 años de la emisión del primer episodio de la serie original, y con una nueva serie de TV preparada para enero del año que viene, llega a España hoy la tercera entrega de la nueva saga de Star Trek diseñada por J. J. Abrams pero que ahora dirige Justin Lin.

¿Dónde está Abrams? Sencillo, ejerciendo de productor y jefe técnico del universo expandido de Star Wars, porque en el fondo Disney-Lucasfilm paga más, mejor y tiene más proyección. O simplemente porque la agenda del director ya no dar para más, entre otras cosas porque también ha ejercido como uno de los productores de este nuevo filme, ‘Star Trek Beyond’, el tercero de la nueva saga que el propio Abrams resucitó en 2009. Paramount Pictures tuvo mejores tiempos, pero ahora intenta exprimir al máximo Star Trek cuando está a punto de cumplir medio siglo de vida con su particular filosofía sesentera, quizás hoy más necesaria que nunca (convivencia, conocimiento, prosperidad, paz, tolerancia), pero que nunca ha tenido tanta fuerza en España como hubiera debido.

Cuenta Manuel Varela en El Confidencial que España nunca ha aceptado como parte del imaginario el universo de Star Trek, mucho más minoritario que el de su rival Star Wars y, sobre todo, con un componente de ciencia-ficción que en un país alérgico a la ciencia como éste (y por tanto al género en todas sus variantes posibles), lastra y mucho cualquier intento por darle alas. Porque Star Wars es cine de aventuras pasado por un leve tamiz de ciencia-ficción. En cambio el universo creado por Gene Roddenberry en los 60 tenía un componente pacifista, tolerante, antirracista y universalista que se da de bruces con el talante de esta década del siglo XXI. En tiempos en los que el racismo y la xenofobia brotan como champiñones y el nacionalismo regresa con toda su irracionalidad y absurdo en Europa, el mensaje positivista y sin fronteras, federalista, no tiene tanto calado como tuvo en los años 60.

Quizás el mensaje ha quedado anticuado, o simplemente el arquetipo de Star Trek es ya tan clásico que no hay forma de reinventarlo sin parecer más de lo mismo. Porque hablamos de un universo creativo que ya acumula doce películas, siete series diferentes, dos generaciones de tripulantes que se pasaron el testigo y varias líneas temporales (con saltos de un universo a otro o recurrentes viajes en el tiempo) son ya quizás demasiado para manejar. Y en España, donde las televisiones maltratan con los horarios y estrategias de programación, los trekkies siempre vieron cómo les ninguneaban. Sólo en los canales temáticos de satélites o cable se pueden ver las series de forma lineal y en orden. El próximo Festival de Sitges rendirá homenaje a la franquicia, pero una cita de género como la catalana es una gota en medio del desierto.

La ciencia-ficción nunca fue tratada como un género serio en nuestro país, y no es la primera vez que la taquilla le da la espalda a este tipo de productos. En España todas las películas, todas, desde los 80, apenas han superado los 16 millones de euros de recaudación. Sin embargo la tercera, dirigida por Justin Lin, no llega al nivel de las dos primeras ni siquiera en EEUU. De nuevo se subestima el hartazgo del público: la primera recaudó 257 millones, la segunda 228, y esta tercera lleva ya 124 millones desde que se estrenó. La posibilidad de que la saga ya este extenuada a la tercera entrega dice mucho de la saturación de franquicias de todo tipo que se expanden sin cesar, hasta el punto de llegar a hastiar a todo el mundo. Es algo a tener en cuenta.

Star Trek Más allá (2016) mixta

La nueva es un intento de darle otra vuelta de tuerca gracias a Lin y a que el texto ha pasado por las manos de Simon Pegg, que interpreta a Scottie pero que también es un recocido fan de casi todo, actor, director y productor de sus propias sagas personales al que muchos recordarán por ‘Zombie party’. Y no es el único que ha metido el cuchillo al guión: además de Pegg han escrito más partes o modificado Doug Jung, Roberto Orci, John D. Payne o Patrick McKay. Además de Pegg regresan Chris Pine, Zachary Quinto, Zoe Saldaña, Karl Urban, John Cho, Idris Elba y el malogrado Anton Yelchin, fallecido en uno de los más rocambolescos y absurdos accidentes de coche nunca vistos (atropellado en una cuesta por su propio vehículo, al que no le funcionó el sistema de frenos). Y de regalo Idris Elba como el villano.

