Como una auténtica religión, con fans acérrimos capaces de todo, pero el legado de Tintín está tan controlado por los herederos que incluso en este reportaje nos hemos visto obligados a no publicar su imagen.

Tintín no tiene edad, no envejece, apenas cambia, y se queda en un mundo en el que apenas hay cambios tampoco, donde los malos son arquetípicos y sin dobleces, donde los buenos lo son de los pies a la cabeza, sin claroscuros. Y los que le siguen son los tintinólogos, una legión de fans capaces de cualquier cosa con tal de coleccionarle. Pero el amor que hay a un lado no se corresponde con la flexibilidad de los actuales dueños de Tintín, los herederos, que ejercen un control tan grande que en este reportaje nos hemos cortado alas a propósito para no tener “disgustos”. Algo complicado en el mundo de internet, pero como dice el viejo dicho popular, “si no quieres problemas, no los busques”.

Pero lo cierto es que este control tiene su explicación: Tintín es quizás la creación del cómic europeo con más proyección internacional, mucho más que Astérix, que apenas ha roto las fronteras europeas (quizás demasiado identificado con la forma de ser compleja de Europa). Pero Tintín sí: Spielberg y Peter Jackson ya lo han adaptado con éxito al cine y preparan una segunda parte. Así que es un fenómeno global que da mucho dinero, y que tienen a decenas de miles de personas en todo el mundo colgados de un reportero eternamente joven y moralmente inmaculado. Y naïf.

Un ejemplo de lo lucrativo que es la tintinología en grandes proporciones: por una plancha original de Hergé de los dibujos que se usaban en los álbumes entre los años 30 y 50 pagó un coleccionista de EEUU 2,6 millones de dólares en una subasta. Y detrás va todo el torrente de figuras, muñecos, litografías, posters, cómics, ediciones especiales, coleccionables, películas, series de animación, y subastas crecientes. Una auténtica religión del coleccionismo y del enciclopedismo por parte de los fans, llamados tintinólogos, y que reúnen cualquier volumen, obra, dibujo o referencia al universo de Hergé. Hay desde asociaciones a museos, coleccionistas sin mesura y una generación tras otra que se sube al carro de la maravilla que es Tintín.

Hay muchos lugares de peregrinación, tiendas de cómics y regalos que se centran parcialmente en Tintín. Publicamos adjunto un listado, pero pocas son tan monolíticas como La Estrella Misteriosa de Madrid, un templo más que fue saludado efusivamente por el diario El Mundo este mismo año. Parte de los precios tan altos obedecen a la enorme fama internacional de Hergé, pero también porque el control cerrado que ejercen los herederos hacen que los originales alcancen precios altísimos. Incluso las reproducciones en serie son caras. Apenas se suelta nada de las cadenas, con lo que todo sube de precio.

Un buen ejemplo es la web tintinologo.com, el mejor espejo de un pasión en la que la gente es capaz de saberse de memoria escenas, diálogos y la lista completa de insultos de diccionario de sinónimos y enciclopedias que utiliza el Capitán Haddock; la censura católica obligó a Hergé a ser muy creativo con los insultos para remarcar su carácter irascible y contradictorio. Y de la necesidad salió un rasgo característico que es hoy casi un cliché. En gran medida es gente que revive su infancia, una suerte de síndrome de Peter Pan atenuado gracias a las viñetas de línea clara belga que Hergé convirtió en todo un arte. Ya van dos generaciones completas que abrieron su infancia leyendo estos álbumes, con lo que siempre queda un poso.

