Russell Crowe prepara el desembarco del Arca de Noé y Christian Bale el éxodo del pueblo judío. ‘Son of God’, ‘Mary, Mother of Christ’, ‘Gods and Kings’ y tres proyectos de Paul Verhoeven, Will Smith y Brad Pitt llenarán de espiritualidad y dinero la cartelera.
Un diluvio se acerca a las salas de cine. La Biblia inundará la cartelera en esta Semana Santa con el inminente estreno de ‘Noé’, dirigida por Darren Aronofsky, el próximo 4 de abril. Aronofsky cuenta con un colosal presupuesto de 130 millones de dólares y un soberbio reparto para narrar el mito bíblico del diluvio universal y el Arca de Noé. Russell Crowe (Noé) está acompañado por Anthony Hopkins (Matusalén), Jennifer Connelly (Naameh, esposa de Noé), Emma Watson (Ila, hija de Noé) y Nick Nolte (como el ángel caído Samyaza). ‘Noé’ es la avanzadilla de una invasión cinematográfica de dimensiones bíblicas. Los superhéroes de las editoriales Marvel y DC Comics compartirán protagonismo en los próximos meses con los grandes personajes del Antiguo y Nuevo Testamento.
Noé, Moisés, Jesús, María, Caín y Abel e incluso Poncio Pilatos son las nuevas estrellas de Hollywood. Un mercado de más de noventa millones de cristianos evangélicos (fieles lectores de la Biblia) solo en Estados Unidos, la inexistencia de derechos de autor y la clamorosa ausencia de ideas han resucitado un género muy importante en la historia del cine pero semiabandonado desde finales de los sesenta. ‘La última tentación de Cristo’ (Martin Scorsese) (1988) y ‘La pasión de Cristo’ (Mel Gibson) (2004), que recaudó más de 600 millones de dólares con una enorme polémica por la violencia de sus imágenes, son las últimas grandes obras de un cine bíblico que regresa con fuerza con ‘Noé’.
Un barbudo y envejecido Charlton Heston abriendo los brazos, cual Moisés, para abrir las aguas del Mar Rojo supone, sin duda, una de las icónicas imágenes del Hollywood clásico. ‘Los diez mandamientos’ (1956), dirigida por Cecil B. DeMille, representa el culmen del género bíblico junto con ‘Ben-Hur’ (William Wyler), estrenada el 18 de noviembre de 1959, de nuevo con Charlton Heston. ‘Ben-Hur’ relata de manera indirecta la vida de Jesucristo. No supone la trama principal pero su incidencia en el desarrollo de la película, con el encuentro de un sediento Judah Ben-Hur con el Mesías, marca la evolución del personaje de Heston.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Hollywood se había reconstruido a golpe de superproducciones cada vez más ambiciosas como ‘Los diez mandamientos’ y ‘Ben-Hur’. Una época dorada en la que la Biblia se convirtió en una poderosa fuente de inspiración. La amplia presencia de productores judíos y la elevada religiosidad en la sociedad estadounidense ayudaron al despegue y posterior triunfo del género bíblico. Cecil B. DeMille, que ya había coqueteado con la religión con una primera versión de ‘Los diez mandamientos’ (1923) y ‘El Rey de Reyes’ (1927), que versionaría Nicholas Ray en 1961, fue el pionero con ‘Sansón y Dalila’ (1949) con dos estrellas clásicas: Hedy Lamarr y Victor Mature.
Hijo de un pastor episcopaliano, DeMille abrió paso con una piadosa visión de su trabajo: “Estoy convencido de que, para nosotros, es un deber utilizar la nueva técnica del cine para hablar de nuestra fe. Comprender este deber es importante para todos los cristianos pero, sobre todo, para quien tiene una misión específica de apostolado o de educación”. El éxito de ‘Sansón y Dalila’, película más taquillera en Estados Unidos en 1949, tuvo continuidad con más directores y estrellas de Hollywood que adaptaron las historias bíblicas más conocidas. Cecil B. DeMille había colocado las premisas: “La película religiosa debe ser, ante todo, de fondo dramático y no quedarse en un sermón fotografiado”.