La sinopsis arranca de nuevo con el USS Enterprise, la nave insignia de la Flota Estelar liderada por el capitán James T. Kirk (Chris Pine), que vuelve a surcar el universo para asegurarse de la protección de la Tierra y del resto de planetas aliados. Pero la tranquilidad durará poco y el peligro acecha. La primera etapa de su misión les llevará a un territorio desconocido, y su travesía de vigilancia pronto se convertirá en una carrera por la supervivencia espacial cuando se enfrenten a un nuevo y fiero enemigo, Krall (Idris Elba), una especie alienígena avanzada. Para frenar sus siniestros planes, Kirk deberá reunir a su equipo y usar todo sus recursos para resolver los desafíos a los que se enfrentarán. A la vez que intentan encontrar el modo de volver a la Tierra, su misión será proteger el futuro de la raza humana y preservar la armonía entre especies… Ahora habrá que esperar el juicio del público en España.

Ficha de ‘Star Trek: Más allá’

Película: Star Trek: Más allá. Título original: Star Trek: Beyond. Dirección: Justin Lin. País: EEUU. Año: 2016. Duración: 122 min. Género: Acción, ciencia-ficción. Reparto: Chris Pine, Zachary Quinto, Zoe Saldana, Simon Pegg, Karl Urban, Anton Yelchin, Sofia Boutella. Guión: Doug Jung y Simon Pegg; basado en los personajes creados por Gene Roddenberry. Música: Michael Giacchino. Fotografía: Stephen F. Windon. Producción: Paramount Pictures / Bad Robot / Skydance Productions.

50 años de Star Trek

La celebración ha coincidido con una mala racha vital, ya que han fallecido algunos de los antiguos actores (como el más reciente, Leonard Nimoy, el Doctor Spock, aunque también se han ido DeForest Kelley y James Doohan). Pero para los que no saben lo que es Star Trek baste recordarle que hay Academia de Lengua Klingon, que todos los años se celebran varias convenciones de fans sólo en EEUU, que las referencias trekkies son legión en muchos otros productos (especialmente en la serie ‘The Big Bang Theory’, donde han aparecido muchos de los actores originales y de las secuelas), que hay incluso una versión trekkie del Monopoly y que la subasta y compra-venta de recuerdos y productos oficiales mueve cientos de miles de dólares al año. Ha traspasado muchas barreras, incluso generacionales: primero la de los años 60 (ahora abuelos), luego la de los 80-90 con las películas y las series (ahora padres) y finalmente con el reboot de la primera década del siglo (los nietos).

La serie original tenía un planteamiento sencillo que recordaba mucho a una antigua película clásica de ciencia-ficción, ‘Planeta Prohibido’, de 1956. Una de las teorías es que Roddenberry bebió de esa fuente para crear la estructura de Star Trek, que podríamos traducir como “desafío espacial” u “odisea espacial”. Ambientada en el siglo XXIII, la serie sigue las aventuras de la nave estelar USS Enterprise (NCC-1701) y su tripulación, liderada por el capitán James T. Kirk (William Shatner), su primer oficial el Sr. Spock (Leonard Nimoy), el oficial médico en jefe Leonard McCoy (DeForest Kelley) y la oficial de comunicaciones Nyota Uhura (Nichelle Nichols). Igual de legendaria se hizo la introducción con voz en off del propio Shatner: “El espacio: la última frontera. Estos son los viajes de la nave estelar Enterprise, en una misión que durará cinco años, dedicada a la exploración de mundos desconocidos, al descubrimiento de nuevas vidas y nuevas civilizaciones, hasta alcanzar lugares donde nadie ha podido llegar”.