Hergé y los volúmenes de Tintín en español

 

Una bondad y un “buen rollo” que le perdona a Hergé muchas cosas, desde su celo profesional dejando fuera a muchos colaboradores y asumiendo él toda la autoría hasta las fundada sospechas de haber sido un colaboracionista con los nazis cuando ocuparon Bélgica. Mientras el resto del país padecía sufrimientos, él siguió publicando y viviendo con soltura bajo la bota alemana. En algún momento podía haber cruzado el Canal de la Mancha, incluso haber hecho un álbum de posguerra en la que Tintín ayudaba a los Aliados, una especie de penitencia. Pero ni por asomo: los nazis y los problemas del siglo XX apenas están ahí. Incluyendo el colonialismo de un álbum que los tintinólogos suelen apartar porque es políticamente incorrecto: ‘Tintín en el Congo’.

Así pudo seguir adelante, culminar 23 álbumes y uno más inacabado (‘Tintín y el Arte-Alfa’) que iba a su poner una pequeña revolución visual, pero nada que se alejara de la obra fundamental, algo trasnochada ya en los 70 y que estaba a las puertas de alcanzar el punto de clásico. Todo eso se perdona. Porque la tintinología, la noble disciplina imaginaria en la que todo es un gran cuadro cerrado de referencias cruzadas, momentos, símbolos o lugares comunes: desde Milú a la nieve de ‘Tintín en el Tíbet’, desde el primer encuentro del reportero con Haddock a los cantos de la Castafiore. O el doble álbum más ambicioso de Hergé, aquel en el que hizo volar a la Luna a todos, con conspiración criminal incluida en medio. La línea clara es una constante, una forma de dibujo vacío de expresionismo (apenas unos trazos diferencia al Tintín sorprendido del alegre), lleno de proporciones realistas y donde el detalle pictórico se sustituye por el formalismo que a veces es puro arte pop y que ha logrado enganchar a miles de lectores. Se puede conseguir mucha más información en Editorial JuventudBlog de Pedro Rey y Tintin Spain.

 

Con la muerte Hergé terminó todo

Fue un 3 de marzo de 1983 cuando perdimos a Georges Prosper Remi, Hergé, apodo que resumía sus iniciales al revés. Nació y murió en Bélgica, su bastión y cuna del cómic europeo en gran medida gracias a él y al cómic de línea clara que él convirtió en arte. Su hijo y su alter ego nació un 10 de enero de 1929 cuando el flequillo pelirrojo viajaba a la URSS para denunciar el estalinismo, a través de las páginas de ‘Le Petit Vingtième’, y el 3 de marzo de 1983 cuando el historietista tuvo que dejar inacabada ‘Tintín y el Arte Alfa’. Iba a ser uno más de los volúmenes de Tintín. Hergé, que hacía un extensísimo trabajo de documentación previa en sus trabajos, capaz de hablar del Congo, América o Tíbet sin haber pisado nunca esos lugares, se tomó su tiempo (ya era mayor) para poder trabajar. Tal y como había sucedido en los últimos volúmenes, Tintín ya era algo más adulto y maduro, y sus aventuras tenían cada vez menos rasgos infantiles y sí más complejos.

Fue el caso de ‘Las joyas de la Castafiore’, ‘El Asunto Tornasol’, ‘Vuelo 714 para Sidney’ o las revoluciones sudamericanas en ‘Tintín y los Pícaros’. Y el que iba a ser el siguiente, ‘Tintín y el Arte Alfa’, pensada para publicarse en la mitad de los años 80. Hergé notó que la enfermedad le vencía, así que dejó en manos de su esposa Fanny toda la documentación y la misión de velar por su creación. En el último año apenas puede trabajar pero dejaba más de 150 escritos, dibujos, bocetos e ideas anotadas para diálogos, escenas y temática. Y murió. Ahí entró la gran guardiana y custodia del bruselense, su esposa Fanny Remi. De corolario flotaba la famosa frase que ha evitado que nadie se haya apoderado de Tintín todavía: “Si otros retomaran Tintín, lo harían quizás mejor, quizás peor, pero una cosa es segura, lo harían de otra manera y entonces ya no sería Tintín”. Lo cierto es que esa losa se ha mantenido inalterable, con lo que los tintinófilos tienen una serie cerrada a la que sumar películas, series y añadidos, pero la postura es clave: el telón baja y no se levantará. ¿O no?