Rita Hayworth en ‘Salomé’
Y los éxitos, con mayor o menor intensidad, se sucedieron: ‘David y Betsabé’ (Henry King) (1951), con Gregory Peck y Susan Hayward; ‘Salomé’ (William Dieterle) (1953), con Rita Hayworth y Stewart Granger; ‘La túnica sagrada’ (Henry Koster) (1953), con Richard Burton y Jean Simmons; ‘Salomón y la reina de Sabá’ (King Vidor) (1959), con Yul Brinner (que sustituyó al fallecido Tyrone Power durante el rodaje) y Gina Lollobrigida; ‘Esther y el Rey’ (Raoul Walsh) (1960), con Joan Collins; ‘La historia de Ruth’ (Henry Koster) (1960), con la efímera Elana Eden; ‘Barrabás’ (Richard Fleischer) (1961), con Anthony Quinn, Vittorio Gassman y Silvana Mangano; y ‘Sodoma y Gomorra’ (Robert Aldrich) (1962), de nuevo con Stewart Granger.
El cine bíblico se despidió con una gran superproducción: ‘La biblia’ (John Huston) (1966), que recoge en 22 capítulos el libro del Génesis con la participación, entre otros, de Richard Harris, Peter O’Toole y Ava Gardner. El género había tocado techo tras casi dos intensas décadas. Pero el cine religioso no desaparecería; buscaría nuevos caminos. ‘Rey de Reyes’ (Nicholas Ray) (1961) y ‘La historia más grande jamás contada’ (George Stevens y David Lean) (1965) ya exploraban la vida de Jesús, el verdadero protagonista de las últimas películas basadas en la Biblia. Las historias del Antiguo Testamento, hasta el inminente estreno de ‘Noé’, quedaron absorbidas por la gran figura del cristianismo y una de las principales del judaísmo.
Traspasada la época de las superproducciones, Jesús es la única estrella del cine bíblico con propuestas, además, muy diferentes. Frente a la ortodoxia de ‘Rey de Reyes’ y ‘La historia más grande jamás contada’, aparecen retratos más arriesgados como ‘El Evangelio según San Mateo’ (1964), del neorrealista director italiano Pier Paolo Pasolini, el musical ‘Jesucristo Superstar’ (Norman Jewison) (1973) o las mencionadas ‘La última tentación de Cristo’ y ‘La pasión de Cristo’. Entre medias, el Jesús más valorado en la cultura católica: la mini-serie de cinco capítulos ‘Jesús de Nazaret’ (1977), del italiano Franco Zeffirelli.
El progresivo laicismo de la sociedad occidental alejó la Biblia del cine, pero no la religión. Nunca se han hecho tantas películas de temática religiosa como en las últimas tres décadas con destacados ejemplos cercanos como ‘El Código da Vinci’ (Ron Howard) (2006), ‘Ángeles y demonios’ (Ron Howard) (2009) o ‘Ágora’ (Alejandro Amenábar) (2009), por citar los títulos más comerciales. Y sin necesidad de tirar de los santos y los personajes y ‘cuentos’ bíblicos. El cine religioso se secularizó. Dejó de ser algo místico y sagrado. La denuncia ganó protagonismo con decenas de durísimos filmes sobre los abusos en la esfera privada de la iglesia. ‘Philomena’, de Stephen Frears, es el último. La sátira y el humor encontraron también su espacio desde el estreno de ‘La vida de Brian’ (1979), de los Monty Python.
Hollywood ha recuperado la ortodoxia tras el éxito de ‘La Biblia’ (2013), la mini-serie de History Channel, con más de once millones de espectadores de media por episodio. Cifras muy elevadas para un canal de cable que han allanado el regreso del cine a la Biblia. La productora Lightworkers Media, responsable de la mini-serie, estrenaba el pasado 28 de febrero en Estados Unidos el filme ‘Son of God’ (Christopher Spencer), un montaje de ‘La Biblia’ centrado en la vida de Jesús. Tras ‘Son of God’ y ‘Noé’, llegarán ‘Exodus’ (Ridley Scott), con Christian Bale como Moisés liberando al pueblo judío; ‘Mary, Mother of Christ’ (Alister Grierson), un retrato de la Virgen María a los 8, 15, 19 y 27 años; y ‘Gods and Kings’, otro proyecto sobre Moisés que desestimó Steven Spielberg y recayó en manos de Ang Lee.
