El “reborn” de la franquicia Star Trek ya tiene su segunda entrega, firmada por J. J. Abrams y con otro diamante pulido como invitado, Benedict Cumberbatch.
Fotos: Paramount Pictures
Repite toda la tripulación de la USS Enterprise, otra vuelta de tuerca a una saga que se remonta a una fallida serie de televisión pop de los años 60, cuando la ciencia-ficción todavía era un chiste de serie B y que luego se convertiría en una franquicia de cine. Todo eso ha cogido por montera J. J. Abrams para hacer suya la historia. Abrams dirige, pero el guión se lo han sacado de la mano a tres bandas: Alex Kurtzman, Damon Lindelof y Roberto Orci, siempre a partir de la serie de televisión, si bien es difícil imaginar un guión así de retorcido en aquella serie, tan naïf como la época en la que se hizo. La distribuye Paramount Pictures con producción del propio Abrams, Bryan Burk y el mencionado trío de guionistas.
Toda la película promete ser alimento para los fans, esos trekkies que muchas veces viven más en el Parnaso del viejo Star Trek. El diseño de producción escapa de oscuridades posmodernas para convertirse en un buen émulo de ese ideal que tienen todos en mente. La saga no puede ser traicionada y no hallarán nada nuevo salvo otra vuelta de tornillo dentro de la tradición. Esta nueva Star Trek es la misma historia con un lavado de cara y todo el apoyo de la tecnología y la industria detrás.
Es un blockbuster como la copa de un pino, especialmente por la fuerza visual y el ritmo que Abrams sabe imprimir como nadie a sus obras. No hay que olvidar que este hombrecillo moreno, con cara juvenil y gafas de pasta tuvo en un puño a medio planeta con ‘Lost’, hasta que tuvo que cerrar el invento y lo dejó todo tan difuso y abierto que creó una legión de fans con la mosca tras la oreja. Su segundo paso por la televisión (‘Alcatraz’) no fue mucho mejor (cancelada y dejando un final de nuevo difuso y abierto), y tuvo que recurrir a Spielberg para recuperar la confianza (‘Super 8’). A nosotros Abrams nos genera algunas dudas, pero ‘Star Trek. En la oscuridad’ funcionará, eso seguro.
Técnicamente es espectacular y tendrá un buen impacto donde le importa a la industria: en la taquilla. Tendrá brío, ritmo y fuerza, todo hecho por profesionales del sector que sabe cómo facturar un buen paquete para sentarse con el aire acondicionado, palomitas y litros de Coca-Cola. Eso el que vaya al cine, que también se puede tener aire acondicionado en casa. Al frente los mismos actores, con el nuevo Spok-Zachary Quinto y el rubio Chris Pine como el capitán Kirk.
Algunos críticos ya han señalado que el villano interpretado por Cumberbatch está mal aprovechado, que no se le da tanto lustre como debiera haber tenido este pedazo de actor británico que toca teatro y cine con la misma maestría de su oficio inglés. Puede que no se haya esforzado, puede que simplemente Abrams no creyera que debía hacer más. Ahí la culpa está muy distribuida.
Zachary Quinto, Cumberbatch y Chris Pine en la película
Zoe Saldaña, la nueva Uhura (Fotos: © Bad Robot, Kutzman/Orci y Paramount Pictures)
Interpretación: Chris Pine (capitán James T. Kirk), Zachary Quinto (Spock), Zoë Saldana (Uhura), Karl Urban (Bones), John Cho (Hikaru Sulu), Anton Yelchin (Pavel Chekov), Simon Pegg (Scotty), Alice Eve (Dra. Carol Marcus), Bruce Greenwood (Christopher Pike), Benedict Cumberbatch (John Harrison), Peter Weller, Nazneen Contractor, Noel Clarke.
Sinopsis: En ‘Star Trek: En la oscuridad’, cuando a la tripulación de la nave Enterprise le ordenan regresar a casa, descubren que una imparable y terrorífica fuerza desde dentro de su propia organización ha hecho saltar por los aires la Flota y todo lo que esta representa, sumiendo a nuestro mundo en una espiral de caos y destrucción. Con una deuda personal que saldar, el capitán Kirk dirige una persecución por un mundo en guerra para capturar a un hombre con un gran talento para la destrucción. En la guerra las amistades se romperán y habrá que hacer ciertos sacrificios por la única familia que le queda a Kirk: su tripulación.