Actualmente los dueños de los derechos de propiedad, publicidad y reproducción sobre cualquier cosa de Tintín es propiedad de sus herederos, Studio Hergé, la Sociedad Moulinsart y la Editorial Casterman. Y tiene fecha de caducidad. Por eso se han planteado publicar material nuevo para 2052, antes de que se cumplan los plazos. Según Nick Rodwell, nuevo marido de la viuda Fanny Rodwell: “Hergé dio órdenes de que nadie más publicara álbumes. No quería que otros crearan nuevas historias del personaje después que él”. Y todo eso en medio de una manía persecutoria que hizo incluso que se prohibiera a fotógrafos y cámaras tomar imágenes de los originales de Tintín que se exponían en el Museo Hergé en Lovaina. Fue Nick Rodwell quien se enfrentó a los medios. Las críticas fueron tan intensas que la propia viuda de Hergé tuvo que salir a defenderle. Pero lo que es cierto es que su legado sigue encapsulado

 Algunas de las tiendas con material de Tintín

 Alita Comics.
 Ronda de Nelle, 120 B (A Coruña). 
Telf: 981 905 202
 / info@alitacomics.com
 http://www.alitacomics.com

Algo más que comics.
 Tienda virtual (Albacete)
. Telf: 672 758 716 / info@algomasquejuegos.com

Atom Cómics.
 c/ Fuencarral 134 (entrada por Alburquerque) –  Madrid. 
Telf: 911151214
atomcomics@atomcomics.net 
http://www.comicalia.com

Can Tonet (El rincón tintinaire).
 Valéncia, 412 (al lado Sagrada Família), Barcelona. 
Telf: 93 485 02 17
cantonet@cantonet.cat
 http://www.cantonet.cat

Comics Barcelona.
 Tienda virtual, situada en Loreto 48, Local 4, Barcelona
. Telf: 93 410 21 51
info@comicsbarcelona.com
 http://www.comicsbarcelona.com

La Estrella Misteriosa. Tienda monográfica, en Jorge Juan, 87. Madrid (915 750 126) info@laestrellamisteriosa.com http://www.laestrellamisteriosa.com

La Flor de Chamberí.
 Donoso Cortés, 20 (Madrid)
. Telf: 915 93 15 41
 /  laflordechamberi@hotmail.com
 http://www.laflordechamberi.es.tl/

Mil Comics. 
Miguel Servet, 31 (Zaragoza)
. Telf: 976 421 294 
/ info@milcomics.com
 http://www.milcomics.com

Nostalgic shop.
 Infantas, 40 (Madrid). 
Tel: 91 283 4848 Info@coleccionesnostalgicas.com

Regalos Orient Express.
 Gran de Gracia, 134 (Barcelona). 
Telf: 932 187 137 orientexpress@infoegocio.com
http://www.regalosorientexpress.com

Shop 987. 
Gil y Carrasco n 2 (León)
. Telf: 987 016 789 
http://www.shop987.es

The Cómic Co.
 Divino Pastor, 17 (Madrid)
. Telf: 914 457 915 http://www.thecomicco.com

The Tintin Shop.
 Centro Comercial Las Arenas de Barcelona. 
Gran Via de les Corts Catalanes núm. 373-385 (Barcelona). 
Telf: 93 289 25 24

Viena 18
. Fontanella, 18 (Barcelona)
. Telf:  93 317 63 95. viena18bcn@gmail.com
 http://www.viena18.com

Zephyrum Exclusivas SL. 
Vergós 53, bjs. (Barcelona). 
Telf: 93 205 76 29 info@zephyrum.es
 Blog: http://tintinspain.blogspot.com/
  Web: http://www.zephyrum.es/

Los 24 álbumes de Tintín