Hasta aquí lo seguro, porque los rumores de filmes bíblicos se han multiplicado en Hollywood. Paul Verhoeven lleva años buscando financiación para adaptar al cine su libro sobre Jesús, caracterizado como un revolucionario hijo de un soldado romano que violó a su madre María. “Quiero mostrar lo que yo llamo la nueva ética de Jesús”. Un proyecto complejo. Mel Brooks, que iba a producir la película, tuvo que renunciar tras recibir amenazas de muerte. La fiebre bíblica también afecta a dos grandes estrellas: Will Smith, que medita saltar a la dirección con un filme sobre Caín y Abel, eso sí, con un estilo peculiar, los dos hermanos más famosos del Antiguo Testamento serían unos vampiros, y Brad Pitt, como Poncio Pilatos. Una invasión cinematográfica bíblica. Al final fue el cine quien creó a Dios.
Ridley Scott y Christian Bale en el rodaje de ‘Exodo’
Aronofsky impone su montaje a los extremistas religiosos
“¡Honestamente, estoy un poco cansado de los superhéroes!”. Darren Aronofsky (‘Pi, fe en el caos’, ‘Réquiem por un sueño’, ‘La fuente de la vida’, ‘El luchador’ y ‘Cisne negro’) inaugura la avalancha bíblica en los cines con ‘Noé’, su primera gran superproducción (130 millones de dólares). Hasta ahora el mito del Arca de Noé solo había aparecido en una película muda de Michael Curtiz en 1923, en ‘La Biblia’ (John Huston) (1966) y en el primer episodio de la mini-serie ‘La Biblia’ (2013) de History Channel. La versión de Aronofsky, director con un poderoso estilo visual, del diluvio universal como un castigo divino a la maldad humana significa el primer gran proyecto sobre la figura de Noé.
“Siempre he apostado por grandes historias con un significado especial para mío. ‘Noé’ es un relato que siempre te cuentan cuando eres niño, así que plasmarla en el cine, en un trabajo con dos horas de duración, y tratando de ser lo más fiel al relato original, representó un gran reto como cineasta”, ha explicado Aronofsky, que ganó un concurso escolar con un poema sobre Noé que leyó en un acto de Naciones Unidas. “Esa experiencia me imprimió el coraje y el espíritu para convertirme en escritor. Así que, de cierta forma, Noé se ha convertido en un patrón que encamina mis esfuerzos creativos”.
Darren Aronofsky
Pero Aronofsky, que vincula el diluvio universal con el actual cambio climático, no se ha librado de las críticas de los lobbies religiosos. Paramount, productora y distribuidora de ‘Noé’, ha reclamado cambios en el montaje tras un triple ensayo fallido ante un grupo de judíos de Nueva York, otro de cristianos de Arizona y un tercer público general en el condado de Orange (California). “Paramount se adelantó y probó como media docena de sus propios montajes de la película… Yo estaba molesto, por supuesto. Nunca antes me habían hecho eso a mí”, ha admitido el director en una entrevista a The Hollywood Reporter.
Aronofsky se negó a cambiar el montaje: “Nosotros mantenemos la mecánica de trabajo del cine independiente. No rodamos de más. Por este motivo, era imposible hacer otra versión. Si comienzas a desmontar escenas, te vas a encontrar con agujeros en la trama”. De paso, desmintió que se proyectara la versión definitiva de la película. Paramount no ha tenido más remedio que tragar: “Somos conscientes de que un segmento muy acusado y muy vehemente de cristianos rechazará el filme por causas relacionadas con su exactitud, pero esperamos que la mayoría de la comunidad lo acepte”, ha replicado Rob Moore, vicepresidente de la ‘major’.
