Hay muchos problemas en el Universo Bond: después de que Daniel Craig jurara que no volvería a ser James Bond (aunque es muy posible que haya dado marcha atrás), se especula quién será el nuevo director, y qué estudio será el que lleve a pantalla la 25ª entrega de la saga.
No hay confirmación oficial aún, pero Daniel Craig tiene pinta de volver a ser James Bond. Los rumores sobre aspirantes ha sido constante desde hace meses, espoleados muchas veces por entrevistas de Craig, en las que renegaba del personaje, decía estar harto, cansado. Pero luego llegaban suculentos cheques de hasta 100 millones de dólares por ser Bond un par de veces más. Aunque este detalle no se ha confirmado, sigue adelante la pre producción, pero sin director. La 25ª entrega de la saga no tiene jefe de máquinas, y eso que se había especulado con Christopher Nolan.
Exacto, Nolan, que se habría encargado de hacer por la saga lo que hizo antes con Batman: reconstruirla, revolucionarla, darle oxígeno y más calidad. Pero Nolan no tiene pinta de ser el elegido: fue un fake de la red, al menos aparentemente, ya que un error hizo que el estudio de Nolan (Syncopy) colgara en su web información sobre la saga Bond. Poco después desaparecía, pero quedaba la duda, y sobre todo el confesado cariño de fan que le tiene Nolan al personaje creado por Ian Fleming. Tanto que en el pasado ya fue uno de los nombres que se barajaron para ‘Spectre’. Lo que sí hay es guión ya preparado, de Neal Purvis y Robert Wade, que ya firmaron la última.
A todo esto hay que añadir algo más: la batalla campal entre las grandes productoras y distribuidoras de Hollywood para producir la 25ª. La cuestión es que es un negocio redondo. Ahora mismo EON y MGM son las dueñas de los derechos de propiedad intelectual de la franquicia, pero van a necesitar apoyo financiero y distribución. Al saberse toda la industria se movilizó para arrimarse a una mina de oro así. Por el camino se habría caído la asociación de EON y MGM con Sony, que con la posibilidad de que Craig no esté finalmente ha visto su papel de socio principal en el aire.
Los derechos de distribución pasarían a otra compañía, una lucha sin cuartel entre cinco empresas: Sony (que intentaría retener su opción contractual), Warner Bros, Universal Pictures, 20th Century Fox y la no tan conocida y grande Annapurna Pictures. El problema es que el contrato que ofrece el tándem EON-MGM es algo draconiano: el tercer socio pagaría el 50% de los gastos y cedería a su vez un 22% del dinero ingresado por la mercadotecnia, y todo eso a cambio sólo de un 25% real de los beneficios. Ante esa perspectiva es lógico que Sony se lo piense, pero el resto de majors también intentarían, según la prensa norteamericana, forzar una renegociación del contrato.
Contar con una franquicia de tal calibre en la cartera industrial es una baza para cuadrar las cuentas, y para algunas empresas como Annapurna sería incluso un reto de supervivencia: asumir costes tan grandes y que no hubiera beneficios podría mandarles a la quiebra. Todo está todavía en fase de negociación, de las dudas.