El éxito de ‘Los americanos’ y su carrera en el cine hizo que la fotografía temprana de Robert Frank sea muy poco conocida. ‘Robert Frank en América’ aborda por primera vez estos trabajos a partir de la importante colección del Cantor Arts Center de la Universidad de Stanford.
El libro presenta una cuidadosa secuencia de 131 fotografías en blanco y negro (22 de ‘Los americanos’ y más de 100 casi desconocidas) que sirve para trazar los grandes temas de la obra de Frank. Incluye un extenso ensayo de Peter Galassi en el que recorre la evolución de la obra del fotógrafo, 24 ilustraciones y un mapa de los viajes que Frank realizó entre 1955 y 1956. Ese mismo año Frank contaba que “a lo largo y ancho de Estados Unidos he hecho fotografías con estas ideas en mente: retratar a los estadounidenses tal y como viven hoy. Sus días entre semana y sus domingos, su realismo y sus sueños. El aspecto de sus ciudades, pueblos y carreteras”.
Ese viaje por EEUU llegó gracias a una beca Guggenheim con el fin de fotografiar a gente corriente en su día a día. El libro se convirtió en piedra de toque de la identidad estadounidense y en un hito de la historia de la fotografía. Sin embargo, cuando Frank empezó a dedicarse al cine, la mayor parte de su obra fotográfica temprana cayó en el olvido. Este libro se centra en la obra estadounidense de Frank correspondiente a la década de 1950. Son imágenes muy poco conocidas o inéditas que muestran cómo las raíces profesionales del fotógrafo se hunden en el periodismo gráfico, y cuáles fueron las innovadoras estrategias visuales que le permitieron forjar una identidad artística independiente de la que preconizaban revistas dominantes de la época, como Life.
Robert Frank nació en 1924 en Zurich, Suiza. Hijo de judío nacido en Alemania, el final de la Segunda Guerra Mundial le permitió escapar de lo que él consideraba una cultura estrecha y anticuada. Ya desde muy pequeño comenzó a interesarse por la fotografía al comenzar su aprendizaje con fotógrafos como Hermann Segsser, Michael Wolgensinger, Victor Baverat o Kubra. Su primera cámara fue una Rolleiflex, con la que empezó a fotografiar todo lo que le llamaba la atención. Acciones y paisajes campestres en su mayoría. Poco después de llegar a Nueva York, en marzo de 1947, fue contratado por Harper’s Bazaar, pero el desinterés que le supuso realizar fotografía de moda le llevó a dejar la revista a los seis meses.
Durante los siguientes cinco o seis años, Frank intentó establecerse como fotoperiodista freelance en Europa y Estados Unidos, con poco éxito. Una beca Guggenheim, otorgada en marzo de 1955 y renovada un año más tarde, le permitió dedicarse a su trabajo de forma independiente, y pronto comenzó a viajar con la esperanza de hacer un libro. ‘Les Américains’ fue publicado por Robert Delpire en París en 1958 y ‘The Americans’ por Grove Press en Nueva York en 1959. Este último, prologado por Jack Kerouac.
Si bien el cine y el video han sido fundamentales en la obra de Robert Frank desde 1959, a partir de 1972 retomó la fotografía. Fue en ese año cuando publicó la primera de varias ediciones de ‘Las líneas de mi mano’, un libro que estudiaba su trayectoria en todas las disciplinas e inició la reconsideración de su fotografía temprana. La primera retrospectiva a gran escala de sus fotografías se organizó en el Museo de Bellas Artes de Houston, en 1986. Su trayectoria ha sido reconocida con importantes premios, como el Erich Solomon (1985), el Cornell Capa Award (1999) o el Premio PHotoEspaña 2007, entre otros. Su obra se sigue mostrando en museos de todo el mundo.