‘Noé’ llegará, por tanto, a las salas de cine con los lobbies religiosos en contra: “Si te esperas la Biblia palabra por palabra, te vas a llevar un chasco. Es posible que haya cristianos que se ofendan”, ha advertido Ben Field, máximo enlace entre la iglesia y Hollywood, a los espectadores más bíblicos.
Jennifer Connelly y Russell Crowe en ‘Noé’
Crowe y Bale, nuevas estrellas bíblicas
No hay superproducción bíblica sin ‘glamour’ en el reparto. Charlton Heston inmortalizado como Moisés, la pelirroja Rita Hayworth como Salomé o Anthony Quinn como Barrabás crearon escuela. Los dos próximos grandes proyectos del cine bíblico están respaldados por una gran estrella de Hollywood: Russell Crowe en ‘Noé’, de Darren Aronofsky, y Christian Bale como Moisés en ‘Exodus’, de Ridley Scott, rodada en Almería y Fuerteventura entre los pasados meses de octubre y enero. Los productores no quieren exponerse a un fracaso comercial. Los repartos aparecen repletos de nombres muy conocidos por el público.
Russell Crowe está acompañado por Anthony Hopkins, Jennifer Connelly, Emma Watson y Nick Nolte. Mientras, Christian Bale tiene a su lado a Ben Kingsley, Sigourney Weaver y John Turturro. Las grandes estrellas siempre se han acercado al cine bíblico con una notable excepción. Jesucristo ha quedado reservado, a menudo, para actores secundarios. Solo en los últimos tiempos Willem Defoe, en ‘La última tentación de Cristo’ (1988), y Jim Caviezel, en ‘La pasión de Cristo’ (2004), se atrevieron con el papel más complicado del cine religioso. El actor portugués Diogo Morgade, en la mini-serie ‘La Biblia’ y su adaptación cinematográfica ‘Son of God’, es el último Jesús en las pantallas.
Jesucristo, de los Lumière a Gibson
La historia del cine ha discurrido, desde el inicio, muy vinculada a la religión y, en concreto, a la figura de Jesucristo, presente en más de 150 producciones. Los hermanos Lumière, Auguste y Louis, no tardaron en representar relatos de la iconografía cristiana en su nuevo invento: el cinematógrafo. ‘La vie et la passion de Jésus-Christ’ (1897) está considerada como la primera película sobre Jesús. La producción, de un cuarto de hora, se rodó en una aldea de la Bohemia austriaca y consiste en una sucesión de trece escenas, casi estampas ya que son imágenes estáticas, de la vida de Jesucristo.
‘La última tentación de Cristo’
‘La vie et la passion de Jésus-Christ’ fue un éxito y el cine quedó ya atado hasta la eternidad a la máxima representación humana del cristianismo. La pasión y muerte de Jesucristo se relata en uno de los cuatro capítulos de una de las películas más míticas del cine mudo, ‘Intolerancia’ (D.W. Griffith) (1916), y en la joya del ‘peplum’, ‘Ben-Hur’ (1959) (William Wyler), con sus once Oscar que solo igualarían décadas después ‘Titanic’ (James Cameron) (1997) y ‘El retorno del Rey’ (Peter Jackson) (2003).
La vida de Jesús ha llegado al cine con versiones, en ocasiones, hasta contrapuestas. De la piadosa y divina mirada de Nicholas Ray (‘Rey de Reyes’) (1961) y Franco Zeffirelli (‘Jesús de Nazaret’) (1977) a la musical de Jewison (‘Jesucristo Superstar’) (1973), la humana y polémica de Martin Scorsese (‘La última tentación de Cristo’) (1988) y la histórica, violenta y milimétricamente bíblica de Mel Gibson (‘La pasión de Cristo’) (2004). Un repaso sin final. La serie ‘La Biblia’, de History Channel, y Verhoeven, si finalmente consigue financiación, mostrarán dos nuevos Mesías radicalmente diferentes.