Gene Roddenberry (en el centro, con traje marrón) con parte del reparto de la serie en los 70

La serie tardó en calar. La primera temporada no había terminado cuando muchos ejecutivos de la NBC ya la querían cancelar, pero aún así le dejaron algo de espacio y tiempo. Concretamente tres temporadas. Roddenberry se mantuvo al frente las dos primeras, y la tercera ya marcó su lento adiós al proyecto. Finalmente ya no hubo más y en 1969, en el colofón de los movidos años 60, terminaba el proyecto. Por el camino tuvo bastantes hitos: la ciencia-ficción ya no sería igual, abría todo un mundo; Shatner y Nichelle Nichols tuvieron el honor de darse el primer beso interracial de la historia de la televisión. Y la tripulación, por pura coherencia con el planteamiento inicial (la Flota Estelar abarcaba a toda la Humanidad y otras especies alienígenas aliadas), tenía que ser multinacional: había africanos, asiáticos, europeos, norteamericanos y un habitante mestizo de Vulcano, Spock. El domino blanco se había terminado cuando todavía muchos afroamericanos no podían votar. Eso sí, Uhura, la mujer afroamericana, seguía pareciendo una secretaria sin mucha capacidad de decisión.

Desde el punto de vista técnico la serie también tuvo un par de ideas muy originales que en realidad eran provocadas por la necesidad de ahorrar: el teletransporte fue la solución de Roddenberry para evitar filmar con maquetas aterrizajes y despegues continuos; para poder hacer los grandes saltos espaciales se inventaron los “motores warp”, que permitían abrir conexiones entre un punto y otro. Y uno de los más curiosos: los comunicadores individuales, que con el tiempo serían una de las inspiraciones de los teléfonos móviles. Por lo demás la producción tiraba de la vieja ciencia-ficción heredada de los primeros tiempos: blanca, suave, sin grandes profundidades intelectuales que sí existían en la literatura (que hubieran espantado a muchos espectadores) del género, y una estética pop sesentera que hizo historia. Curiosamente la CBS, que se ha encargado de la nueva serie, emitió otra producción legendaria, ‘Perdidos en el Espacio’, que tuvo más vida que Star Trek pero nunca generó el impacto de ésta.

Star Trek también fue una serie con muchas líneas subterráneas. Roddenberry utilizó los episodios para debatir problemas de la actualidad de posguerra, como la Guerra Fría, el racismo y el sexismo; también hubo momentos en los que se ponía en tela de juicio la religión o la hegemonía de EEUU, una sutil crítica que muchas veces pasó desapercibida pero que hoy en día es muy clara. Además Roddenberry tuvo un detalle muy interesante: utilizó escritores profesionales como guionistas para los argumentos, de tal manera que la literatura de ciencia-ficción se unió a la televisión. Escribieron Theodore Sturgeon, Norman Spinrad o Robert Bloch entre otros. También fue pionera la hora de poner mujeres a los mandos: Dorothy C. Fontana, colaboradora de Roddenberry, firmaba los guiones como D. C. Fontana para evitar que no la tomaran en serio, lo que da una idea de cómo era la discriminación sexual incluso en ambientes supuestamente más liberales.

Arriba y abajo, carteles originales de algunos de los capítulos emitidos

Y la nueva serie, para 2017

Hace no mucho avisábamos de que la CBS se ha arremangado para competir con las plataformas digitales como Netflix, Hulu y la nueva de Amazon, que están cambiando la distribución de contenidos televisivos. Así nació CBS All Access, que vuelca contenidos tradicionales con productos exclusivos para esa plataforma. Como la nueva ‘Star Trek’ renacida. Con ‘Star Trek’ CBS va a lo seguro, y lo hace además con aniversario: en octubre de este año cumplirá 50 años, y la cadena quiere la nueva serie (que empezaría de cero) para 2017. Es tal el volumen de fans trekkies que a buen seguro la serie tendrá un éxito mínimo para ser efectiva. El showrunner será Bryan Fuller, autor de series no masivas pero sí de calidad, como ‘Tan muertos como yo’ (una joya tan divertida como siniestra), ‘Hannibal’ o ‘Pushing Daisies’, además de haber sido guionista asociado en varias de las series anteriores de Star Trek. El avance (‘teaser’ en el argot) sólo enseña el logo, un poco de magia de ordenador y una simple frase: “Nuevas tripulaciones. Nuevos villanos. Nuevos héroes. Nuevos mundos”. El estreno se espera para 2017.